Intolerancia hacia la prensa
En medio de cualquier crisis gubernamental lo más fácil es culpar a otros. El asumir responsabilidades no es una práctica común entre la clase gobernante de este País. Los ejemplos sobran y ningún partido político escapa de esta práctica.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la intolerancia hacia la crítica de parte de Andrés Manuel López Obrador. Pero el argumento que usan sus detractores también es común en ellos. Lo más fácil para los políticos es responsabilizar a sus antecesores de los problemas que enfrentan o más sencillo aún, culpar de todo a los medios de comunicación.
Quienes trabajamos en medios o colaboramos en ellos, sabemos que en cualquier momento por hacer nuestra chamba de informar, eso nos hará “responsables” de los errores que cometa el gobernante en turno.
Al inicio del sexenio anterior, Rubén Moreira llegó a tener enfrentamientos con la prensa cuando se le cuestionaba sobre la inseguridad que azotaba a La Laguna. Como alcalde de Saltillo, Isidro López, también responsabilizó a los medios de los malos resultados de su gestión. El mismo López Obrador avala a un periódico cuando publica una encuesta cuando lo pone de puntero, pero ese mismo medio es un instrumento de la “mafia del poder” cuando le hace un señalamiento.
Los gobernantes “olvidan” que los medios de comunicación no participan en el diseño de sus políticas públicas, tampoco en la toma de decisiones. Sin embargo, es mejor denostar contra la calidad moral de algún reporter@ y armar una campaña de desprestigio en vez de aceptar la crítica y velar por el respeto de la libertad de expresión.
Desde el inicio de su administración, Jorge Zemeño ha dado muestras de intolerancia hacia la critica que ejercen los medios. En plena entrevista regañó a los reporteros exigiéndoles que les dijera el nombre de la persona que había filtrado el cheque de una indemnización millonaria en Simas.
La no aceptación a la crítica provocó una alerta de la organización civil Artículo 19, cuando Jorge Zermeño increpó en plena entrevista a Benjamín Mijares, respondiéndole “y a ti que te duele”. Hoy que se vive una severa crisis por la escasez de agua y hay protestas todos los días, lo más sencillo es ir contra los reporteros.
De esta forma, el alcalde Jorge Zermeño, acude a una entrevista a Multimedios Laguna y aprovecha para despotricar contra El Siglo de Torreón, que publicó que los peces del Parque Fundadores habían muerto.
“Debido a que el agua de la planta tratadora de aguas residuales que opera en el Parque Fundadores no funciona debidamente, es que murieron cientos de peces”, dijo a ese medio María Elisa Garagarza de Madero, presidenta del Consejo de este Parque. A pesar de la fuente, el Alcalde arremete contra el medio. Incluso, en ese mismo espacio televisivo el Alcalde cuestiona a los conductores Marcela Moreno y Ángel Carrillo sobre la cobertura de los medios que priorizan el tema de escasez de agua sobre las obras de remozamiento o que las fuentes de los parques público ya tengan agua.
Al igual que en el caso de Benjamín Mijares, y paradójicamente un día antes de la celebración del Día de la Libertad de Expresión, “sorpresivamente” apareció en las redes sociales una campaña de desprestigio contra la reporta del Siglo, Yolanda Ríos y el productor de Siglo TV, Iván Corpus. Nuevamente la intolerancia de una administración que se cree inmaculada y así reacciona ante los cuestionamientos de la prensa.
Cuando entenderán los políticos, y en este caso Jorge Zermeño o su equipo de Comunicación Social, que no es armando campañas de desprestigio contra los reporteros como se solucionarán los múltiples problemas de la ciudad. Tal vez si ese tiempo y creatividad lo utilizarán para mejores cosas, Torreón no estaría viviendo una de sus peores crisis de escases de agua.
Un abrazo y mi solidaridad a Yolanda e Iván. www. vanguardia. com.mx/ diario/ opinion > ¿Privacidad o derecho a la información? > Moción de censura a la mexicana Oí un cuentecillo que me divirtió. En la puerta del Cielo había dos letreros. Uno decía: “Fórmense aquí los maridos que fueron dominados por su esposa”. Decía el otro: “Aquí fórmense los maridos que dominaron a su esposa”.
Frente al primer letrero había una fila tan larga que se perdía en el infinito.
En cambio ante el segundo cartel había un solo individuo; un hombrecito escuchimizado, enteco, de aspecto insignificante. San Pedro, el portero celestial, fue hacia él. —¡Felicidades, amigo! –lo abrazó entusiasmado—. ¡Ni siquiera yo habría podido ponerme en esta fila! Explíqueme por qué se formó aquí. Respondió tímidamente el señorcito: -Mi esposa me dijo que aquí me formara. Y ahora discúlpenme. Voy a formarme. (En la primera fila, claro).
¡Hasta mañana!...