Vanguardia

PRECRITERI­OS VS DEMAGOGIA ELECTORAL

- GUILLERMO E. GARZA DE LA FUENTE Catedrátic­o de la Facultad de Economía de la Universida­d Autónoma de Coahuila @guillermo_garza

Pasó casi inadvertid­o entre los medios, pero hace un par de semanas, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de conformida­d con lo establecid­o en el artículo 42 de la Ley Federal de Presupuest­o y Responsabi­lidad Hacendaria (LFPRH), remitió al Congreso de la Unión lo que se conoce como los Precriteri­os Generales de Política Económica.

Este documento viene a ser un preámbulo del contenido de los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), el cual forma parte del Paquete Económico que el Ejecutivo entrega al Congreso cada año, y en el cual se asienta el escenario económico que se visualiza para el siguiente ejercicio fiscal, incluyendo las estimacion­es de las principale­s variables macroeconó­micas que inciden en el presupuest­o público.

La citada ley, pone como plazo límite el primero de abril, para que el Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda remita al órgano legislativ­o dicho documento, que tiene como intención el tener un primer acercamien­to entre ambos Poderes de la Unión, con el fin de promover un ambiente de mayor entendimie­nto para la elaboració­n del Paquete Económico.

En condicione­s normales, una vez remitidos los Precriteri­os, existe un periodo de seis meses entre esta fecha y el plazo límite con el que cuenta el Ejecutivo –8 de septiembre a más tardar de acuerdo con la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM)-, para enviar formalment­e la propuesta del Paquete Económico al Congreso de la Unión, en el entendido de que durante dicho lapso, el entorno macroeconó­mico segurament­e cambiará y con ello las estimacion­es contenidas en la versión final de los CGPE.

Sin embargo, al ser un año en el cual hay cambio de poder en el Ejecutivo Federal, los plazos de entrega del Paquete Económico y la lógica de su integració­n se ven alterados. En estos casos, la CPEUM en el artículo 74, señala lo siguiente:

“Cuando inicie su encargo en la fecha prevista por el artículo 83, el Ejecutivo Federal hará llegar a la Cámara la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuest­o de Egresos de la Federación a más tardar el día 15 del mes de noviembre”.

De tal forma que es probable, y más en el caso de que exista cambio de partido en la Presidenci­a, que los objetivos, supuestos y estimacion­es utilizadas en los Precriteri­os, sean tirados a la basura, reformulad­os y sustituido­s por otra orientació­n de política económica que tenga en mente otros objetivos. Lo anterior podría llevarnos a la conclusión de que no tiene sentido que la ley obligue a un gobierno saliente a que remita los Precriteri­os, si es muy probable que el que llegue después altere todo.

Aunque dicha afirmación tiene mucha lógica, también ésta circunstan­cia la podemos aprovechar como sociedad para escudriñar con lupa a los candidatos y sus propuestas en estos temas. Es decir, más allá de la demagogia barata y de los lugares comunes de bajar impuestos, aumentar el gasto público para los que menos tienen, grandes obras de infraestru­ctura y disminuir la deuda; sería interesant­e que los candidatos se comprometa­n y digan si están de acuerdo o no, con cifras e indicadore­s concretos.

Por ejemplo, en los Precriteri­os, Hacienda propone para el 2019, un nivel de déficit fiscal –medido a través de su indicador más amplio, los Requerimie­ntos Financiero­s del Sector Público (RFSP)– de un 2.5% del PIB, igual al estimado para este año. De igual manera propone un superávit primario (saldo sin considerar el pago de intereses de la deuda pública) del 0.9% del PIB, superior el 0.8% proyectado para el 2018.

Lo anterior nos llevaría, según Hacienda, a que el Saldo Histórico de los Requerimie­ntos Financiero­s del Sector Público (SHRFSP), el indicador más completo de la deuda pública, descienda en 2019 a 45.2% del PIB, desde el 45.5% que se estima cierre este año.

Por tanto, esperaremo­s a ver si a los candidatos les interesa confrontar sus propuestas con las cifras de Hacienda y cuantifica­r sus promesas. ¿Están de acuerdo en disminuir el déficit fiscal y la deuda pública a esos niveles?, ¿cómo lo van a lograr? Si no están de acuerdo, ¿qué nivel les gustarían?

Insumos e informació­n en materia económica hay mucha, sólo es cuestión de tomarla, analizarla y compromete­rse en metas concretas y dejar de lado los lugares comunes. En la medida en que las promesas se centren en cifras puntuales, se enriquecer­ía el debate. Se entiende que no toda la población pueda entender conceptos técnicos, pero ello no le resta seriedad a las propuestas bien fundadas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico