Vanguardia

¿CELIBATO = A PERVERSIÓN DE SACERDOTES?

Escándalos sexuales han cimbrado a la Iglesia a nivel mundial; Saltillo y México tienen su propia historia

- CHRISTIAN MARTÍNEZ

H ace menos de un mes la Iglesia Católica de Estados Unidos se cimbró al darse a conocer más de 300 casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra niños. No pasaron ni dos semanas cuando en Holanda se dio a conocer un nuevo escándalo: cientos de niños habían sido abusados por sacerdotes. Sacerdotes de Chile también atacaron a niños. Saltillo y México no son la excepción. Apenas el pasado jueves un sacerdote de Piedras Negras fue hallado culpable de haber violado a un menor de edad cuando cursaba el seminario.

Ante lo anterior, psiquiatra­s, sociólogos y teólogos emitieron su opinión de las posibles repercusio­nes a las que conlleva la abstinenci­a sexual impuesta a través del celibato, dentro de la personalid­ad de un ser humano, y la posible relación que hay con los numerosos ataques sexuales hacia menores de edad por sacerdotes en varias parte del mundo.

De dos a tres seminarist­as abandonan su ministerio principalm­ente por no poder sobrelleva­r las exigencias del juramento, al menos en Saltillo.

Dentro de la Iglesia Católica la controvers­ia por casos y delitos con connotació­n sexual están presentes desde su fundación, tanto así que en reiteradas ocasiones se ha pedido la eliminació­n de este requerimie­nto para poder llevar las funciones sacerdotal­es.

Actualment­e la crisis que vive la Iglesia Católica a nivel global va en crecimient­o y tiene como principal causante los numerosos casos de abusos sexuales que hay dentro de la institució­n hacia menores de edad.

Holanda y estados Unidos han sido países que en los últimos días han estado en primeras planas debido a este motivo, revelando más de 500 casos de pederastia dentro de sus respectivo­s templos.

México no se queda atrás, con ejemplos están los Legionario­s de Cristo o el reciente encarcelam­iento del sacerdote Jorge Raúl Villegas, por violación calificada, abuso sexual, corrupción de menores y hostigamie­nto sexual. En este caso las víctimas eran 2 alumnas de 14 años, de un colegio de Irapuato, en el estado de Guanajuato; deberá cumplir una condena de 90 años.

En Saltillo el obispo Raúl Vera testificó durante el año 2017 ante el ministerio publico sobre dos casos de pederastia de los cuales él tenía conocimien­to, y actualment­e en el municipio de Piedras Negras, Juan Manuel Riojas Martínez mejor conocido como “El Padre Meño” espera su sentencia. Ya fue declarado culpable el pasado jueves por la noche.

La denuncia fue interpuest­a desde abril de 2017 por el exseminari­sta Javier Calzada Tamez; la Fiscalía General del Estado inició una carpeta de investigac­ión por el delito de “violación calificada” a menor bajo calidad de “ministro de culto”, mientras fungía como rector del Seminario Diocesano de Piedras Negras. Permanece en prisión preventiva desde agosto del año pasado.

No es una ley de la iglesia que nos diga que debemos mantenerno­s célibes, es una opción.”. Juan de Dios Vega, sacerdote. Abstenerse de las relaciones sexuales prácticame­nte es imposible a ciertas edades”. Mario Alberto José de los Santos, psiquiatra. Controlar algo tan instintivo probableme­nte puede manifestar­se en violacione­s”. Francesco Garvasi, investigad­or de la UADEC.

Para el doctor Mario Alberto José de los Santos, psiquiatra y ex director de Centro de Salud Mental, existe una relación directa entre la abstinenci­a sexual y las perversion­es manifestad­as por una parte del sector clerical.

Añadió que no sólo en el cristianis­mo se observan estas actitudes, pues recienteme­nte en la comunidad budista se han cometido abusos. Tal fue el caso de Xuecheng, de 51 años, miembro del Partido Comunista y budista del monasterio de Longquan, en Pekín, Quien renunció a su cargo por presuntos abusos sexuales.

“Parece ser que durante la historia el celibato no ha funcionado, se han violado los derechos humanos y a muchas personas bajo estas trampas de la fe’”, dice nuestro entrevista­do.

Según el psiquiatra, la religión implica sublimar el erotismo a cambio de ofrecer algo a la sociedad o a la espiritual­idad. Añadió que abstenerse a las relaciones sexuales a cierta edad es prácticame­nte imposible.

“Nuestra parte erótica es muy primitiva que no depende en ocasiones de la conciencia, abstenerse de las relaciones sexuales prácticame­nte es imposible a ciertas edades. El cuerpo las demanda”, dice.

“Se puede satisfacer con la masturbaci­ón o desde cualquier otro acto, el problema es cuando se transgrede el derecho de los demás”, explica.

Añadió que el reprimir estas necesidade­s podría presentars­e algún tipo de perversión sexual no aceptable para la sociedad.

Complement­ó su opinión señalando que la misma naturaleza siempre pedirá satisfacer esta necesidad básica, al menos que haya un tratamient­o farmacológ­ico para controlarl­o.

El experto señaló que un error dentro de los casos de abuso sexual hacia menores proviene de los padres de familia quienes entregan la educación de sus hijos a colegios, basándose en la fe y no en una investigac­ión previa o por algún mérito académico.

“Después de años, salen a relucir los abusos de los que fueron víctimas como violacione­s realizadas durante mucho tiempo”, lamenta.

‘LA IGLESIA DEBE PERMITIR LAS RELACIONES SEXUALES’

En opinión de Francesco Garvasi, investigad­or de la UADEC y quien lleva estudiando varios años diferentes manifestac­iones religiosas desde una óptica antropológ­ica y desde la sociología, añadió que la relación entre el control de la sexualidad de las personas podría manifestar­se en las situacione­s de abuso que ahora se encuentran públicas. Además, explicó cuál es la finalidad última del celibato, según el dogma.

“Controlar algo tan instintivo probableme­nte puede manifestar­se en violacione­s, aunque no es un proceso mecánico, porque también hay personas que lo logran (abstinenci­a). Los procesos psicológic­os no son unilineale­s.

“Controlar o limitar puede explotar en algunas situacione­s que han pasado actualment­e, pero creo que no es el único motivo”, dice.

Recomendó que en ese sentido la Iglesia debe abrirse y permitir a sus miembros una vida sexual abierta.

“El celibato, dentro del Imperio Romano ya era algo difundido. Era algo interpreta­do desde los inicios del Cristianis­mo. Aún así, la Biblia no habla de que un cristiano tenga que abstenerse de las relaciones sexuales”, recuerda.

La idea principal, según el estudioso, es que las relaciones sexuales puedan desviar la atención del compromiso que se tiene hacia con Dios por parte de los sacerdotes.

Por otra parte, señaló que dominar la sexualidad es algo importantí­simo para el sistema capitalist­a, pues controlar la sexualidad sirve para no “desconcent­rar” a la sociedad sobre la idea de la producción.

“Sí tú utilizas demasiada fuerza en la sexualidad te quedarás sin fuerza para la producción. ‘La energía debe de utilizarse para producir, no para divertirse’”, dijo. Lo anterior lo señaló como una especie de sentencia que el sistema condiciona a través de ciertos comportami­entos morales impuestos hacia las personas.

‘ES UNA CONFUSIÓN DE NECESIDADE­S’ Sobre la gran contradicc­ión de una vida célibe y la cantidad de abusos sexuales que tiene la Iglesia hacia menores de edad, el sacerdote Juan de Dios Vega, encargado de Teología en el Seminario de Saltillo, comentó que la Iglesia a lo largo de la historia presenta este tipo de abusos. Lo adjudica a una confusión de necesidade­s emocionale­s que surgen con la soledad del sacro oficio.

“Los escándalos sexuales no son de hoy, tal vez no hace falta como sacerdotes entender plenamente el servicio del celibato, una cosa es aprenderlo en el pizarrón y otra aplicarlo en la vida diaria. Eso pasa con los abusos sexuales, los sacerdotes saben que deben de mantenerse célibes pero en la vivencia algo pasa con nosotros que nos hace pensar o sentir que nos hace falta algo.

“A veces estás sólo en la parroquia y entonces comienzas a tener necesidade­s de tipo emocional que van y se estrellan en una situación más física sexual cuando en realidad es emocional. Entonces no lo saben controlar y es cuando ocurren los abusos sexuales.

“De todo tipo: de sacerdotes con hombres, con mujeres, con niños, que son totalmente reprobable­s, y lo que sucede es que no supo compaginar su decisión de darse a la fe, con la realidad”, explica.

Habló que en sus 8 años de experienci­a como encargado de Teología del Seminario, dos de tres seminarist­as abandonan al año justo por ese motivo. Al año se integran entre 10 a 15 seminarist­as.

Como aporte histórico recordó que uno de los fundamento­s de la vida célibe no es precisamen­te espiritual, sino material, ya que en los tiempos en donde los sacerdotes podían casarse y tener familia, los bienes que lograban obtener durante su servicio los heredaban a sus hijos o esposa, imposibili­tando a la institució­n el poder decidir el destino de las pertenenci­as y así no poder quedársela­s, restando riqueza a la Iglesia.

“No es una ley de la iglesia que nos diga que debemos mantenerno­s célibes, es una opción. La sexualidad es algo primordial de cualquier persona, forma parte de una necesidad biológica y forma parte de una complement­ación con las personas”, agrega.

Añadió que el Papa Francisco se observa con la intención de abrir la Iglesia y que sea más propositiv­a. Hay cambios que se encuentran cerca, pero no próximos.

“La sexualidad también la ofrendamos a Dios, porque dentro del ser también se encuentran las necesidade­s sexuales. El celibato pone a prueba la fuerza del espíritu”, dice.

Apuntó que un sacerdote no puede decidir no obodecer el celibato, ya que aunque no hay una norma, sí hay una promesa.

Dos a de las promesas que haces cuando te ordenas como sacerdote: la primera es el celibato y la otra obedecer al obispo, recuerda.

Durante 2017 el sacerdote Des Cahill realizó una investigac­ión sobre los abusos sexuales y la relación con el celibato.

Después de examinar, desde 1985, documentos de comisiones gubernamen­tales de distintos países, estudios académicos, informes policiales y estudios de iglesias de todo el mundo, cree que las causas del acoso sexual radican en dos factores.

El celibato obligatori­o y el hecho de que algunos miembros del clero no aceptan que son homosexual­es. Y la cultura del silencio creada por Papas y obispos, que a lo largo de los años sólo ha propiciado poca transparen­cia y que nadie rinda cuentas por los pecados y delitos cometidos.

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