Heridas abiertas: a un año del 19-S
CDMX.- No hay culpables por los muertos en el edificio de oficinas Viaducto 106 (construido en 1957). Para la ley, todo lo ocurrido tras el temblor es casual: producto del paso del tiempo y mala suerte.
La investigación decía que la estructura se aferraba a parámetros del pasado, los de su construcción. No importó que, en esa misma resolución, se haya enfatizado que el dueño del edificio nunca aportó un documento sobre las modificaciones que sufrió el inmueble. Incluso que presentó papeles de otro lugar. “Tanto la licencia de construcción, solicitud de alineamiento y número oficial, memoria de cálculo y planos arquitectónicos, no corresponden con el edificio que se construyó en Viaducto 106”, acusa el oficio.
Las pruebas de laboratorio simularon el movimiento de seis columnas que tenían una menor capacidad para soportar el peso del edificio. Pero sin fotos, sin planos, sin documentos, no se consideraron cambios a la estructura original. Sólo se basaron en imágenes de Google.
“¿Dónde sacaron los planos de otro edificio?, ¿quién autorizó así el cambio habitacional a comercial?, ¿por qué no sufrió daños en 1985?”, se pregunta Antonio Abud hijo, cuyo padre, el que ideó el proyecto, aún vive.
El hijo también es arquitecto y mostró una fotografía fechada en 1957, que nadie consideró en la investigación. A diferencia de la última imagen registrada en Google, ésta mostraba un muro que atravesaba verticalmente el inmueble. “Esa modificación es la causa de su colapso”, opinó. Donde otros vieron un establecimiento, Abud hijo vio un muro de carga, una gran pared que daba soporte, reemplazada por frágil acero.
“Eso fue suficiente para dejar el edificio inestable ante una eventualidad; a eso le sumas la estructura del anuncio y el terremoto. Ahí está la tragedia”, declaró.
La imagen muestra un edificio para vivir, con balcones y una pequeña puerta que no mide más de un metro.