DIÁLOGO QUE BORDEA EL MONÓLOGO

¿Naciste en Saltillo?

“No. Nací en Torreón ¿Tú?”.

En Saltillo

“Que feo. Pero tú no eres de aquí. Eres de Colombia. Quieres ir a sentarte a algún lado.”

Pues si quieres a tu lugar (jardín). ¿No te da calor, Érick?

“No, porque ya soy mono. Mono que pesa 25 kilos, no mono. El calor no existe cuando el mono ya no existe”.

¿Te gusta la música?

“Fíjate que sí. Tengo mi todo pero solo para algunas personas porque están muy babosas últimamente. “Los maldoners”. “De valtica 35 cm”. “Crosha Band”. “Un rebel”. “Moviendo momentos con Ramashdal y “Elíptica con Adolmarrander”.

¿De dónde son esas bandas?

“Son polacos”.

¿Te gusta Beethoven?

“Sólo cuando hay una cosa muy difícil de intentar”.

¿Por qué escogiste la Alameda?

“Es que todo está destruido. No sirve (silencio) sí sirve pero, para qué me voy tan lejos. Sí me puedo ir más lejos pero es algo extraño. Ya se están componiendo muchas cosas. No importa qué tan feo esté, tú debes existir en donde quiera que sabes que existes”.

Una vez se me acercó un indigente y me dijo cómo salvar al mundo. ¿Tú no sabes nada?

(Risas) Sí. Se llama Salvatore Arromater. Es para encontrar una vida dentro de una vida dentro de una vida. La vida está consciente. Tú no debes de entender nada porque todo está consciente en el superconsciente que viene de la mente asbáltica. Hay tres conciencias secretas. La mente es una conciencia. La vida asbáltica es otra conciencia. Cuando tienes tres conciencias en una asimentación no tiene por qué preguntarte de dónde viene el pasado, el presente ni el futuro”.

¿Crees en Dios?

“No. Yo no tengo creencias, ni esos pedos”.

¿Y tus hermanos están en Torreón?

“No les hablo. No tengo eso. Esa cosa no la platico. Porque son cosas diferentes”.