Jubilados del SNTE: su ‘regalo’ del Día del Maestro
En la víspera de la celebración del Día del Maestro, el Gobierno de Coahuila anunció que dejará de cobrarle a los jubilados y pensionados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la cuota correspondiente al servicio médico, por lo que de ahora en adelante dicha prestación será “gratuita” para quienes se encuentran en dicha condición. Como se recordará, los jubilados agrupados en torno a la Coalición de Trabajadores de la Educación, habían venido realizando protestas y marchas para demandar que cesara el cobro de la referida cuota, alegando que la misma sólo debe ser cubierta por los trabajadores en activo.
Tras las presiones —y probablemente motivado por la cercanía de la jornada electoral del 1 de julio—, el Ejecutivo “cedió” a la pretensión de los jubilados del SNTE y anunció que el cobro cesaría de inmediato.
Sin duda es un acto de justicia que a quienes han dedicado una vida al servicio de cualquier institución —pública o privada— al menos se le garantice de forma integral el derecho a la salud, es decir, que el recibir o no atención médica no dependa del pago de una cuota.
Sin embargo, aunque los profesores jubilados y pensionados han ganado esta batalla, se encuentran lejos de haber ganado la guerra, pues el problema de fondo con el servicio médico de la Sección 38 —que no son las cuotas de los jubilados— persiste.
¿Cuál es éste? El estado de quiebra en el cual se encuentra el sistema de seguridad social de los trabajadores de la educación debido a la persistencia de un modelo de administración que combinó largamente los peores ingredientes posibles: la corrupción e ineptitud de la dirigencia magisterial.
Así las cosas, aunque los jubilados y pensionados ya no sufrirán descuentos en sus cheques quincenales, tampoco recibirán un servicio de calidad, si acaso reciben alguno.
Porque, como se ha documentado largamente, las carencias en las clínicas del magisterio se han convertido en un problema crónico debido a la carencia de recursos para el pago del personal médico suficiente pero, sobre todo, para la adquisición de medicamentos.
Este problema, como se ha documentado también, es estructural y por ello no ha sido resuelto a pesar de los múltiples “rescates” que del sistema de seguridad social del magisterio ha realizado el Gobierno de Coahuila a través de sucesivas reformas a la legislación que lo regula.
Por eso, el “regalo” que los jubilados y pensionados han recibido en la víspera de celebrar su día, es sólo de carácter potencial y responde sólo a una de las demandas que han realizado: la relativa al cese de un cobro que consideran injusto dada su condición de jubilados.
No hace falta ser demasiado perspicaz para entender que no pasará mucho tiempo antes de que les veamos nuevamente en las calles o para que reseñemos las protestas en las clínicas del magisterio debido a la falta de personal médico que les atienda o porque los anaqueles de las farmacias se encuentran vacíos.
Aunque los jubilados y pensionados ya no sufrirán descuentos en sus cheques quincenales, tampoco recibirán un servicio de calidad