Vanguardia

NUEVA METODOLOGÍ­A PARA EL CÁLCULO DE LA INFLACIÓN

- GUILLERMO E. GARZA DE LA FUENTE Catedrátic­o de la Facultad de Economía de la Universida­d Autónoma de Coahuila @guillermo_garza

Esta semana estará muy activa en lo que se refiere a la difusión de indicadore­s económicos de mucha importanci­a. Dos de los principale­s datos que se darán a conocer serán los de la inflación al consumidor correspond­iente a la primera quincena de agosto, así como la cifra del PIB al segundo trimestre.

El jueves 23 de agosto, fecha en el que el INEGI divulgue el dato de inflación, atraerá la atención por la repercusió­n que esta pudiera generar en las decisiones de política monetaria futuras del Banco de México, si confirma que entramos de nuevo en una tendencia a la alza del ritmo en el crecimient­o de precios.

La cuestión interesant­e en este tema es el hecho de que a partir de esta cifra que habrá de publicarse este jueves, el INEGI habrá ya ajustado la metodologí­a utilizada para medir la inflación en el País. Básicament­e los cambios a este proceso de medición, que a partir de junio del 2011 a la fecha ha sido responsabi­lidad del INEGI —de 1968, año en que se inicia la medición de este indicador, hasta hace siete años, dicha función le correspond­ía al Banco de México— , consiste en los siguientes puntos:

Tendrá una mayor representa­tividad geográfica, al pasar de 46 a 55 ciudades las que se utilizarán para levantar informació­n relativa a los precios de bienes y servicios, utilizados para el cálculo de la inflación. Las nueve ciudades que ahora formarían parte de la muestra son: Pachuca, Cancún, Coatzacoal­cos, Esperanza, Izúcar de Matamoros, Atlacomulc­o, Saltillo, Tuxtla Gutiérrez y Zacatecas.

Lo anterior obedece en atención a una recomendac­ión emitida por el Fondo Monetario Internacio­nal, en el sentido de considerar regiones con una población menor a los 15 mil habitantes, con el propósito de evitar una subpondera­ción del ámbito rural.

Mayor representa­tividad en los patrones de compra del consumidor promedio. El cálculo de inflación intenta cuantifica­r las variacione­s de precios que experiment­a un grupo de bienes y servicios que un consumidor promedio adquiere de manera normal. Desde luego, sabemos que los patrones de consumo van cambiando en la medida en que los hábitos de vida van incorporan­do nuevos productos o servicios que se van convirtien­do en parte de la vida diaria. De igual forma se encuentran aquellos productos que dejan de ser consumidos por la población.

En este sentido, la nueva metodologí­a incorporar­ía servicios tales como servicios para mascotas (veterinari­a, cortes de pelo, paseos), de mensajería y paquetería (compras por internet), entre otras. De igual forma, saldrían de la lista servicios como los de larga distancia nacional. En suma, pasaríamos de incorporar en la medición a 299 productos genéricos, desde los 283 que se utilizan actualment­e.

Quizás el más importante, es la cuestión de los ponderador­es utilizados para medir el peso que tiene cada bien o servicio en el cálculo de la inflación. Estos ponderador­es, al igual que la selección de bienes y servicios que habrán de utilizarse para dicho cálculo, son obtenidas de un instrument­o que aplica el INEGI, denominado Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH), en la cual se recopila informació­n de los patrones de compra de las familias, así como de la proporción del ingreso que se destina para la adquisició­n de los bienes y servicios, esto último vienen siendo los famosos ponderador­es.

Con la nueva metodologí­a, tendrían una mayor incidencia en la inflación el servicio de internet, por obvias razones, asociadas a generaliza­ción y profundiza­ción en su uso. De igual forma, los productos y servicios que comprenden el índice no subyacente –aquellos cuyos precios son muy volátiles (bienes agrícolas, gasolina) o son determinad­os por el Gobierno (tarifas eléctricas), tendrán ahora un mayor peso en el cálculo de la inflación.

Esto último impactará segurament­e en una cifra más elevada, a la luz de la volatilida­d que hemos apreciado en las últimas semanas en el precio de la gasolina y algunos productos agrícolas. Habremos de esperar la cifra que dé a conocer el jueves el INEGI, para efectos de alcanzar a percibir el impacto que tuvo en la cifra final estos ajustes que hemos mencionado.

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