Fake News
En mi análisis de por qué ganaría Trump (Youtube: Why Trump, Why Now) la elección en 2016 frente a Hillary Clinton, el rol de la prensa norteamericana era un factor importante. Si elegían a la señora, todo el sistema constitucional podría colapsarse con la complicidad y beneplácito de la prensa liberal. A mi juicio los americanos presintieron esa amenaza y por eso apoyaron a Trump. Algo les latió mal sobre la sinuosa Hillary.
Esa reflexión vale la pena repasarla porque los países son como las personas. Ambos están gobernados por su identidad y en el caso de toda una nación, el orden constitucional viene siendo el plano de construcción. Los fundadores de Estados Unidos crearon un experimento que resultó muy exitoso, sigue vigente pero estuvo y está aún peligrando. Nosotros en México, hemos estado literalmente colgados del ese éxito, para bien y a veces para mal.
La constitución americana es un prodigio de equilibrios delicados. Los estados frente a la federación, los derechos individuales frente a las instituciones, el presente versus el futuro, la justicia frente a la seguridad, los pobres frente a los ricos, policías versus ladrones, etcétera. Si esa estructura delicada se viniera abajo, podríamos jurar que todo el mundo libre peligraría. En ese sentido Estados Unidos es el centro de nuestra galaxia.
En el equilibrio constitucional, las instituciones y la separación de poderes están de un lado y los derechos individuales del otro. De haber ganado Hillary, tengo por seguro que hubiera aprovechado las Fake News para acabar de transformar a Estados Unidos en un bastión de izquierda como lo estuvo construyendo Barack Obama durante ocho años. Primero irían contra las armas y luego la religión.
Doy importancia al papel de las Fake News (noticias inventadas) porque en teoría están del lado del ciudadano, no del gobierno. Son parte del delicado equilibrio de los individuos frente a las instituciones de gobierno. Sin embargo, está cada vez más obvio que hasta el FBI entró al juego de las noticias falsas para generar “pruebas” o evidencias de hechos que luego solicitaba a los tribunales fueran investigados, de hecho espiando y violando garantías a sus propios ciudadanos.
Las Fake News han seguido durante todo el gobierno de Trump, inventando y difundiendo. El caso de CNN es notorio porque es un canal totalmente dedicado a estar atacando al presidente, con el ánimo de tumbarlo. Los liberales (gente de izquierda) dominan los medios de difusión en un 90% y las plazas docentes en la universidades quizá en un 95%. Los jóvenes americanos desconocen lo que hizo grande a su país.
Las Fake News tienen un efecto multiplicativo gracias a las redes sociales. De los tuits de Trump hacen una fogata o un incendio según se necesite y luego eso se multiplica por millones de veces en las redes sociales. Así, tenemos que mientras Estados Unidos crece su economía a un impresionante ritmo de 4.2% y el desempleo están en su mínima expresión, los jóvenes aspiran a que los gobierne un Bernie Sanders, totalmente anti-empresarial y socialistoide. Son de los que votarían por AMLO.
El problema es que desde los medios impresos de importancia como el Newyork Times, del cual
Carlos Slim es accionista privado preponderante, la guerra contra el gobierno de Trump sigue sin descanso. No importa que el Rusiagate esté del otro lado, todo un Obamagate, como lo he señalado. No pierden la esperanza de hacer caer a Trump para arrebatarle el mandato.
Aún dividido, los Estados Unidos siguen mostrando su gran poder al mundo. Los europeos se alinearon, los chinos se repliegan, los coreanos se rinden, y los mexicanos firmamos un nuevo trato bilateral, por lo pronto, que da acomodo a las políticas tendientes a fortalecer a la base trabajadora de los Estados Unidos.
Las Fake News pondrán su poder a prueba en las siguientes elecciones para renovar la Cámara de Representante y algunas senadurías. Si los demócratas son favorecidos Trump podrá enfrentar un juicio totalmente fabricado gracias a los Fake News, que no lo tumbaría y le restaría efectividad con miras a que no se reeligiera en 2020.