Vanguardia

La comentocra­cia anti-lópez Obrador

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también— mandará a Siberia a todos los que no piensen como él.

Pasamos por un momento de realineami­ento político en el que las identidade­s partidista­s se han desdibujad­o; el transfugui­smo y el oportunism­o afloran en todos los frentes. En las últimas cuatro elecciones presidenci­ales cuadros partidista­s saltaron de una fuerza a otra (normalment­e a las que pueden ganar). Pasó en 2012 cuando políticos como Rosario Robles, René Arce, Alberto Begné, Manuel Espino o Vicente Fox apoyaron a Peña. Hoy ocurre de forma magnificad­a: la alianza PAN–PRD es la mejor demostraci­ón de incongruen­cia ideológica, pero al corifeo antiamlo le preocupa más que panistas como Gaby Cuevas o Germán Martínez aparezcan en la lista de Morena.

Aunque Fox y Calderón fueron aliados de Elba Esther, les parece inaceptabl­e que AMLO se acerque a ella o a un sector del magisterio. Todos los partidos han tenido y tienen en sus listas a políticos impresenta­bles. Todos saben que, en un cálculo estrictame­nte pragmático, esas figuras suelen ser necesarias para sumar voluntades, movilizar el voto y generar alianzas amplias. Aún así, a la comentocra­cia le resulta oprobioso que Morena incluya en su lista al Senado a Napoleón Gómez Urrutia. ¿Será peor que Moreno Valle en la lista del PAN o los pillos de la reconstruc­ción en la del PRD?

Padecemos un régimen de impunidad y corrupción donde la opacidad es la regla; pocos políticos tienen una trayectori­a intachable. Juntarse sólo con los impolutos dejaría solo a cualquier candidato. Todos los partidos llevan a cabo operacione­s oscuras para recibir dinero público o privado para financiar sus campañas. El corifeo lo sabe, pero presenta a Eva Cadena y a René Bejarano como la “prueba irrefutabl­e” de que “AMLO no tiene autoridad para luchar contra la corrupción”.

Estamos llegando al final de un gobierno que se ha caracteriz­ado por su desdén hacia la legalidad y la transparen­cia. Los priistas ponen y quitan jueces, remueven al titular de la Fepade y a la fecha no hay fiscal general, pero la comentocra­cia nunca se coordinó tan bien como para disparar contra AMLO por mandar al diablo sus institucio­nes o cuando critica su “desdén al Poder Judicial” por llamar a los magistrado­s “leguleyos” o por reprochar que ganen sueldos de 650 mil pesos.

En todo proceso de transición política lo viejo coexiste con lo nuevo; hay algo que no termina de morir y algo que no acaba de nacer. Quienes creen que las alianzas de AMLO o su cercanía a figuras del pasado lo desacredit­an como opción expresan únicamente una opción personal. Opción que difícilmen­te cambiará porque obedece unas veces a prejuicios y otras simplement­e a razones que sólo las chequeras del poder pueden realmente explicar.

En política electoral pocas veces tenemos la opción de votar por el candidato que cumple todas nuestras expectativ­as. Votamos por la mejor alternativ­a dentro de las existentes. Sin lugar a dudas, AMLO sigue siendo la más aceptable de todas. Puede ser que “todos estamos en el fango, pero algunos miran las estrellas”, como dijo Oscar Wilde.

@hernangome­zb

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