HASTA SIEMPRE...
Solamente los más suertudos tenemos la dicha de encontrar un animalito especial con quien compartir nuestra vida. Desafortunadamente con años de felicidad también llegan momentos de tristeza al tener que separarnos de ellos, pues su tiempo de vida es aún más limitado que el nuestro.
Con el paso de los años, nuestros animales de compañía se vuelven parte de nuestra familia. En ocasiones incluso los vemos nacer, luego crecer y pasar de ser cachorritos a ser adultos y ver como forman su carácter, sus hábitos y cómo ellos se adaptan a los nuestros sin cuestionarse nada. Esta es la aventura de amor incondicional más grande que puede existir entre el mundo animal y el humano, cuando les damos la oportunidad de entrar a nuestras casas, y cuando nosotros nos damos la oportunidad de dejar que ellos ocupen un cachito de nuestro corazón. Si tenemos suerte, podremos pasar hasta 15 o 20 años con una mascota. La pregunta es, ¿Cómo después de este tiempo puede uno prepararse para decir adiós? Estudios de tanatología (el estudio sobre los efectos psicológicos de la muerte sobre el ser humano) demuestran que la muerte de un animal de compañía puede resultar tan dolorosa como si se tratara de algún familiar o amigo humano. Esto se debe a los vínculos que podemos llegar a crear con ellos, por lo tanto el proceso de duelo es el mismo, aunque todas las personas lo asimilen de manera diferente.
No es un proceso fácil para quienes amamos a nuestros peluditos con todo nuestro ser. Es difícil enfrentar una muerte inesperada, y también es difícil verlos enfermar o deteriorarse con la edad. Si tenemos suerte tendremos tiempo para prepararnos, para despedirnos, y para evitar cualquier sufrimiento que su proceso de muerte pueda traer a ellos. Los veterinarios pueden parecer personas frías (o que al menos tengan que mantenerse así por enfrentarse a la muerte de animalitos tan cotidianamente). Sin embargo por su experiencia entienden por lo que pasamos, y sabrán brindarnos consejos y el apoyo necesario para tomar decisiones atinadas cuando tengamos que despedirnos de nuestra mascota.
Existen teorías sobre lo que pasa con el “espíritu” de los animalitos al morir; si existe una especie de cielo de animales, si pueden seguir manifestándose a través de nuestros sueños, o si volveremos a encontrarnos con ellos al morir. Hoy en día existen varias alternativas para mantener a nuestra mascota cerca de nosotros (físicamente) aún después de su muerte. Ahora podemos incinerarlos y mantener sus cenizas en nuestra casa, también podemos enterrarlos en cajitas biodegradables que con el tiempo se convierten en arbolitos, o incluso hay gente que fabrica joyería con sus cenizas. Sin embargo un animalito nunca se va de nuestro corazón, y podremos mantenerlo cerca a través de nuestros recuerdos, fotografías, sus objetos favoritos como un platito, una cobija o una pelota, sabiendo lo afortunados que fuimos de compartir un cachito de vida con ellos.