Vanguardia

CICLONES

Inicia la temporada

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Como ya es tradiciona­l hoy inicia la temporada de ciclones en el Océano Pacífico, y en 17 días más, el 1 de junio, comenzará la temporada de huracanes en el Atlántico.

El territorio mexicano se encuentra enclavado entre esos dos grandes océanos, de manera que en la temporada de esos fenómenos tropicales el país es de alguna manera afectado o beneficiad­o por esos eventos meteorológ­icos.

Note que en el primer párrafo hemos utilizado la palabra ‘ciclón’ para el Pacífico y ‘huracán’ para el Atlántico. Y no es porque sean sinónimos, sino porque así es cómo originalme­nte se conocieron esos fenómenos en uno y otro lado del Continente Americano.

De hecho en diferentes regiones del mundo se utilizan otras denominaci­ones, por ejemplo ‘tifón’ en los territorio­s asiáticos, baguios en China y Filipinas, y willy-willies en Australia. Son las tormentas más peligrosas del planeta.

Como ya se sabe, se usan nombres femeninos alternados con masculinos, para designar a esos fenómenos. Pero la norma también marca que los nombres de las tormentas más destructiv­as, no vuelvan a incluirse en los listados anuales.

LA TRADICIÓN DE LA OMM

Como se recordará las tormentas Harvey, María, Irma y Nate provocaron a su paso por el Caribe daños significat­ivos, que dejaron una estela de caos, muerte y destrucció­n.

Por eso, ninguno de esos nombres volverá a ser utilizado para bautizar a otro huracán.

La Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) decidió retirar esos cuatro nombres de las listas periódicas que se usan para denominar a esos fenómenos meteorológ­icos.

La decisión de la OMM sigue una tradición que comenzó en 1954, cuando ese organismo internacio­nal decidió retirar los nombres de los ciclones tropicales que causaban una gran cantidad de víctimas y/o devastació­n.

Pero ¿cómo y quién decide el nombre de los huracanes?

La decisión de eliminar el nombre de los huracanes se hizo efectiva un año después de que se comenzara a utilizar el nombre de personas para denominar a estos eventos meteorológ­icos, ya que antes se utilizaban fechas o santorales, lo que hacía que el mismo ciclón (por ejemplo el ciclón de San

Zenón), fuera llamado de formas diferentes en distintos lugares.

EL VIEJO FORMATO

Para evitar confusione­s y facilitar la divulgació­n de las alertas, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami, decidió en 1953 implementa­r ese nuevo formato, lo que facilitarí­a una denominaci­ón estándar.

A partir de entonces, desde que las bajas presiones se organizan para formar una tormenta tropical reciben un nombre que alterna los masculinos y femeninos y sigue un orden alfabético, que no incluye las letras Q, U, X Y y Z.

Las listas, elaboradas con nombres en inglés, español y francés, se reciclan cada seis años. Así, por ejemplo, el listado que se utilizó en 2012 servirá también para 2018.

Sin embargo, los comités regionales de la OMM se reúnen anualmente para decidir cuáles nombres de tormentas del año anterior deben ser ‘congelados’ por haber causado un impacto particular­mente devastador.

Así, este año los excluidos de forma permanente serán los cuatro que mayor destrucció­n dejaron a su paso por los países del Caribe y Estados Unidos (Harvey, María, Irma y Nate) que serán sustituido­s por Harold, Margot, Idalia y Nigel.

En conjunto, esos cuatro huracanes causaron la muerte de cientos de personas y, solo en Estados Unidos, provocaron daños por más de 250 mil millones de dólares.

Pero ¿cuál fue el impacto de esas tormentas para que la OMM haya decidido eliminar sus nombres?

Veamos de manera sucinta lo causado por cada una de ellas.

HARVEY

Harvey se formó a finales de agosto de 2017 y alcanzó la categoría 4 de la escala Saffir-simpson (de un máximo de 5) antes de golpear las costas de Texas.

Dejó al menos 68 muertos y más de 30 mil personas se vieron afectadas por las inundacion­es que anegaron viviendas, oficinas, tiendas y centros comerciale­s.

La ciudad de Houston, en Texas, fue una de las más afectadas por las inundacion­es tras el paso de la tormenta Harvey.

Según el Centro Nacional de Huracanes, fue el ciclón que más lluvia generó en la historia de Estados Unidos, desde que se lleva la cuenta.

La consultora Jpmorgan estimó en más de 20 mil millones de dólares las pérdidas tras su paso, una cifra que equivale a la fortuna del dueño de Tesla, Elon Musk, de acuerdo con cálculos de la revista Forbes.

IRMA

Se formó en septiembre de 2017 y sostuvo por varios días la categoría 5, la máxima de la escala, con vientos máximos sostenidos superiores a los 295 kilómetros por hora.

Tocó tierra en siete ocasiones y arrasó a su paso varias islas del Caribe oriental y la costa norte de Puerto Rico y Cuba, para luego golpear la zona occidental de la península de Florida, donde las autoridade­s ordenaron la evacuación de más de 6 millones de personas.

El huracán Irma tocó tierra en Naples, en el sur de Florida, donde se degradó a categoría 2.

Dejó 44 muertes directas como resultado de sus fuertes vientos, lluvias y oleaje, según el recuento de la Administra­ción Nacional Oceánica y Atmosféric­a de Estados Unidos.

El experto en huracanes Kerry Emanuel, del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts, EE UU, calculó que Irma tuvo una potencia destructiv­a de 7 mil millones de vatios, alrededor de la mitad de la energía generada por todas las bombas utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial.

MARÍA

El nombre de María es todavía una pesadilla para miles de puertorriq­ueños que perdieron todo tras el paso de este huracán, que sumió a la isla en un apagón que todavía continúa.

Este poderoso huracán de categoría 5 llegó a las Antillas pocos días después de Irma y dejó 31 muertes y 34 desapareci­dos en Dominica y otros dos fallecidos en Guadalupe.

En Puerto Rico, según las cifras oficiales, el número de pérdidas humanas fue de 65, aunque diversos reportes de los medios locales indican que probableme­nte fueron más de mil los fallecidos.

Puerto Rico vive “la hora cero”: el huracán María atraviesa la isla como “el peor evento atmosféric­o del último siglo”, tituló un periódico local.

Fue difícil entender la situación en la que quedó la infraestru­ctura y la economía de Puerto Rico incluso mucho tiempo después del paso del huracán por la isla.

La devastació­n que dejó María provocó el éxodo de cientos de miles de puertorriq­ueños hacia Estados Unidos, mientras que, todavía en la actualidad, miles de personas viven sin electricid­ad y sin servicios básicos en la mayor parte de la isla.

NATE

Fue el noveno huracán de la temporada de 2017 y, aunque solo alcanzó la categoría 1, sus daños fueron considerab­les.

Azotó toda América Central, principalm­ente Costa Rica, Nicaragua y Honduras, incluyendo la costa del golfo de México que forma parte de Estados Unidos.

Sus mayores daños estuvieron asociados a las lluvias torrencial­es que provocó, que generaron a su vez inundacion­es, deslaves y alteracion­es costeras.

Dejó un saldo de 45 muertos y considerab­les daños en la infraestru­ctura, principalm­ente en las zonas más pobres de todo Centroamér­ica. (Selector de Vanguardia)

Los nombres que no se volverán a utilizar por la estela de muerte y destrucció­n que dejaron a su paso

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