Vanguardia

Santera realiza 30 ‘amarres’ al día

- ARMANDO RÍOS / FOTO: ORLANDO SIFUENTES

Es bien sabido que para muchos sectores de la población el arraigo a los espíritus, la santería y los brebajes son el referente auténtico de la cultura mexicana. Es quizá, lo que le da al país el misticismo que seduce a miles de extranjero­s. Cercanas las fechas del Día de San Valentín, cada año la espiritist­a Madame Adry González recibe en un local del sur de Saltillo a casi 30 personas al día con la esperanza de ver qué les depara el futuro en la cuestión del amor. Pero también, hay quienes de plano acuden a ella para amarrar a la persona que quieren traer “cacheteand­o las banquetas” por un buen rato.

Además de vender los aceites y velas típicas de “Ven a mí”, “Amarre guajiro” para la vida sexual, la “Miel de amor”, y “El desespero”, a su negocio ubicado en Charles 2009 en la Bellavista, la espiritist­a realiza según las peticiones: barridas para encontrar el amor, lectura de tarot, endulzamie­ntos (el más noble de los trabajos), amarres, y hasta “trabajos” con toloache que es peligroso en altas dosis, o con muñecos de vudú, “los más peligrosos”, dice.

“Todos los trabajos son para el amor, pero no se trabajan igual. Hay dos tipos de amarre, uno es para controlar y otro que es el ‘total’. Si tú lo dejas va a andar detrás de ti como perrito faldero. En el vudú siempre se les dice que están entregando el alma de las personas, y eso sí ya es más pesado”, indicó en entrevista con VANGUARDIA.

Ninguno de sus clientes, cuya afluencia se centra en mujeres heterosexu­ales, hombres heterosexu­ales, mujeres lesbianas y hombres homosexual­es, respectiva­mente, llegan sin preguntar antes que cualquier cosa, cómo solucionar su situación amorosa o afectiva.

“La pregunta principal en el tarot es amor, luego de trabajo, y de dinero. Si yo tengo 10 pacientes, esos 10 pacientes me preguntan. En los trabajos diarios, la gente primero por qué la están dejando, y para alejar a las amantes; después para atraer a alguien; tercero, para retirar a las personas que dan demasiado amor; después para componer a las familias que sufren violencia”, dice.

‘VIENE GENTE DE GOBIERNO’

Entre el incienso, el calor de las velas y un olor permanente a herbolaria, los pacientes le han llegado a pagar a Ary desde los 100 pesos que cuesta una barrida, hasta 8 mil pesos, hasta los 20 mil por atraer al amor de su vida, según sea el trabajo, y el lugar de procedenci­a.

“He tenido gente de Gobierno, conmigo sí ha venido gente de Gobierno a preguntar por el amor. He tenido gente que viene de otros lados que gasta 8, 10, 15, y hasta 20 mil pesos para tener a la persona que quiere”, expresa.

Madame Ary, quien “heredó los dones” de su bisabuela, dice que aunque los santeros no lo dicen comúnmente, detrás de cada trabajo y cada vela encendida, se enciende el espíritu de un muerto, que finalmente va a ser quien ayude a ejecutar los deseos más sanos y dulces, o los más oscuros de los clientes.

En ese sentido, Ary dice que para evitar daños irreversib­les, la gente debe abstenerse a seguir videos de Youtube, sino a acudir con especialis­tas para evitar presencia de demonios o entes que pueden dañar de manera irreversib­le, tanto a los ejecutores como a quienes se les dedican los trabajos.

“No porque sea el santero les debe de dar miedo, ustedes deben exigir saber cómo se realizan los trabajos. Hay santeros buenos y malos que nada más te quitan tu dinero”, puntualiza.

He tenido gente que viene de otros lados que gasta 8, 10, 15, y hasta 20 mil pesos para tener a la persona que quiere”. Madame Adry González, santera.

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 ??  ?? Vidente. Madme Adry González afirma que heredó “el don” de su bisabuela; alerta contra charlatane­s.
Vidente. Madme Adry González afirma que heredó “el don” de su bisabuela; alerta contra charlatane­s.

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