Estímulos fiscales que ‘estimulan’ el incumplimiento
Se trata de una película que hemos visto demasiadas veces y que nos convoca reiteradamente a formularnos la misma pregunta: ¿en verdad sirve de algo el ser cumplido y permanecer al corriente en relación con nuestras obligaciones como contribuyentes?
La pregunta tiene, justo es decirlo luego, más de una respuesta:
Si hablamos de las obligaciones de carácter federal –es decir, las que son colectadas por el Servicio de Administración Tributaria– pocos responderían con el argumento de que es irrelevante estar al corriente en el pago de los impuestos que cobra “Lolita”.
La historia cambia, sin embargo, cuando nos trasladamos al ámbito estatal y lo hace todavía más cuando llegamos al territorio municipal. Y es que aquí, por razones poco vinculadas a criterios fiscales, o a metas recaudatorias, las reglas se relajan hasta casi desaparecer.
Pero el problema con ello no es en realidad que las autoridades fiscales del Estado y los municipios sean “menos rígidas” –o “más benévolas”, si se quiere ver de otra forma– con los contribuyentes, sino los vicios que tal conducta termina prohijando y que, al final, nos afectan a todos.
Un buen ejemplo de ello es el reporte que publicamos en esta edición, relativo al anuncio realizado por la Administración Fiscal General del Estado, mediante el cual se dan a conocer los “estímulos fiscales” que podrán recibir los contribuyentes durante el mes de septiembre.
El primer elemento que llama la atención es la motivación que la Administración Fiscal dice tener para implementar dicho programa: “aligerar la carga de las familias coahuilenses con motivo del regreso a clases”.
El segundo elemento es el razonamiento utilizado por Javier Díaz González, titular de la dependencia, para llamar la atención respecto de las razones por las cuales los contribuyentes que no se encuentran al corriente en el pago de los derechos vehiculares deben “aprovechar” la oportunidad de cubrir sus adeudos atrasados:
“¿Por qué es importante esto? Porque cuando venga un replaqueo (en el año 2019) los estímulos y descuentos que sean autorizados serán para quienes han estado cumpliendo y estén al corriente con sus pagos”, dijo el funcionario.
El problema es que todo mundo sabe la verdad en relación con tal afirmación: los “estímulos fiscales” se otorgan anualmente de forma indiscriminada, a partir de aplicar esa pieza de la sabiduría popular que recomienda, frente a lo perdido, tomar “lo que aparezca”.
La persistencia en el uso de esta política lo que ha logrado es generar una cultura de incumplimiento pues, por un lado, quien no tiene la costumbre de pagar a tiempo sus contribuciones, sabe que tarde o temprano –por lo regular temprano– se le ofrecerán descuentos, cómodos plazos y todo tipo de facilidades para ponerse el corriente y, por el otro, quien tiene el propósito de ser un contribuyente cumplido no encuentra al final estímulo alguno para sostenerse en dicha actitud.
Sería tiempo ya de que las autoridades fiscales del Estado y los municipios cobraran conciencia de los perjuicios que implica el sostenimiento de estas políticas que, en realidad, desincentivan el cumplimiento de los contribuyentes.
La persistencia en el uso de estos ‘estímulos fiscales’ lo que ha logrado es generar una cultura de incumplimiento