Vanguardia

ES EL ACOSO SEXUAL MÁS COMÚN DE LO QUE SE CREE

Confiesan algunas jóvenes que no se sienten con la libertad de vestirse como quieren, por temor a ser atacadas

- KARLA TINOCO

En la calle, en el transporte público, en la escuela, en el trabajo, con la familia… el acoso sexual es más común de lo que se cree, aunque pocas veces es denunciado o evidenciad­o por temor a que ese tipo de agresión pueda ser mayor.

Así lo dejan ver los numerosos comentario­s que decenas de cibernauta­s expresaron sobre el video que VANGUARDIA publicó donde un hombre se masturba frente a una menor, a bordo de una unidad del transporte público.

“Eso me pasó a mí hace varios años cuando los celulares aún no traían cámara”, dijo Lucy Ballestero­s, entre otras chicas que también afirman haber vivido esa amarga experienci­a.

Por su parte, “Mary”, afirma también haber sido víctima de algo similar, ya que a bordo de una unidad de la ruta Periférico un hombre se iba masturband­o, por lo que le dijo al chofer y el depravado fue bajado del camión.

Según datos obtenidos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las relaciones en los Hogares (Endireh-2016) a nivel nacional el 65.3 por ciento de la violencia ejercida contra las mujeres en el ámbito comunitari­o ocurrió principalm­ente en la calle y parques, el 13.2 por ciento en el transporte público, además el 66.8 por ciento de las agresiones ocurridas en la calle son principalm­ente de tipo sexual.

En un ejercicio realizado por esta casa editorial algunas mujeres revelan que no sienten la libertad de vestirse como ellas desean por miedo a lo que les vayan a gritar o hacer insinuacio­nes sexuales en la calle:

“No respetan, no te puedes vestir de la manera en que tú quieres porque resulta que es una manera atrevida y que es para faltar al respeto. (Cuando me ha pasado) lo que hago es ignorar, porque no te vas a poner al tú por tú con esas personas, nunca les vas a ganar…”, refiere Sony.

En las últimas semanas VANGUARDIA ha documentad­o al me- nos dos casos de acoso en el transporte público en contra de mujeres, en el que hombres van masturbánd­ose o tocándose sus partes íntimas frente a ellas.

“Cuando estamos esperando el transporte público sí me ha pasado que hay hombres que te empiezan a insinuar cosas verbales. Hay unos hombres que son muy groseros y empiezan a tocarse sus partes, aunque no me ha tocado que me sigan o cosas así”, refiere Vanessa Torres. Sin embargo, reconoce que al momento de enfrentar una situación de ese tipo lo que hace es ignorarlos, pues considera que “si respondes, a lo mejor te va peor”.

Entre las expresione­s más aborrecida­s por las mujeres es que al transitar por los espacios públicos, los varones les dicen en la calle ‘shhh’, ‘mamacita’, ‘adióosss’ o ‘ven’.

“Cuando me dicen en la calle ‘shhhh’ me incomoda mucho, o se te empiezan a acercar o te empiezan a ver así (de arriba hacia abajo), yo siempre tengo miedo y después pienso en qué ‘le hubiera dicho o le hubiera hecho’, pero sinceramen­te no tengo el valor para defenderme”, refiere Fabiola Contreras.

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