JOVEN MADURO
Representar a Coahuila en la Cámara de Senado
res es llevar a la responsabilidad máxima el trabajo parlamentario. Don Braulio Fernández Aguirre, don Eulalio Gutiérrez Treviño, don Oscar Flores Tapia, don Eliseo Mendoza Berrueto, don Raúl Castellano, y don Rogelio Montemayor Seguy, son, entre otros, los senadores más destacados en los últimos sesenta años, en el Congreso de la Unión, surgidos de nuestra tierra.
El Senado de la República es sin duda, una institución central del pacto federal en que se basa nuestra República.
Hoy que vivimos la recta final del proceso electoral en el que además de elegirse Presidente de la República, diputados federales; en nuestro caso Presidentes Municipales, también habrá de definirse la participación coahuilense en el Senado, es muy buen momento para recapacitar en la importancia de este momento político.
En plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), quizá el acuerdo internacional más importante que haya firmado México después de la Segunda Guerra Mundial, el Senado de la República toma especial importancia por el conjunto de la relación con Estados Unidos y con el mundo entero.
¿Quién nos va a representar ahí?
De entre la variada oferta que presentan los partidos y coaliciones destaca un joven maduro de profunda vocación de servicio, con gran trayectoria política pese a su edad… con una red de relaciones de primer nivel nacional, destacando el candidato presidencial José Antonio Meade entre esos amigos y contactos, así como un gran amor por su tierra natal, Saltillo, y una profunda lealtad por su partido, el PRI: Jericó Abramo Masso.
Al escuchar su segundo apellido, resulta obvio confirmar su parentesco, nieto ni más ni menos, con el legendario político coahuilense,
Jericó es el tipo de senador que Coahuila requiere en estos tiempos. Con una intensa actividad permanente, con una visión práctica pero comprometida
don Jorge Masso Masso, fallecido hace ya unos años.
Jericó es el tipo de senador que Coahuila requiere en estos tiempos. Con una intensa actividad permanente, con una visión práctica pero comprometida, con una gran orientación social, con mucha cercanía con la sociedad en todos los sectores, y con un gran conocimiento de cómo funciona el sector público, en todos sus ámbitos del País.
Para Coahuila, y en especial para los sectores y clusters productivos, como el automotriz en el sureste, es de gran importancia que podamos contar con un senador que sepa defender nuestros intereses específicos, como entidad, pero que además tenga las capacidades y habilidades políticas para construir acuerdos, mayorías y eventualmente consensos en los grandes temas de la agenda nacional.
La ventaja de Jericó, además de lo ya mencionado, es que en su paso por la Cámara de Diputados, en la legislatura que concluye el último día de agosto, pudo crecer notablemente hasta convertirse en el gran artífice de los cabildeos que permitieron al País tener leyes de ingresos y presupuestos, con un amplio respaldo pluripartidista.
La identificación con nuestro gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, con quien además de una larga amistad, le une la coincidencia en la manera de entender la política como el instrumento y la actividad que permite concretar visiones y proyectos de transformación, nos habla también del gran apoyo que significaría para la administración estatal contar con un aliado de esa estatura, en todos los sentidos, en la Cámara de Senadores.
A la hora de decidir los coahuilenses sabemos decidir bien. Jericó Abramo debe ser, por voluntad popular, senador por nuestro estado a partir del próximo primero de septiembre. Hacia allá parecen orientarse los astros.