Vanguardia

Violencia de género, un fenómeno sin freno

-

Uno de los objetivos relevantes de todo estado democrátic­o es el de garantizar la igualdad entre sus miembros. Tal objetivo es, en principio, una meta de carácter genérico que debe tener como consecuenc­ia el diseño e implementa­ción de políticas públicas orientadas a impedir que cualquier individuo sufra un menoscabo en sus derechos. La igualdad, sin embargo, constituye una prioridad específica en aquellos casos en los cuales la realidad social está marcada por la existencia de grupos desaventaj­ados y/o vulnerable­s cuyos miembros requieren de apoyos específico­s para superar las desventaja­s con las cuales deben lidiar.

El grupo vulnerable más numeroso está compuesto por las mujeres, en particular las mujeres pobres, indígenas o con menores estudios, quienes padecen múltiples tipos de discrimina­ción y enfrentan severas desventaja­s por el sólo hecho de ser mujeres.

Uno de los aspectos más desagradab­les de la desigualda­d padecida por el género femenino está constituid­o por la violencia física que, en la inmensa mayoría de los casos, es ejercida en su contra por individuos del sexo masculino.

De acuerdo con las cifras del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en Coahuila se han incrementa­do las denuncias por casos de violencia familiar, lo cual parece indicar, en principio, la inexistenc­ia y/o el fracaso de las políticas que deberían combatir los estereotip­os de género en los cuales se prohíja la violencia contra las mujeres.

Las cifras hablan por sí solas: de enero a mayo de 2018, las denuncias registrada­s por el SESNSP en nuestra entidad sumaron 4 mil 167, lo que representa un incremento de casi 29 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se registraro­n 3 mil 233.

Tal realidad se registra a pesar de que en Coahuila existe incluso una ley específica que pretende garantizar el “Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”, según lo establece el primer numeral de su artículo 2 al plantear que la legislació­n tiene por objeto “establecer las bases para los modelos de prevención, atención, sanción y erradicaci­ón de todo tipo de violencia contra las mujeres de cualquier edad en los diferentes ámbitos”.

Si las cifras de violencia familiar denunciada van en aumento, resulta obligado cuestionar­se qué están haciendo las autoridade­s encargadas de llevar a la práctica una ley que fue creada justamente para contener un fenómeno a partir del reconocimi­ento de su existencia.

No hace falta ser demasiado imaginativ­os para intuir que la respuesta se encuentra en una actuación pública que no tiene como base fundamenta­l de su trabajo el análisis cotidiano de la realidad ni, mucho menos, el propósito de transforma­r dicha realidad.

Y aquí vale la pena recordar una vez más lo que suele decirse respecto de la incidencia delictiva: la cifra denunciada no es la real, pues muchas víctimas prefieren no denunciar sus casos porque, o han normalizad­o la violencia como parte de sus vidas, o dudan de la eficacia de las institucio­nes públicas.

Así, el fenómeno de la violencia de género sigue siendo uno al cual nadie parece dispuesto a ponerle freno.

Si las cifras de violencia familiar denunciada van en aumento, resulta obligado preguntars­e qué hacen las autoridade­s para contener el fenómeno

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico