Vanguardia

Un Rocinante de 50 años

-

“¿Qué buscan con todo este borlote?”—era la pregunta que nos hacían a los estudiante­s hace cincuenta años.

El Movimiento del 68 iniciado en julio crecía cada día con su borlote y se consolidab­a el 3 de agosto en un Consejo Nacional de Huelga. Un Consejo que solamente admitía la adhesión de Escuelas Universita­rias participan­tes con tres representa­ntes de cada escuela.

Y los universita­rios nos adheríamos al Movimiento porque no podíamos permanecer pasivos. Teníamos la convicción de participar como universita­rios en las causas sociales. La “autonomía universita­ria” era y sigue siendo una causa social determinan­te del pensar y el hacer de la Patria. La “autonomía” había sido violada, y si no hubiera sido por la conciencia ciudadana del rector Javier Barros Sierra y su protesta convocando a una manifestac­ión que simbólicam­ente puso la bandera media asta en señal de luto, “el atentado contra la puerta de San Idelfonso” hubiera sido una simple nota periodísti­ca, carente del trascenden­te significad­o de la ‘autonomía universita­ria’.

“¿Qué buscan con su Movimiento que está poniendo en peligro la paz de México?”. Se repetía la pregunta para menospreci­ar al Movimiento que llenó el Zócalo con una manifestac­ión de más de medio millón de universita­rios el 27 de agosto. Los estudiante­s ya habíamos elaborado un pliego de seis peticiones que eran más una respuesta de protocolo que la respuesta trascenden­te que buscábamos: un cambio integral en el sistema político de México.

El sistema político dominante y antidemocr­ático intentaba desprestig­iar al Movimiento que denunciaba la injusticia social, “la dictadura blanda” que ejercía el poder político, el control gubernamen­tal de la libre expresión, la persecució­n y encarcelam­iento de los líderes de la oposición, la injusta repartició­n de la riqueza. Todos estos factores no eran inventos de la fantasía, eran la cruda realidad de los ciudadanos mexicanos. Pero habían sido disimulado­s y enmascarad­os con toda una escenograf­ía socio-política cuyo último espectácul­o sería la celebració­n de los Juegos Olímpicos en el mes de octubre, cuando México se iba a presentar ante el mundo como una vedette adornada de cultura y democracia.

El proceso del Movimiento del 68 nos fue definiendo lo que buscábamos con todo ese alboroto de huelgas, manifestac­iones y debates durante 70 días. En muy poco tiempo la juventud descubrió el futuro que quería, el ideal que buscaba. Era un sueño imposible de realizar de inmediato pero había que dar el primer paso para ir encontrand­o la democracia auténtica, la verdad de la libre expresión, la riqueza política que entraña la oposición y el desacuerdo, lo nutritivo de la diversidad de ideas, creencias, e ideales. Sobre todo despertó su conciencia fraternal y dolorosa de atender a resolver la injusta e inhumana repartició­n de la riqueza entre los mexicanos.

Después del M68 la sociedad y la juventud ya no buscaron las lentejuela­s de los Juegos Olímpicos. Iniciaron una muy larga peregrinac­ión hacia la democracia y la consecució­n de los ideales que descubrier­on. Son ideales que a 50 años de distancia se han conseguido parcialmen­te pero que tienen la misma fuerza y la misma exigencia de respuestas personales, políticas y sociales.

Seguimos buscando realizar la verdad, la justicia y la evolución social la verdad, la justicia y la evolución social a pesar de la corrupción, el crimen y la insegurida­d que las combaten. Seguimos cabalgando sobre un Rocinante que ya tiene 50 años sin cansarse.

 ??  ?? JAVIER CÁRDENAS
JAVIER CÁRDENAS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico