Vivir con moderación
Vemos y escuchamos constantemente en los anuncios de bebidas alcohólicas el slogan “beber con moderación”. ¿Por qué? Están relacionadas con la salud. Nos advierten de las consecuencias negativas en un consumo desmedido para nuestro bienestar físico, emocional y cognitivo. Sin embargo, observo que esta palabra ha desaparecido en muchos momentos de nuestra vida y en la de nuestros hijos. No escucho con frecuencia “moderación” en las familias, escuelas y sociedad. La palabra “moderación” significa equilibrio, balance, medida, mesura, prudencia o discreción. En palabras más coloquiales: “Ni muy muy, ni tan tan”. Sin embargo, veo con gran preocupación cada vez más niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos convertirse en adictos a la tecnología con celulares, tabletas o videojuegos.
La Asociación Mundial de la Salud ha incluido, en su Clasificación Internacional de Trastornos y Enfermedades, la adicción al videojuego como un desorden cognitivo-emocional entre niños, adolescentes y hasta adultos.
Steve Jobs –el diseñador, cofundador de Apple y creador del iphone y ipad– comentó en el 2010 al periodista Nick Bilton, del periódico The New York Times, que no permitía que sus hijos usaran el ipad: “Limito el uso de la tecnología a mis hijos en casa”. Y no es el único experto en tecnología que pone reglas en el uso de la tecnología a sus hijos. Chris Anderson, editor del sitio Wired, establece límites en cada aparato de tecnología en su casa, “porque he visto lo peligroso que es la tecnología en niños y adolescentes”; a sus cinco hijos no les permite usar pantallas en sus recámaras. Evan Williams, fundador del Blogger, Twitter y Medium, les compra cientos de libros a sus dos hijos, pero no les compra un ipad.
El problema no es la tecnología sino la ausencia de autocontrol y jerarquización en su uso. En otras palabras, es la moderación en su uso. Tenemos que poner mucha atención en la salud y bienestar físico y mental de estas nuevas generaciones. No podemos permitir que se atrofien ante tantos excesos que los adultos permisivamente consentimos.
Arianna Huffington, directora CEO de Samsung, publicó hace pocos días un artículo donde lamenta cómo la tecnología aleja a las personas aun estando en el mismo cuarto. El uso excesivo de los medios electrónicos está relacionado directamente a niveles altos de depresión entre los adolescentes: “La tecnología está tomando control de nuestras vidas en vez que nosotros tomemos el control sobre ella”. Huffington aconseja a los padres que enseñen a sus hijos a usar con “moderación” la tecnología. Afirma que el adolescente americano toca su celular 2 mil 617 veces al día y que más del 70 por ciento afirma que lo consulta muy constantemente, aún sin recibir algún mensaje o llamada.
En 1960 había muy pocos anzuelos en el agua que nos enganchaban para distraernos o lastimarnos, como la televisión, el alcohol o la mariguana. Sin embargo, tenían poco impacto en nuestras vidas porque su costo económico era muy alto. Hoy es diferente, nuestros hijos se enfrentan a decenas de anzuelos que pueden morder y en la mayoría su costo es muy alto: videojuegos, Facebook, series de televisión, Youtube, Whatsapp, abundancia de alcohol en reuniones de adolescentes, pornografía, etc. La “moderación” no es prohibir sino usar con inteligencia y autocontrol, evitando que nos destruya y utilizarla para unir y no separar, crecer y no disminuir, en otras palabras, tener control sobre ella y no nos esclavice.