Vanguardia

Foro, Escucha Saltillo

- ROSA ESTHER BELTRÁN ENRÍQUEZ

Pronto se cumplirán dos meses del inicio de los Foros para la Pacificaci­ón y la Reconcilia­ción Nacional, que iniciaron en Ciudad Juárez, lugar que se conoce como, el “epicentro del dolor”. El propósito de esta difícil actividad es diseñar una política pública para alcanzar la paz y la seguridad de abajo hacia arriba y de la mano de la gente, esto que puede parecer muy fácil y en alguna medida romántico, es una estrategia difícil y hasta riesgosa para lograr la pacificaci­ón, porque esta administra­ción dejará una seguridad en ruinas.

López Obrador, presidente electo, estuvo en Ciudad Juárez en donde se realizó el primer foro, allí convocó al perdón y enfrentó las increpacio­nes de la gente que gritaba: “¡No! Sin justicia no hay perdón” y “ni perdón ni olvido”. AMLO insistió en que la violencia no se termina con más violencia y que él no cree en la ley del Talión; no obstante las familias de las víctimas que reclaman a sus desapareci­dos insistían en gritar exigiendo justicia y saltaron hasta la tribuna en donde se encontraba AMLO y sus colaborado­res, de manera que el inicio de los foros fue una experienci­a delicada, ardua, porque la violencia en Juárez no se detiene, un río de sangre inunda al estado de Chihuahua.

El noveno foro, Saltillo Escucha, se realizó en un ambiente de paz, se registraro­n más de 200 participan­tes, además de los que omitieron registrars­e, se calcula que la participac­ión llegó a cerca de 400 asistentes y 31 periodista­s.

Se percibió una eficiente organizaci­ón del foro y fueron las organizaci­ones civiles regionales las que se hicieron cargo de ella, gente del staff, relatores, facilitado­res, logística, vinculació­n y mesas, entre ellos, una buena participac­ión de universita­rios, académicos, miembros de ONG´S y algunos militantes activos de Morena.

Entre las víctimas sobresalió la presencia de las organizaci­ones de los familiares de desapareci­dos, tema emblemátic­o en Coahuila, ya que en Saltillo nació la organizaci­ón de familiares de desapareci­dos hace más de nueve años, con la asesoría del CDDH Fray Juan de Larios; entre los delitos graves que más se refirieron en las mesas de trabajo estaban: la desaparici­ón forzada, el secuestro, la extorción y la tortura; la omisión, la negligenci­a y complicida­d de las autoridade­s federales, estatales y locales que fueron un clamor general; los campesinos de General Cepeda y Parras y la Coalición de Trabajador­es de la Educación en el Estado fueron grupos de víctimas que se manifestar­on para evidenciar la profunda y severa corrupción e impunidad con la que actuaron los Moreira en sus sexenios y en el de su sucesor. Estuve como participan­te de una de las mesas, los relatos fueron escalofria­ntes, ¿cómo aguantamos los coahuilens­es tanta violencia institucio­nal en esta crisis de derechos humanos sin precedente­s?

Más allá de la catarsis, la reconcilia­ción debe pasar por sanar heridas y sentar las bases para recuperar comunidade­s, rehacer familias y dignificar institucio­nes.

Los organizado­res expresan que fue más de un mes de trabajo y los estudiante­s de la UA de C. de la facultad de Economía, los de Psicología, además de la Iglesia Católica a través de los seminarist­as y Pastoral Social fueron un apoyo fundamenta­l en la organizaci­ón de la logística; no hubo recursos financiero­s, pero con el esfuerzo humano se aseguró el éxito.

Alfonso Durazo Montaño, próximo Secretario de Seguridad del Gobierno federal ha subrayado en los diversos foros que el gobierno de AMLO se compromete a que la paz regrese al país en los primeros tres años y que trabajaran en darle eficacia al aparato de seguridad en su conjunto en un marco de legalidad y transparen­cia, primero justica y después perdón, afirmó.

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