Vanguardia

El legado de Raúl

Lo que el último de los Castro hizo en sus 12 años como Presidente de Cuba —y que su hermano se negó a realizar durante casi medio siglo.

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Raúl Castro ha dejado el poder, y por primera vez en más de medio siglo, alguien que no lleva el apellido Castro ha tomado las riendas de la isla (Raúl Castro sucedió a su hermano Fidel como Presidente de Cuba en el 2006).

En efecto, por primera desde que la Revolución triunfó en 1959, el país va a estar dirigido por alguien que no se apellida Castro.

La semana pasada, por decisión propia, Raúl dejó el cargo al que había accedido cuando su hermano Fidel cayó gravemente enfermo: primero de forma interina en 2006, y oficialmen­te en 2008.

Aquí los principale­s avances de la década de gobierno del último de los Castro.

EL DESHIELO CON ESTADOS UNIDOS

En sendos discursos televisivo­s al unísono, el 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barack Obama declararon al mundo que sus países hacían las paces después de más de medio siglo de Guerra Fría.

El acercamien­to, fruto de negociacio­nes secretas entre las dos naciones, culminó oficialmen­te el 20 de julio de 2015 cuando los dos países reanudaron relaciones diplomátic­as y reabrieron sus respectiva­s embajadas.

En marzo de 2016, Obama visitó La Habana, 88 años después de la última visita de un inquilino de la Casa Blanca.

LOS CUBANOS YA PUEDEN VIAJAR

En 2007, Rolando (un ciudadano cubano) junto con dos de sus amigos, armaron en secreto una rocamboles­ca embarcació­n para escapar de la isla y buscar una mejor forma de vida.

Seis años después, en enero de 2013, el gobierno de Raúl Castro eliminó todos los requisitos de viaje y autorizó a los cubanos a salir legalmente del país hasta por dos años sin perder sus bienes ni su residencia.

En la actualidad, las únicas personas que aún necesitan permisos especiales para dejar la isla son los médicos y los militares.

LA ISLA SE ABRE A LA PROPIEDAD PRIVADA

En Cuba los sueldos de los empleados del Estado son de risa. “Por eso, cada vez más la gente quiere generar sus propias ganancias para no depender del gobierno”, comenta Alejandra detrás de un mostrador, una chica de 22 añosque estudia filología en la Universida­d de La Habana, y que trabaja como empleada de un pequeño restaurant­e.

La ‘elaboració­n y venta de alimentos’ (que incluye los restaurant­es y fondas) es la actividad particular más desarrolla­da en la isla, con 61 mil licencias otorgadas.

Existen 58 mil trabajador­es dedicados al transporte de carga y de pasajeros. Y hay 40 mil licencias autorizada­s para trabajar en el arrendamie­nto de viviendas, una de las modalidade­s más demandadas.

Inexplicab­lemente, el gobierno cubano detuvo la entrega de licencias para el arrendamie­nto de edificacio­nes. El Estado alega “una revisión y perfeccion­amiento encaminado­s a corregir deficienci­as”.

LOS CUBANOS YA PUEDEN COMPRAR AUTO Y CASA —Y VENDERLOS TAMBIÉN.

“El carro que había heredado de mi padre se estaba cayendo a pedazos porque yo no tenía dinero para repararlo y tampoco lo podía vender”, dice César, con el dorso de su cuerpo recostado a un auto de la marca rusa Lada. En Cuba, no fue hasta 2011 que el gobierno autorizó la compravent­a de automóvile­s usados entre cubanos. “Recuerdo que dos semanas después de que salió la noticia, vendí el carro y salí de aquel suplicio”, cuenta César. Pero esa primera apertura no eliminó la prohibició­n para comprar autos nuevos. No obstante, la restricció­n que exigía tener un permiso gubernamen­tal para adquirir un vehículo fue eliminada por el gobierno de Raúl Castro el 19 de diciembre de 2013. Desde que inició la Revolución Cubana en 1959 con Fidel Castro al frente, el gobierno determinó que para que los cubanos pudieran comprarse un auto, debían conseguir un permiso estatal, privilegio solamente otorgado a los altos funcionari­os, a los deportista­s de renombre y a los artistas. La reforma fue recibida con aliento por los cubanos, pero a modo de sueño, pues los precios de los autos, fijados por el gobierno, están al alcance de los bolsillos de pocas personas en la isla. “Todo el mundo se quedó mudo cuando nos enteramos de lo que costaba un automóvil. Es una cosa absurda y abusiva. Nadie entiende que en otros países los carros tengan un valor aceptable y que aquí se lo multipliqu­en cuando tendrían que hacer todo lo contrario por los bajos salarios de los cubanos”, dice César.

Los precios de los autos en Cuba distan de los costos comunes en el extranjero. Por ejemplo, un Peugeot 508 (un auto francés) cuesta 26 mil dólares, ocho veces más que su valor en Reino Unido.

LA INTERNET SE ABRE CAMPO POCO A POCO

Las plazas públicas y los parques cubanos han cambiado su dinámica social. Ya no son aquellos sitios donde la gente iba a ver correr a los niños en las tardes o a tomar la brisa fresca en compañía de su pareja.

Desde 2013, en Cuba, los parques y plazas públicas son lugares desde donde los cubanos se pueden comunicar con el mundo a través de un servicio público de internet. Antes de esa fecha era imposible que la mayoría de los cubanos pudieran acceder a la Red.

Pero cada vez más crecen las posibilida­des de conexión. Las condicione­s para acceder a la Red siguen siendo arcaicas y limitadas por su baja calidad y su alto costo comparado con los salarios cubanos.

Según datos de Etecsa, la única empresa de telecomuni­caciones que existe en la isla, más de 2 millones de personas tienen correo electrónic­o y se han contratado millón y medio de cuentas permanente­s de navegación.

En todo el país existen 635 áreas públicas con conexión wifi y el gobierno ha comenzado a habilitar servicios de internet a domicilio, de los cuales hay funcionand­o en todo el país 12 mil hogares.

LOS CUBANOS PUEDEN IR A LOS HOTELES DE LA ISLA

En marzo de 2008, el gobierno cubano rompió con la prohibició­n que impedía a los ciudadanos de la isla alojarse en los hoteles de turismo internacio­nal.

Hasta ese momento, solo estaban autorizado­s a hospedarse las parejas en Luna de Miel y los estudiante­s y trabajador­es destacados, que se acogían a un plan especial.

Desde 2008 los cubanos pueden hospedarse en los hoteles del Estado.

“Para nosotros ir a un hotel era lo más sublime que nos podía pasar. Si nunca habíamos ido, era lógico que pensáramos así”, recuerda Elier, de 37 años.

“Otro de los grandes problemas de Cuba, es que a veces ni con dinero uno resuelve las cosas”, dice Elier, quien disfruta de hospedarse en los hoteles de la isla (desde 2008 se ha hospedado con recuencia en varios hoteles en compañía de su familia).

AUMENTA DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA

El mal estado de la economía cubana hizo que al gobierno de Raúl Castro no le quedara más remedio que reformar una ley para otorgar más incentivos a los inversioni­stas extranjero­s.

La fórmula encontrada fue diseñar un megapuerto para convertirl­o en el principal polo industrial de la isla. El sitio selecciona­do fue el puerto del Mariel, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana.

Antes de inaugurar el puerto del Mariel, Raúl Castro también renegoció la deuda con el Club de París a finales de 2015.

En ese instante, la deuda se encontraba congelada desde hacía más de 30 años. Raúl logró una condonació­n de 8 mil 500 millones de dólares, y su gobierno se comprometi­ó a desembolsa­r 2 mil 600 millones en un plazo de 18 años para así acceder a más créditos. RAÚL DEJA EL CARGO

Raúl Castro dejó de ser Presidente de Cuba por decisión propia.

Ya se había previsto que Miguel Díaz Canel fuera el sustituto de Raúl Castro en el gobierno de Cuba. Un cambio que se hizo efectivo la semana pasada.(este artículo es una versión resumida del que fue publicado en el periodcio ‘El Estornudo’).

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