Un lucero en la lejanía
Primavera de heladas, niebla y granizo combinado con sol ardiente y sofocada fogata incendiaria.
Dicen que las contaminaciones humanas en el planeta le han ido quitando a las estaciones sus características de identidad”. No son ya consistentes los patrones climáticos”, dice un buen observador de los meteoros. “No pasaba esto desde hace 20 años”, comenta sorprendido el horticultor de manzanas, en la sierra de Arteaga después de granizo y heladas en la pasada estación invernal. “Lazaron las llamas al cañón de San Lorenzo como si fuera el del bulevar Coss”, opina el experto en charrería.
En las Naciones Unidas se había dicho que gas como arma no y que vendrían represalias en caso de inobservancia. Ante la noticia de asfixiados en Siria se quiso cumplir con el acuerdo para no perder credibilidad y el trío de naciones poderosas hicieron el bombardeo quirúrgico contra los posibles centros de producción del gas vedado. Lo que se alega es que había una comisión investigadora que iniciaría su labor al día siguiente para encontrar —apenas— las evidencias del señalado crimen. Por eso las naciones de allá solicitaron, sin éxito, que se declarara como agresión alevosa, el atentado contra un país soberano, sin motivo comprobado.
Y acá en estas tierras, han arrancado los candidatos su carrera –nada cándidade campañas por la Presidencia. A la gente le llega, de pronto, la ristra de imágenes y voces en que los pretendientes se desprestigian recíprocamente y lanzan la pirotecnia de promesas y sorpresas sobre una audiencia que cambia de canal. Sigue el escrutinio ciudadano esperando debate para ver más claro si se abre alguna brecha de bien posible para votar y exigir.
Sopla un viento de esperanza por todos los brotes de encuentro, de comunicación, de diálogos, de acuerdos, de colaboración frente a las rupturas y los muros, las pugnas y las agresiones. Frente a las voces adictas a la experiencia negativa que tachan todo proyecto e intentan desalentar toda mejoría, hay una oleada de calumniada juventud en que están las semillas y los brotes, ya vistos en tiempo de calamidad, de un posible futuro de autenticidades victoriosas ....
Ya lo dejó escrito Enrique: “Sólo tres cosas tenía para su viaje el romero, los ojos abiertos a la lejanía, atento el oído y el paso ligero. Cuando la noche ponía sus sombras en el sendero, él miraba cosas que nadie veía. Y, en su lejanía... ¡brotaba un lucero...!”.