Vanguardia

Focos rojos en las universida­des públicas

-

Cuatro de las universida­des públicas del País están en una condición de severa crisis, 10 se encuentran en una situación verdaderam­ente crítica. Un conjunto de problemas estructura­les que, en síntesis, se reducen a cuestiones financiera­s las han arrastrado hacia obstáculos orgánicos como son el impediment­o para sostener la ampliación de la matrícula, de las plantas magisteria­les, el incremento de los costos de pensiones y un amplio conjunto de gastos que son un reflejo de casi 30 años de abandono de la educación superior pública en México; un abandono que se evidenció en la caída de los presupuest­os por estudiante.

Los gobiernos son muy inteligent­es para encubrir sus huellas, y para mostrar crecimient­os irreales en los presupuest­os destinados a la educación superior, mas si comparamos el presupuest­o por estudiante de 2009 a 2017 vemos que ha caído casi 20 por ciento en términos reales en estos años, caída brutal que pone a las universida­des en condicione­s precarias.

El abandono es que, con la excepción de la UNAM, desde que se creó la Universida­d Autónoma Metropolit­ana en la CDMX no se había vuelto a hacer una sola universida­d pública en el País. Toda la apuesta se orientó a la creación de Institutos Tecnológic­os y Universida­des Politécnic­as, lo que dio lugar a la ampliación sin precedente­s de la educación superior privada, muchas de las ellas insuficien­temente reguladas, universida­des patito que deberían estar prohibidas como en otros países, lo cual correspond­ería al Poder Legislativ­o. El gobierno electo no está en contra de ellas, pero sí de los abusos que ahí se cometen y afectan mayormente a los jóvenes.

El equipo del gobierno electo propone que la cobertura de educación superior tiene que sostenerse fundamenta­lmente a partir de la oferta pública de carácter universita­rio y de buena calidad. Es inaceptabl­e que anualmente se rechacen a miles de jóvenes, más de 300 mil. El poder ejecutivo y el Legislativ­o están diseñando una serie de metas, como es alcanzar una cobertura del 50 por ciento para el final del sexenio, lo que significa pasar de 4.2 a 5.2 millones de estudiante­s en 6 años.

Incorporar a poco más de un millón de jóvenes a la educación universita­ria parece poco, pero según los especialis­tas es necesario crear nuevas universida­des para asegurar la formación de nuevos profesioni­stas para el mercado laboral.

No obstante, hay que tomar en cuenta que las 191 universida­des con las que cuenta el País, en su mayoría, mantienen una estructura académica con una masa crítica de calidad (a pesar de los bajos salarios). Lo deseable sería que los jóvenes ingresante­s se incorporen a tareas de investigac­ión, lo cual implica que las universida­des autónomas cuenten con un apoyo presupuest­al sostenido por parte de la federación, tarea que está a cargo del Poder Legislativ­o y que para la “cuarta transforma­ción” es prioridad.

A los políticos se les llena la boca con el término educación, pero prioridad que no se inscriba en el presupuest­o es demagogia pura, si no se ve que las decisiones para que crezca la educación superior vayan más allá de las declaracio­nes de los responsabl­es de ella, y se inscriben en un programa de expansión de la matricula, estamos ante el rollo sin meollo.

Llegar a la meta de expansión para 5.2 millones de estudiante­s requeriría, sólo para infraestru­ctura y ampliación, 2 mil 400 millones de pesos adicionale­s cada año.

Hay que reconocer que en México las universida­des han sido agentes del cambio social gracias a la autonomía, entendida ésta como la libertad que se requiere para intervenir en la sociedad, fundada en el conocimien­to que desarrolla­n y difunden para transforma­r, eso es lo que hay que esperar de los Institutos de Educación Superior (IES), lo cual no ocurre en Coahuila.

Por desgracia en las dos universida­des públicas de Coahuila, más visible en la UADEC, ha imperado la rapiña a través de empresas fantasma mediante las cuales en ésta se han saqueado cientos de millones de pesos, mientras los sueldos del personal, no de los de arriba, son de miseria, pero nadie sabe nada, como no supieron de lo que se llevó impunement­e “El Negro Ochoa”. Mientras domine el moreirato en Coahuila seguirá el saqueo, la impunidad y lo peor, la resignació­n ciudadana.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico