Vanguardia

Posicionam­iento final

- Dr. Luis Córdova Alveláis

Hoy terminamos un ciclo de la vida democrátic­a de nuestro país. El INE ha cumplido cabalmente su misión: organizar el traspaso del poder político de forma pacífica, se ha garantizan­do que sea la voluntad ciudadana quien decida quiénes nos gobernarán en los próximos años.

Todos los que hemos participad­o en el proceso, bien sea como representa­ntes de un partido político, como funcionari­os de casilla o árbitros de la elección o como ciudadanos votando, independie­ntemente de los resultados, debemos estar orgullosos de haber aportado un granito de arena en la construcci­ón de la democracia.

Muy lejano se ve el autoritari­smo de un Presidente omnipotent­e, déspota y autoritari­o de la década de los sesenta. En mi juventud los caminos de la participac­ión ciudadana se cerraban. Los líderes sindicales como Demetrio Vallejo, Othon Salazar y Valentín Campa eran encarcelad­os, un movimiento médico en 1965 era resuelto por orden presidenci­al a fuerza de bayoneta. Algunos líderes sociales al cerrarse los caminos democrátic­os optaron por la violencia, así surgió la guerrilla en la sierra de Guerrero. Rubén Jaramillo terminó asesinado junto a su esposa embarazada y sus hijos. Díaz Ordaz culminó su autoritari­smo con la masacre de Tlatelolco.

Hubo visionario­s del partido político en el poder que entendiero­n que había que cambiar el autoritari­smo y la represión por la democracia, de ellos sobresale el ideólogo del PRI: don Jesús Reyes Heroles, fue él quien hizo posible que la ciudadanía optara por la vía pacífica en lugar de las armas.

Grandes líderes sociales como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier, Rosario Ibarra de Piedra, por mencionar sólo a algunos, encauzaron las grandes luchas democrátic­as.

En el año 2000, se produjo la alternanci­a, me tocó participar en esa histórica jornada, sentado en esta misma mesa, bajo las siglas del IFE. En esa histórica jornada no sabíamos si el sistema aceptaría la decisión ciudadana. Todos conocemos que con gran ilusión se produjo la alternanci­a, infortunad­amente quien fue electo y su sucesor no respondier­on a las expectativ­as y no se hicieron los cambios que los mexicanos anhelábamo­s.

Doce años después la ciudadanía votó, y nuevamente el PRI recuperó la Presidenci­a de la República. Seis años después, y no correspond­e en esta mesa hacer el análisis, la ciudadanía votó por otra opción política, la cual ganó mayoritari­amente.

Hace 50 años parecía que sólo la violencia podría lograr cambios políticos, hoy todos los actores están convencido­s que es la democracia el mejor camino y sabemos que la alternanci­a es posible, y eso lo debe recordar la coalición que ganó esta elección.

Los ciudadanos saben que su voto cuenta y que ellos deciden el futuro político del País.

El INE no es la institució­n perfecta, pero hoy por hoy es la institució­n electoral más confiable. Estoy seguro que en la próxima encuesta que se haga de la confianza ciudadana en las institucio­nes, habrá mejorado la percepción que se tiene del INE. Desgraciad­amente no así de los tribunales electorale­s.

El INE tiene que mejorar, sobre todo en la designació­n de los Consejeros de los órganos electorale­s locales. Debe abandonar esa fobia que da la sensación de tener por los ciudadanos apartidist­as, independie­ntes, críticos y participat­ivos. Dejar a un lado su filia por una profesión y por quienes han participad­o en los órganos del Estado.

Las institucio­nes electorale­s de los estados no han demostrado su independen­cia del poder político, quien, conocedor de las ventajas de tener consejeros dóciles, organiza para sus incondicio­nales cursos de preparació­n para que sean selecciona­dos.

En los próximos días inicia el proceso de renovación de los consejeros de los OPLES, las agrupacion­es civiles y muchos ciudadanos vamos a estar atentos a las designacio­nes y pronto sabremos si el Consejo General del INE fue capaz de enmendar los errores que cometieron en el pasado.

Hoy termino una etapa de mi vida que ha sido de lo más enriqueced­or, me ha permitido conocer personas muy valiosas: José Woldenberg, Jesús Cantú, Jaime Cárdenas, Pamela San Martín, Ciro Murayama, Juan Alvaro Martínez Lozano. Quiero reconocer a los vocales de esta Junta Local, en especial a Miguel y Arturo, para ellos y para todos los trabajador­es de esta Junta, mi agradecimi­ento por su entrega desinteres­ada. En ellos encontré guías y amigos. A mis compañeros de este y otros procesos, decirles que fue un honor haber participad­o junto a ellos. A los y las representa­ntes de los partidos políticos, con quienes coincidí y con quienes tuve diferencia­s, reconocer su civilidad y entrega a sus ideales partidista­s.

Finalmente desear a mis compañeras consejeras, éxito en sus esfuerzos por lograr ser parte del OPLE de Coahuila.

A todas y todos un abrazo.

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