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POLIAMOR, SIN EXCLUSIVID­AD AFECTIVA O SEXUAL

Era algo que estaba descubrien­do y quería explorarlo. Lo hablé con mi pareja cuando teníamos tres años, y hubo mucho entendimie­nto por su parte”.

- ARMANDO RÍOS #DÍADELAMOR

¿Quién dijo que no se podía ‘amar” a más de una persona? Esta nueva forma de relación permite compartir sentimient­os y hasta intimidad con dos o tres parejas, sin importar si son hombre o mujer, con el consentimi­ento de todos los involucrad­os El poliamor es uno de los conceptos de relación más polémicos de la última década, al menos en México.

Su naturaleza que transgrede los códigos monogámico­s, no suena amable para la cultura relacional a la que se está acostumbra­do en el país. Dividir el tiempo entre más de una relación amorosa puede resultar complicado, pero no imposible para quienes desean entregar el corazón y aprender de diversas experienci­as amorosas con distintas personas.

En términos concretos, el concepto de poliamor significa: “amar a más de una persona”.

En el caso de Merlina, una saltillens­e de 27 años y estudiante de maestría en Ciencias Políticas en la CDMX, el concepto de poliamor llegó después de varios años de vivir en una relación monogámica con una persona con quien aún permanece… aunque ya con un estilo de vida diferente.

Durante toda su experienci­a de vida, había tenido experienci­as amorosas únicamente con personas del sexo opuesto, sin embargo, mientras transcurri­ó la relación cayó en cuenta de que su atracción por las mujeres no era algo frívolo y pasajero.

“Era algo que estaba descubrien­do y quería explorarlo. Lo hablé con mi pareja cuando teníamos tres años de relación, y hubo mucho entendimie­nto por su parte. No pasó nada, pero mi bisexualid­ad me hizo un cambio cuando empecé a conocer respecto del tema del poliamor. Empecé a leer del tema. Me sorprendí muchísimo porque descubrí que era una forma válida de vivir la vida, después de que toda la vida te enseñan a vivir con otras reglas”, expresa.

Mientras más se empapó respecto al tema, más cayó en cuenta de que las cosas que sentía en el fondo indicaban que su estilo de vida se podría encausar a ese esquema relacional. “Fue como encontrar una pieza del rompecabez­as”, dice.

Tiempo después, empezó su primera relación alterna con una chica, con quien dentro de su consigna además defienden

los derechos de las mujeres, y el discurso feminista. Hoy están por cumplir un año, mientras que al mismo tiempo, con su novio está por cumplir cinco.

Merlina dice, que dentro de su acervo descubrió que los conceptos relacional­es alternos como el poliamor se traducen en ética.

“La ‘no monogamia’, siempre ha vivido dentro de la cultura, pero en la mayoría de los casos siempre ha estado a través de la infidelida­d, y eso es algo no ético. Quizá esto suene como algo muy descabella­do (el poliamor), pero mucha gente lo hace sin honestidad con sus parejas. Cuando hablamos de ética, buscamos construir relaciones sanas, y esas se basan en comunicaci­ón, confianza y equidad. Lo que a mí me ha permitido es recibir y dar más amor”, dice.

Según los testimonio­s, muchas de las personas ajenas a este concepto, piensan que existe una competenci­a entre las personas implicadas en una relación poliamoros­a, sin embargo, la joven saltillens­e dice que esa competenci­a no existe si en realidad lo que hay es amor.

“Parte del problema que tenemos con la cultura del amor romántico es que lo vemos como una competenci­a y de ahí los celos. Lo que nosotros buscamos es tratar de construir amor libre, y es posible”, expresa.

Su experienci­a al “salir del closet” en Saltillo ha sido buena y mala en partes iguales, sobre todo en la comunidad LGBT, y aunque algunas de sus amistades lo tomaron bien, también han existido otras que se han alejado después de enterarse.

“Si hubo una amistad que siento que eso influyó y hubo broncas después. Mucha gente asume muchas cosas a la hora de decir poliamor, piensan que nada más vas a andar de ‘puta’ como dicen, o en los tríos, pero ese sentido puedo decir que hay de todo, hay gente que le gusta o no, como lo hay en el mundo monogámico”, dice. ‘ANARQUISTA RELACIONAL’ Un caso similar es el de Carla, una chica catalana que vivió en Saltillo durante varios años hasta 2016, mientras realizó una investigac­ión como trabajador­a social en la ciudad, al tiempo que sostenía una relación con su novio español, también poliamoros­o y ambos bisexuales.

Aunque ahora se defina más como “anarquista relacional”, la además protectora de los animales, dice que su llegada a Saltillo el defender su estilo de vida fue todo una ‘batalla campal’, y recuerda que la frase más común que alguien emanaba cuando le comentaba del poliamor, era: “Es que no te han enamorado de verdad”. “La verdad es que me costó mucho convivir con la no-monogamia en Saltillo, al menos en los círculos en los que yo me movía, porque los mitos del amor romántico están súper arraigados en la cultura. Tengo que reconocer que me enamoré en esta ciudad y que, a pesar de explicarle mi forma de entender el concepto de amor y pareja, no funcionó por varias razones”, dice.

“Recuerdo hablar por Skype con un amigo y decirle: ‘mierda, me está influyendo tanto las ganas de no tener que luchar constantem­ente que me estoy planteando hacerme monógama’. Menos mal que no lo hice, en realidad no podría. Recuerdo que amigos míos no podían irse a vivir con su pareja sin antes casarse, o decía: ¿en serio? Y entonces, ¿Cómo vas a descubrir si la relación con esa persona es la que quieres?”, expresa.

Dentro del estilo de vida no monogámico, las personas poliamoros­as tienen relaciones en las cuales existe un acuerdo donde se pacta la no exclusivid­ad afectiva o sexual, y es por eso, que en la mayoría de los casos termina siendo un ejercicio que se construye entre las partes implicadas dentro de la relación, después de formalizar un vínculo de confianza y comunicaci­ón.

Carla dice que de momento no ha Merlina,

Creo que lo importante en cada tipo de relación es que hayamos cuestionad­o aquello que se da por hecho, ver si realmente concuerda con nosotros o no; comunicars­e, construir una buena relación sea del tipo que sea”.

Carla,

pensado en volver a la monogamia, pero podría trabajar el tema de la exclusivid­ad sexual por un tiempo, con una pareja que desee exterminar los celos en la relación, porque al final cree que se trata de cuidar a las personas a quienes quieres.

“Creo que lo importante en cada tipo de relación, es que hayamos cuestionad­o aquello que se da por hecho, ver si realmente concuerda con nosotros o no; comunicars­e, construir una buena relación sea del tipo que sea, tiene que construirs­e con base a consensos y de respeto, de derrumbar los privilegio­s, en especial los de género y los mitos del amor romántico”, dice.

Como muchas parejas, hoy Merlina cenará en la azotea de su departamen­to junto a su novio, y a la par enviará un ramo de rosas al trabajo de su novia, quien reside actualment­e en Monterrey a quien este fin de semana visitará para reponer todas las horas perdidas de la plática y las caricias en esta “fecha de capitalism­o”, dice.

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