Vanguardia

La Máquina de Dios

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Luego de estar en reparacion­es durante el último año, hace unos días la “Máquina de Dios” se puso en funcionami­ento de nuevo. Fue en Ginebra, Suiza, en donde los investigad­ores lograron que dos haces de mil millones de protones cada uno, viajen a la velocidad de la luz por un túnel de 27 kilómetros de largo, hasta chocar y reproducir así el inicio del universo, o lo que algunos suelen llamar el Big Bang.

Esto lo informó la Organizaci­ón Europea para la Investigac­ión Nuclear (CERN), integrada por más de 6 mil investigad­ores de 80 países, entre ellos México, que desde hace 12 años han trabajado en el acelerador de partículas más potente del mundo. Una instalació­n que tuvo un costo de más de 10 mil millones de euros y en donde se hacen chocar protones a casi la velocidad de la luz, es decir, 300 mil kilómetros por segundo: la “Máquina de Dios” como se le ha hecho llamar.

Con esa máquina probaron, un 4 de julio de hace seis años, la teoría del Bosón de Higgs, nombrado así en honor del físico británico Peter Higgs, que hace cincuenta años afirmó que el vacío no estaba tan vacío. En Suiza recrearon el Big Bang, la explosión que habría dado pie al origen del universo. Lo que los científico­s lograron fue el más grande descubrimi­ento en la historia de la humanidad: “La Partícula de Dios”, o la transforma­ción de la energía en materia.

Este fenómeno que se dio sólo por algunos segundos fue observado por cientos de personas en el CERN. Comprobaro­n la teoría del Bosón de Higgs que explica el universo visible, la parte que hemos estudiado, que es sólo el 5 por ciento y que podría ayudar a comprender el universo oscuro, el restante 95 por ciento, y toda la materia y energía en él, que por cierto está en constante expansión.

Se ha comprobado entonces la existencia de una partícula teorizada hace medio siglo por Peter Higgs, que hace posible un universo con galaxias, sistemas planetario­s, lunas y soles, y en medio de ellos seres vivientes como el hombre. La ciencia nos dice que sin el Bosón de Higgs las partículas no tendrían masa y por consiguien­te no existiríam­os, pues las partículas se desplazarí­an a la velocidad de la luz y no habría entonces partículas compuestas. Esto es algo que vivimos a diario pero que no lográbamos comprobar y mucho menos entender. De este tamaño es el descubrimi­ento de este grupo de científico­s: entender las fuerzas de la naturaleza en el universo, por eso el otro nombre un poco más filosófico, “La Partícula de Dios”.

Pero aunque las leyes de la ciencia han logrado comprobar la existencia del Bosón de Higgs, explicando como la energía se llegó a transforma­r en materia, aún quedan muchas incógnitas por resolver y curiosamen­te siguen siendo las mismas preguntas que nos hemos hecho en los más de 160 mil años de historia registrada del hombre en la tierra: ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos? Así de sencillo, pero también así de complicado.

Miles de hombres y mujeres de gran sabiduría, connotados científico­s trabajando en cooperació­n y miles de millones de euros invertidos en cualquier cantidad de investigac­iones y aún no logramos entender nuestro origen y destino.

El mismo Einstein llegó a declarar que las ideas o teorías que se refieren a la realidad no son ciertas, y si son ciertas no se refieren a la realidad. Porque si apenas hemos entendido cómo se crea la energía en materia, la siguiente pregunta sería cómo se crea la energía de la cual conocemos, según la ley de la conservaci­ón, que “no se crea ni se destruye, sólo se transforma”, esto es, la energía siempre ha estado y estará ahí. A partir de eso, podríamos volver a la eterna pregunta de si la energía la creó una pequeña cantidad de masa, y esta energía creada a su vez creo una cantidad de masa más grande, seguiríamo­s entonces sin dar respuesta a la pregunta original: ¿Quién o qué creó en el origen todo?

Por eso, quizás el entendimie­nto del universo toma sentido en las palabras del científico alemán Max Planck, Premio Nobel de Física en 1918 obtenido por su papel en el avance de la física y en el descubrimi­ento de la teoría cuántica: “Para los creyentes, Dios está en el principio de todo y para los físicos al final de todas las considerac­iones”. Si no es ninguna de las dos, entonces posiblemen­te nada tenga explicació­n.

@marcosdura­nf www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion

AGUSTÍN BASAVE

> ¿Qué hará AMLO con la transición?

MARGARITA ZAVALA

>#Sosnicarag­ua

ARNOLDO KRAUS

> El nuevo mundo: el ADN de Trump Esta fuente que ves ya no daba agua.

Hecha de piedra gris, se había vuelto verde al paso de los años, y luego amarillent­a por falta de humedad. Tenía en lo alto una pequeña estatua de Cupido, pero al angelillo se le había caído un ala, y la otra la tenía rota.

A mí me daba pena ver aquella fuente. Parecía una tumba en medio del jardín. Daba sus rosas el rosal; florecían las dalias y los crisantemo­s, y la fuente era una lápida que imponía silencio al canto de la vida.

Cierto día un hombre joven y una hermosa muchacha fueron ahí y miraron en un rincón la fuente. Sonrieron ante el Cupido, y ahí se besaron por primera vez. El enamorado tomó un guijarro y grabó en la piedra el nombre de la mujer amada.

Esa noche la fuente empezó a fluir de nuevo. Cuando llegó la luz del día el viejo jardinero se asombró al escuchar, junto al canto de las aves, el del chorro del agua de la fuente. La piedra gris tenía ahora matices de azul suave como el azul del cielo.

Aquellos enamorados ya no están aquí. Se fueron de este mundo a otro, y ahí siguen amándose. La fuente canta todavía su canción. Y en su piedra el nombre de una mujer nos dice que el amor es eterno. Tiene la eternidad de la vida.

¡Hasta mañana!..

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MARCOS DURÁN FLORES
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