CUIDADOS AJENOS MATAN AL ASNO
El Quijote II, 13
En lo que Cervantes llama el “suave coloquio que pasó entre los dos escuderos”, a saber: Sancho Panza, que lo es de don Quijote, y Tomé Cecial –quien se disfraza de escuderodel fingido Caballero del Bosque (en realidad Sansón Carrasco, amigo de don Quijote), se cuentan ambos mozos sus vidas.
Tomé Cecial dice a Sancho, entre otras cosas, que no hay en el mundo otro caballero andante como el del Bosque, su amo. “Porque es de aquellos que dicen ‘cuidados ajenos matan al asno’; pues porque cobre otro caballero el juicio (refiriéndose a don Quijote), se hace él loco (o sea, el Caballero del Bosque), y anda buscando lo que no sé si después de hallado le ha de salir de los hocicos”.
Dos posibles interpretaciones tiene este refrán. Una, la del autor español J. Leyva, en el sentido de que “el descuido de los propios intereses a favor de los ajenos perjudica a quien así procede”. Parece ser la aplicable al caso.
Y otra, la del licenciado Enrique Arrieta Silva. Para este escritor duranguense, el refrán “advierte que cuando se trata de un problema o enfermedad, sin el debido conocimiento de las particularidades del caso, se puede ocasionar mal, en vez del bien que se pretende”.
Fue en 1615 cuando este refrán apareció publicado en la segunda parte de El Quijote. No se le han encontrado antecedentes en la literatura española, a pesar de que Cervantes lo cita entrecomillado y señala a “aquellos que (lo) dicen”.
Cuatro años antes, en 1611, Sebastián de Covarrubias lo menciona así: “cuidados ajenos matan al hombre bueno” y “cuidados malos matan al asno”. Versiones ambas que difieren ligeramente del que se comenta.
Después de Cervantes y exactamente como él escribe el refrán: “cuidados ajenos matan al asno”, lo citan Gonzalo Correas en 1627 y Luis Galindo, hacia 1659. En consecuencia, en tanto no se demuestre otra cosa, Miguel de Cervantes es el autor del mismo.