EL DNA DEL DESARROLLO
Para mi hijo Jorge Alberto ¡Felicidades!
El economista Schumpeter clarificó que las innovaciones de las personas emprendedoras son la fuerza que existe detrás de todo desarrollo económico sostenido; en este contexto, estas personas destruyen con sus propuestas el valor que las compañías establecidas brindan a sus clientes. A este proceso lo denominó “la destrucción creadora”, la cual representa la “esencia del capitalismo”, siendo su protagonista central el emprendedor innovador.
Por su parte, Peter Drucker asoció la innovación y la iniciativa empresarial creando un nuevo concepto que nombró “disciplina sistemática” en la cual innovar es una función del empuje necesario para generar riqueza, mediante la utilización adecuada de recursos. Para este autor la innovación no es un tema de “inspiración”, sino el resultado del trabajo metódico y duro, y no se centra en un «cierto tipo de personalidad», sino en el «compromiso en la práctica de la innovación».
Es claro que, en la mayoría de los casos, en la sociedad “crucificamos a los que fracasan. No entendemos que toda innovación es el último eslabón de una gran cadena de fracasos”, pero ¿qué hay detrás de las personas que no le temen al fracaso?
HABILIDADES REQUERIDAS
Profesores de la universidad de Harvard, INSEAD y de la Universidad Brigham Young, realizaron un estudio con más de tres mil directivos y 500 empresarios innovadores, el cual incluyó entrevistas con empresarios de alto perfil como Jeff Bezos de Amazon y Michael Dell, fundador de la empresa Dell.
Los investigadores identificaron cinco habilidades que separan a los innovadores del resto de las personas “comunes y corrientes”:
Asociar.- Se refiere a la habilidad de conectar preguntas, problemas e ideas, aparentemente desasociadas, desde diferentes áreas de concomimiento, ángulos o puntos de vista. En torno a la asociación giran las otras cuatro habilidades del perfil innovador: Cuestionar, Observar, Experimentar y Trabajar en Red (networking).
Uno de los científicos Hal Gregersen, sostiene: “los que los innovadores tienen en común es que ellos pueden juntar ideas e información en combinaciones únicas que nadie ha hecho antes”.
Cuestionar.- Los innovadores constantemente se hacen preguntas que desafían la sabiduría común o popular, su idea no es encontrar las respuestas correctas, sino las peguntas correctas. Estas personas tienen tres preguntas básicas: ¿Por qué? ¿Por qué no? y ¿Qué pasaría si…? La sorprendente capacidad para conectar ideas “la asociación”, los conduce a ser personas que también cuestionan su entorno; es decir, se identifican por “pensar fuera de la caja”.
El secreto de las personas innovadoras es la conducta: “su forma de actuar es predecible, primero observan activamente como un antropólogo, luego hablan con gente muy diversa, con diferentes visiones del mundo, que después los hacen desafiar a sus supuestos” estos los induce a realizar cuestionamientos que, con el tiempo, los llevará a encontrar soluciones sorprendentes.
En este sentido “la gran mayoría de los gerentes y directores se enfocan en entender cómo hacer que los procesos existentes (el status quo) sean un poco más eficientes. Los Emprendedores Innovadores, al contrario, ponen a prueba los supuestos y las hipótesis de partida”.
Observar.- Los innovadores descubren nuevas realidades partiendo de la simple observación, para ellos esta es una de las herramientas más útiles para comprender y luego proponer soluciones jamás pensadas por el común de la gente.
Observar implica la capacidad de sorprenderse ante las realidades más simples y sencillas de la vida: mirar a la naturaleza, sus fenómenos; a la gente y sus costumbres, lo que las personas hacen y dicen, la conducta cuando compran o cuando hacen uso de los bienes y servicios.
Para observar se requiere volver a lo básico, tal como lo ejemplifica el poeta, Rabindranath Tagore: “durante muchos años, sin reparar en gastos, he recorrido muchos países, he visto las montañas más altas y los océanos. Lo único que no supe ver fue el brillo del rocío en la hierba a la puerta de mi casa”, ¿se puede agregar algo más?
Experimentar.- Insisten en probar nuevas ideas, crean prototipos, hacen pruebas piloto y no temen lanzar al mercado sus conceptos.
El estudio sostiene “para ellos, todo se puede experimentarpor ejemplo, si entran a una librería y están acostumbrados a leer de historia, ellos prueban un libro de psicología. Todos estos comportamientos están fuertemente reforzados por su capacidad para proponerse preguntas provocadoras sobre el mundo que los rodea”.
Trabajar en redes (networking).
los innovadores suelen establecer redes con gente que tienen diversas ideas, lo cual nutre su capacidad de asombro.
El resultado del análisis sostiene, que una de las claves para innovar es liberada creación de una variada red de contactos: “las personas que tienen conexiones más variadas escuchan información más diversa, y ven los patrones antes de que otras personas, ellos son capaces de unir algo que escuchan de una conferencia que estaban en la semana pasada con una reunión tienen hoy en la mañana y de pensar en una nueva idea “.
El objetivo “no es simplemente conocer a mucha gente, sino conocer gente de diversos orígenes, que trabajan para diferentes empresas en diferentes industrias, tienen habilidades diferentes, y se preocupan de cosas diferentes, lo que le permite a usted está expuesto a las ideas diversas”, la diversidad es fuente de nuevas experiencias, conocimientos y, por supuesto, actitudes y conductas.
ACTUAR DIFERENTE
Debido a que la capacidad de pensar de manera diferente proviene de actuar de manera diferente, Gregersen concluye que cualquiera puede convertirse en un innovador, con sólo actuar como uno de ellos.
Los estudios han demostrado que la creatividad es una habilidad que puede ser aprendida y adquirida en un 80%, por tanto, la innovación es como el ejercicio de los músculos -si se alzan pesas, se desarrollan las habilidadespor su parte, Mark Ventresca, profesor de gestión estratégica de la Universidad de Oxford Saïd Business School, está de acuerdo en que la innovación no es un rasgo inherente, sino un conjunto de habilidades que las personas pueden aprender.
Ambas conclusiones son alentadoras, ya que rompen el mito que el innovador “nace, no se hace”, más bien es un tema de voluntad y práctica.
ALGUNAS IDEAS
Cuando se trata de desarrollar la capacidad para innovar, Ventresca también recomienda apartar 30 minutos por semana para conversar con una persona que normalmente no hablaríamos -por ejemplo, alguien que usted conoció en una conferencia hace seis meses, “si usted hace esto cada semana, esto son 52 conversaciones en un año por 26 horas de conversación, y digamos que 10 de esas conversaciones produzcan algo interesante, y dos de las 10 le permiten crear algo nuevo y valioso - invirtiendo apenas 26 horas al año usted puede encontrar su próxima idea innovadora” concluye el investigador.
Para mejorar las habilidades de cuestionar, uno de los investigadores, Gregersen, recomienda identificar un problema y escribir preguntas en relación a ese tema por espacio de 10 minutos durante 30 días, paulatinamente esta práctica derivará en nuevas formas de percibir un reto y afrontarlo con éxito.
La razón es simple: en ese período las preguntas cambiarán, también la comprensión y el enfoque del problema.
LO QUE FALTA
Creo que, aparte de los resultados del estudio, una persona innovadora se caracteriza por su permanente hambre por cambiar la realidad, por su inconformidad, por su indiscutible ánimo de ambición: estar siempre abierta a las cambiantes realidades y a los retos que se les presentan.
Estas personas siempre están dispuestas a “comprarse un problema”, “a hacerse cargo de alguna insatisfacción o preocupación”. En fin, son los seres humanos que jamás se preguntan el por qué no, sino el cómo “si” y entonces formulan propuestas que cambian para bien el mundo.
México requiere seres humanos que innoven y emprendan sin temor al fracaso, de gente fuera de serie, que en sus corazones reine la esperanza, en sus actos la fe y estén dispuestos a usar sus habilidades para “destruir creativamente” lo cual, insisto, representa el DNA del desarrollo sostenible.