Carreras contrastantes
Hemos visto documentales de gente de países nórdicos que corre sobre la nieve.
Van, con mínimos trajes de baño, a sumergirse en aguas heladas. Los veintiún kilómetros de carrera urbana en Saltillo atraen siempre a los corredores kenianos que vienen a llegar primero. Gente saltillense viaja para participar y no faltan aficionados, de estados vecinos, que se acercan a participar. Los residentes aficionados se apuntan cada año para sumar kilometraje.
Es una fiesta deportiva. Como ya hay ganadores asegurados, no hay tanta pugna de competencia por velocidad. Lo importante es la resistencia, la tenacidad, la perseverancia. Avanzar y avanzar. Pero en compañía. No con adversarios sino con acompañantes. Y claro, el reto es llegar. Dar el último paso. Atravesar la meta. Las calles se vuelven pista. El Sol de junio se atenúa con nubes pasajeras.
Hay miembros de una misma familia. Hay jóvenes, adultos y mayores. Abuelas, esposas y novias, primas, hermanas y amigas son el contingente femenino salpicando gracia y poderío en la larga estampida humana. La musculatura masculina impulsa a los varones en paso rápido y acompasado. No faltan encanecidos entusiastas a quienes no importa ser rebasados.
Sería interesante asomarse a los pensamientos de los que corren. Algunos se van seguramente al pasado y los recuerdos los tonifican. Otros irán rezando o simplemente platicando con Dios. Otros cantarán canciones motivacionales. No pocos se hundirán en un silencio saludable y concentrado. Todos buscan que su mente los haga disfrutar de ese ejercicio esforzado y persistente. Beben tragos de agua fresca que les ofrecen al pasar o mastican una fruta jugosa sin detenerse.
Las campañas de los candidatos también son carrera larga de resistencia en que sólo pocos son finalistas. Ya en la recta final, participan en el tercer debate, en Mérida. Es distinta esa carrera a la del 21K saltillense. Aquí se da fuerte competencia sin hacer caso de muestreos cuchareados, divorciados de la realidad. Se han contaminado los debates anteriores con descalificaciones y acusaciones. Quizá en este tercer encuentro entren en contraste comparativo los “cómos”, de los consabidos “qués”.
La meta es el mandato del voto mayoritario. El candidato preferido se convertirá en mandatario, en servidor, en empleado, en ejecutor y otros en representantes y legisladores. Hay una distancia mediática que se aproxima al previsto y habitual gane keniano de la carrera deportiva saltillense; pero lo definitivo será el conteo y el resultado que otorgará constancia. Un espíritu deportivo auténtico puede darle a lo político transparencia y dignidad democrática... La ciudadanía corre también hacia las urnas para mandar y poder demandar o felicitar...