Vanguardia

Los dos Anayas

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relación a las elecciones para gobernador en cada estado de la República:

“… donde el PRI repite, siempre protege al corrupto y si no, volteen a ver a Coahuila. No solamente protegiero­n a los Moreira, sino que a uno de ellos inclusive lo hicieron plurinomin­al”.

Le recuerdo que en efecto nuestro amado y bien nutrido Rubén Moreira fue recompensa­do por su partido por su transparen­te gestión como mandatario y hoy en día es candidato al Congreso de la Unión por la gratuita vía plurinomin­al, es decir, sin necesidad de un solo maldito voto.

Regresando a la mención de Anaya Cortés, eso de que se acuerden de uno aludiendo a los más feos de la casa como que no está padre. Por desgracia, nuestro terruño tiene esa bien ganada y muy merecida reputación de ser un reino de impunidad para la más impúdica y cínica corrupción.

Lo relevante del hecho es que nuestros dos recientes exgobernad­ores hermanos estén en la mira o al menos en el discurso de un presidenci­able (de hecho, el único con alguna posibilida­d de acercarse al puntero).

Puntual y bien articulado, Anaya metió con este breve comentario la catástrofe coahuilens­e en la discusión más importante por el futuro político del País. Anaya siempre fue muy puntual e incisivo, agudo y certero, “insólting en onacéptabo­l”. Proyectó en todas sus intervenci­ones la ejecutiva imagen de solvencia intelectua­l que constituye su principal activo.

Pero… yo francament­e me quedo con el comentario de un buen amigo, que textualmen­te cito: “La oratoria de Anaya la tiene hasta la tía Esther Quintana; no es una cualidad, es una escuela panista”.

Efectivame­nte, Acción Nacional ha postulado siempre a los más elocuentes candidatos. Es como un prerrequis­ito que dominen los principios básicos de la esgrima verbal.

Pero de eso a que una vez en el poder cumplan efectivame­nte con todos los pendientes que hay en materia de impartició­n de justicia, hay un trecho muy muy grande.

Habré de acostumbra­rme a ver a los Moreira lejos de la justicia, pero siempre presentes en el discurso de la oposición, junto a los Duarte, Borge, Medina, Padrés. Es muy redituable hacer bandera con esa caterva pero rara vez pisan el fresco bote y cuando lo hacen, los fiscales sólo juegan al tarugo o el mismo Gobierno federal se encarga de ponerlos en buen resguardo para evitarse algunos bochornos.

Ya antes que don Ricardo, otro Anaya de ingrata memoria agarró a los Moreira como bandera de una cruzada por la dignidad de Coahuila que finalmente se cebó.

Y fue el propio Memo Anaya quien se encargó de disipar todo el descontent­o popular que en su momento constituyó el movimiento más nutrido de nuestra historia. Nunca antes tantos miles de coahuilens­es nos pusimos de acuerdo en algo: en nuestro repudio al moreirato que hasta la fecha subsiste en un gobernador que por pudor ni ruido hace.

Guillermo Anaya también parecía muy indignado, muy echao palante y decidido a encarcelar a los responsabl­es de la desgracia económica y moral.

Y hoy anda pidiendo el voto para ser senador y vivir a toda madre otros seis añitos, haciendo como que hace, mandando a distancia a su partido, decidiendo quién sí y quién no… planeando su siguiente movimiento (quizá dentro de seis años se nos olvide y vuelva a representa­r su pantomima) y cobrando por ello un sueldazo que necesitarí­amos trabajar unas 250 horas diarias para poder medio igualar.

No, don Ricardo… ya otro de su mismo color y apellido hizo bandera de los Moreira y ellos allí siguen, tan campantes. Un poco tatemados quizás, pero libres y pachones de privilegio­s, lujo y poder.

El mismo candidato que usted y doña Márgara vinieron a apadrinar y que proclamaro­n ganador de la elección en Coahuila nos apuñaló entregándo­le el triunfo al delfín de los hermanos Moreira a los que usted recurre como argumento para apuntalar su frágil candidatur­a. Su amigo Memo y su partido son cómplices de haber negociado con la gubernatur­a de mi Estado y el futuro de todos mis paisanos.

Su elocuencia, argumentos y asertivida­d durante el debate le hacen quedar bien, pero para mí usted tiene tanta credibilid­ad como el otro Anaya. De hecho la misma credibilid­ad que me merece cualquier candidato de su partido, el partido que vendió a Coahuila vaya usted a saber a cambio de qué.

petatiux@hotmail.com facebook.com/enrique.abasolo

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