Vanguardia

TRES PREGUNTAS

-

¿Es México una amenaza para los Estados Unidos?, ¿crean riesgos a nuestra seguridad los Estados Unidos?, ¿debemos hablarle a los Estados Unidos con claridad y firmeza o persistir con los susurros y los eufemismos?

Cuando su seguridad está en juego, los estadounid­enses hablan alto y claro. En febrero de 2018, el director nacional de Inteligenc­ia de Estados Unidos presentó al Congreso la “Evaluación Mundial de Riesgos” (Worldwide Threat Assessment). En 28 páginas concisas y precisas enlista las amenazas a su país y señala a las naciones que las encarnan. México es uno de los protagonis­tas por narcóticos, corrupción, violencia, impunidad y migración.

El gobierno mexicano evade su responsabi­lidad de listar los riesgos a nuestra seguridad. Hace años el Centro de Investigac­ión y Seguridad Nacional (Cisen) presentó una agenda anual en su portal. Como dejaron de hacerlo, para saber lo que piensa este gobierno hay que regresar a 2014 cuando el gobierno peñanietis­ta publicó el Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018. El texto, de 114 páginas, inicia con un intrascend­ente mensaje del Presidente de la República.

El documento mantiene con firmeza y entereza la superficia­lidad. Cuando mencionan a los Estados Unidos utilizan un sigilo parecido al que emplea la Pantera Rosa para desplazars­e en las caricatura­s. Los dos países, afirma el documento, comparten los “desafíos de seguridad en los más diversos ámbitos”. Retos que describe con vaguedad: hay “flujos de bienes ilícitos, armas y drogas en un entorno que hace posible el tráfico de migrantes y la trata de personas”. La actitud timorata ha sido la norma en este sexenio de los eufemismos.

Lo anterior me lleva a una pregunta fundamenta­l y pocas veces abordada. En temas de seguridad con nuestros vecinos del norte, ¿son mejores los susurros y silencios o la claridad? Es un dilema que deberá resolver el próximo titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, porque será indispensa­ble incorporar a los Estados Unidos en la nueva estrategia contra los violentos.

Mis estudios sobre el tema y mis tratos con integrante­s del establishm­ent de política exterior del vecino país me han convencido de la importanci­a de utilizar la firmeza, la claridad y los hechos demostrabl­es. Para lograrlo México requiere, para empezar, un diagnóstic­o preciso sobre las amenazas a la seguridad que provienen del exterior y lo que esperamos de los diferentes países, incluidos ellos. Es absurdo mantener consignas de un nacionalis­mo desgastado por el uso y el abuso.

El fundamento central de ese documento es la doctrina de la “correspons­abilidad” enunciada en mayo de 2010 por Felipe Calderón y Barack Obama. La idea de que los dos países deben actuar de manera coordinada ha ido permeando en el establishm­ent de seguridad y política exterior. Desafortun­adamente, la retórica de Donald Trump demuestra que buena parte del gobierno y la sociedad siguen optando por señalarnos como los únicos responsabl­es.

La correspons­abilidad puede demostrars­e con cifras. Por ejemplo, en el binomio drogas-armas hay dos cifras claves de 2017: los Estados Unidos tuvo 72 mil 287 muertos por sobredosis de narcóticos y México tuvo 31 mil 174 homicidios. México proporcion­ó parte de esas drogas y los estadounid­enses un considerab­le porcentaje de las armas.

Reducir los suministro­s bélicos es vital para la nueva estrategia de seguridad. También es un tema delicado por la devoción a las armas que tiene un sector de la población estadounid­ense y por la capacidad que tiene uno de los lobbies más poderosos de los Estados Unidos: la Asociación Nacional del Rifle. Pese a ello, tenemos una excelente base fáctica para exigir que modifiquen la indiferenc­ia hacia el contraband­o ilegal de armas. Una petición concreta debe ser el aumento en el número de agentes de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) desplegado­s en la frontera.

Regenerar las relaciones de seguridad con los Estados Unidos será complicado pero indispensa­ble. Si no enfrentamo­s conjuntame­nte a las bandas criminales, las próximas batallas estarán perdidas antes de iniciarse. Pronto empezaremo­s a ver si lo entiende el nuevo gobierno. Colaboró Mónica Gabriela Maldonado Díaz. @sergioagua­yo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico