Coahuila: ¿existe el ‘trabajo esclavo’ en la entidad?
No sería le primera ocasión en la cual el hecho es denunciado. Ya en agosto de 2015 había sido revelado que en Coahuila existían lugares donde se encontraban personas laborando en condiciones de esclavitud, específicamente en el municipio de Ramos Arizpe.
Esta vez ha sido el municipio de Matamoros, donde las autoridades estatales informaron haber detectado campos agrícolas en los cuales medio centenar de personas laboraban en condiciones de esclavitud, razón por la cual fueron “rescatados” por elementos de la corporación Fuerza Coahuila.
De acuerdo con la información conocida, las personas rescatadas –entre las cuales se encuentran menores de edad– serían originarias del estado de Chiapas y habrían sido obligadas a laborar en campos agrícolas en condiciones infrahumanas.
Con independencia de celebrar que la policía haya rescatado a las personas que se encontraban en estos campos de cultivo, la recurrencia del hecho obliga a cuestionar por qué Coahuila se convierte en escenario, una vez más, de un hecho a tal grado despreciable.
Como todos sabemos, la esclavitud se encuentra proscrita en nuestro País –como lo está en todo el mundo civilizado– y dicha prohibición se encuentra consagrada en el texto de nuestra Constitución. Por ello, resulta llamativo que, en pleno siglo 21, aún se registren casos de individuos que son sometidos a esta condición infrahumana.
Con independencia de que existan individuos que, con el propósito de incrementar sus ganancias, sean capaces de degradar a seres humanos a la condición de esclavos, lo que sorprende es que tales prácticas se realicen, en esencia, a la vista de todo mundo.
Y es que, en el caso del municipio de Matamoros –por mucho que tenga una zona rural importante– no estamos hablando de un lugar “alejado de la civilización”, en donde los perpetradores del hecho puedan ocultarse y mantener sus actividades ilegales al margen de la sociedad.
Que tal hecho haya ocurrido obliga necesariamente a considerar la posibilidad de que exista la complicidad de algunas autoridades de los tres órdenes de gobierno, pues no se explica de otra forma –al menos no fácilmente– que puedan operar explotaciones agrícolas, o de cualquier otra índole, mediante el “trabajo esclavo” de personas.
Por ello, además de que las autoridades estatales brinden el apoyo necesario a las personas rescatadas de esta realidad, es absolutamente indispensable que se inicien las investigaciones pertinentes, a fin de que los responsables de tal ilícito sean conducidos ante las autoridades jurisdiccionales y sometidas al proceso correspondiente.
Porque además de impedir que las personas rescatadas –de las ilegales operaciones detectadas– vuelvan a ser sometidas a la misma violación de sus derechos, resulta indispensable que nadie más sea sometido, nunca más, a laborar como esclavo para nadie.
Y esto es lo que significa realmente hacer justicia: no solamente castigar los ilícitos ya cometidos, sino también impedir que estos vuelvan a cometerse.
En el municipio de Matamoros, autoridades estatales informaron haber detectado campos agrícolas donde personas laboraban en condiciones de esclavitud