¿Este será el fin del TLCAN?
CDMX.- De ahora en adelante, el balón está en la cancha de Canadá con respecto al futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el tiempo dirá si el acuerdo de 24 años sobrevive como un mecanismo regional o es reemplazado por nuevos pactos bilaterales.
De acuerdo con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, Ottawa debería aceptar los nuevos términos comerciales establecidos por su país y México luego de un año de negociaciones, o de otra forma sus exportaciones automotrices quedarán sujetas a aranceles, en espera de su autorización legislativa.
“Creo que con Canadá, francamente, lo más fácil que podemos hacer es aplicar un arancel a la entrada de sus automóviles. Es una cantidad tremenda de dinero y es una negociación muy simple”, dijo Trump en la Oficina Oval tras hablar con el presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, las cosas no son tan simples, a menos que el gobierno del primer ministro Justin Trudeau esté decidido a ceder al virtual ultimátum de Trump.
Aunque Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, arribó el martes a Washington para las pláticas, enfrenta varias disposiciones sobre el comercio de automotores, solución de controversias y propiedad intelectual que Ottawa rechaza.
Para empezar, México acordó eliminar el Capítulo 19 de solución de controversias que obstaculiza a EU en la presentación de casos antidumping (exportación de productos a precios inferiores a los del mercado de origen) y contra subsidios.
Canadá ha utilizado el Capítulo 19 con éxito para objetar los impuestos aduanales estadounidenses en maderas blandas y otros productos, pero Washington considera que los paneles independientes de este mecanismo son una violación a su soberanía y quiere que sus propios tribunales resuelvan las disputas comerciales.
Un acuerdo Estados Unidosméxico es inviable para la industria automotriz, destacaron expertos, ya que sin Canadá la disposición sobre las reglas de origen será difícil de cumplir. Incluso con Canadá, algunos fabricantes que reciben componentes de Europa no podrían cumplirla, pues tendrían que a pagar aranceles y decidir entre absorber su costo adicional o trasladarlo al consumidor.