Vanguardia

La crónica de todo lo que se ha metido

- MAURO MARINES

El autor lagunero llegará hoy a la FILC a presentar su libro en el que presenta su propia experienci­a con la cocaína; una obra del que nos habla en exclusiva No sé qué configura la mente de un adicto, esa es una de las preguntas que lanza el libro, pero sí sé que cuando mi mamá me dio mi primer mejoralito yo atisbé, de manera muy incipiente, que mi vida iba en esa dirección”.

No cualquiera le cuenta a alguien un aspecto de su vida que sabe que provocará que lo juzguen, mucho menos lo escribe para que el mundo entero lo lea y pueda tenerlo en sus biblioteca­s, pero cuando al escritor lagunero Carlos Velázquez le propusiero­n redactar un texto basado en su experienci­a como consumidor de cocaína, consideró todo esto y aún así lo hizo.

“El Pericazo Sarniento (Selfie con Cocaína)” publicado bajo el sello de Ediciones Cal y Arena y recienteme­nte ganador del Premio Bellas Artes de Narrativa Colima 2018 contiene esta premisa y su autor lo presentará el día de hoy en la Feria Internacio­nal del Libro de Coahuila 2018 a las 16:00 horas en la Sala Julio Torri.

“Como casi cualquier libro es toda una bronca, y en este caso era todavía mucho más grande porque trataba un tema que todavía sigue siendo muy espinoso para la gente en general”, comentó para VANGUARDIA el escritor, “ya la droga prácticame­nte es legal en Estados Unidos, al menos la mota, pero la gente se sigue escandaliz­ando y la moral todavía sigue con los faros prendidos en cuanto al tema y uno tiene familia, yo tengo una hija, tienes amigos, suegros; desde qué van a pensar mis suegros hasta qué pensarán mis amigos, hay mucha gente que también piensa cosas al respecto, pero no te afectan tanto como tus seres cercanos”.

“Es complicado restregarl­es a todos en la cara todo lo que te has metido y así como hay gente que va y destapa el drenaje —ahora que se inundó Torreón sacaron toneladas de basura— y es prácticame­nte el mismo trabajo, la diferencia es que sacas todo pero de ti mismo, todas esas diez toneladas de pendejadas que te haz metido. Es un trabajo que también se tiene que hacer, porque así como se tiene que destapar la ciudad, pues yo creo que este es un tema que necesita tratarse en las letras, el de las adicciones”.

Velázquez comentó que aunado a lo anterior este es un tipo de literatura que no se hace en México y que él se siente orgulloso de haber realizado: “Yo pensaba en esto como el libro que no está en la mesa de novedades. Tú vas y ahí te encuentras con la historia del Cártel de Sinaloa, con el Chapo, del Cártel de Juárez, con libros sobre adicciones, sobre cómo tratar con un hijo drogadicto, pero no hay un libro que hable de las drogas en primera persona y esto fue tratar de publicar una historia personal sobre el momento que se vive y habla de mí mismo pero también retrata la época que me tocó crecer y cómo las drogas han cambiado desde que me metí mi primera línea hasta ahorita”.

Al respecto, sobre este cambio que ha habido en las drogas y su consumo en el país, destacó principalm­ente la percepción que ahora se tiene del drogadicto.

“En el libro hay unos capítulos que hablan de lo complicado y lo cada vez más peligroso que fue en México tener algún tipo de contacto con la droga. Y también, la marginació­n social que el drogadicto siempre ha vivido se recrudeció en los últimos años porque antes te veían como un adicto, pero conforme la guerra contra

el narco empezó a cobrar víctimas el hecho de que se te relacionar­a con la droga también te relacionab­a con el peligro”.

“A mí me tocó en muchas ocasiones estar en mesas donde gente que estaba conmigo no quería saludar a otras personas por temor a que se les identifica­ra con ellas, a que se les relacionar­a con ellas, lo cual es completame­nte entendible porque esas personas tenían contactos o nexos con el narcotráfi­co”, agregó.

La idea de esto, sin embargo, no fue originalme­nte suya, se trató de una propuesta del director de Cal y Arena, Rafael Pérez, quien le comentó que ya había extendido la invitación a otros autores, sin éxito.

“Me dijo que todos se negaron, por los motivos que tú quieras; pudor, por querer mantener su vida privada, por no lastimar sentimient­os de la mamá, la abuela etcétera”, explicó, “yo quise porque yo estaba buscando algo así. Quería hacer un libro de crónicas y quería seguir escribiend­o no-ficción, pero no encontraba el tema, entonces cuando me lo propusiero­n para mí fue una especie de, me cayó el veinte; porque yo sabía todo sobre ese tema, pero nunca se me había ocurrido escribir una crónica sobre la cocaína, segur explotando la no-ficción y aunque es una invitación a ser señalado, tengo al menos la satisfacci­ón de tener un libro que no tiene ningún otro autor en las letras mexicanas”.

El texto explora su propia experienci­a con las drogas y durante la entrevista nos confesó en qué momento considera que comenzó su afición por las sustancias narcóticas, uno que se remonta a mucho tiempo atrás.

“No sé qué configura la mente de un adicto, esa es una de las preguntas que lanza el libro, pero sí sé que cuando mi mamá me dio mi primer mejoralito yo atisbé, de manera muy incipiente, que había un mundo, yo ahí me di cuenta que mi vida iba en una dirección muy específica, la de las sustancias”.

A pesar de que ya no consume, el placer que desde ese momento sintió al entrar en contacto con drogas es algo que no se va y que regresa de manera nostálgica de vez en cuando.

“Yo nado cinco veces a la semana, soy padre de familia. Ya no tengo el tiempo para dedicársel­o a las drogas como lo hice cuando era adolescent­e y en mis veintes. La verdad sí a veces lamento no tener más tiempo para ser yonqui y para mí sí es un poco lamentable porque una de las cosas que más me han gustado de estar vivo es consumir drogas”.

El temor, sin embargo, de que la manera en que las personas a sus alrededor lo ven cambiara al publicar “El Pericazo Sarniento” no fue infundado y, en efecto, la percepción se modificó.

“La gente sospecha quién eres, sospecha lo que haces, pero cuando tú vas y se los confirmas con un libro como este, resulta que tu mamá te está hablando cada fin de semana a las diez de la noche para saber qué estás haciendo, con quién estás, si estás vivo y es un poco problemáti­co en ese sentido, porque te pones en la mira y eso acarrea muchos problemas, desde cada vez que vas al aeropuerto te van a parar por temor a que traigas algo, hasta que haya gente que no te cree que estás en la caminadora un viernes a las nueve de la noche viendo una serie porque como tú escribiste el libro, son las nueve y es viernes y seguro estás en algún pinche lugar y traes varios gramos de cocaína y no lo quieres compartir”.

Concluyó comentando que la problemáti­ca sobre las drogas que actualment­e más le preocupa es que su ilegalidad pone en riesgo la integridad de los adictos, pues a diferencia de un consumidor de alcohol o tabaco, que pueden llegar a un establecim­iento comercial, comprar el producto de su preferenci­a y consumir lo que compraron, en el mercado negro de las drogas no existe esta garantía.

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Libro. ‘El pericazo sarniento’ es un ensayo personal, el relato sin contemplac­iones de un adicto a la cocaína.

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