DESDICHADO EL QUE A LAS DOS DE LA TARDE NO SE HA DESAYUNADO
El Quijote II, 33
En conversación que sostienen Sancho Panza y la Duquesa, ésta pregunta al escudero cómo es que aspira a ser gobernador de una ínsula, según se la tiene prometida su amo, si acepta que don Quijote es un loco, menguado y mentecato y reconoce que él mismo también lo es.
Sancho da entonces una respuesta a la Duquesa cargada de gran sentido común y sabiduría. Le dice, entre otras cosas, que “si vuestra altanería no quisiere que se me dé el prometido gobierno, de menos me hizo Dios, y podría ser que el no dármelo redunde en pro de mi conciencia”, que no llegar a ser gobernador le tiene sin cuidado y hasta es probable que resulte mejor para su conciencia, “y aun podría ser que fuese más aína (con mayor facilidad) Sancho escudero en el cielo que no Sancho gobernador”.
A él no verse investido de tal dignidad no le significa mayor problema. Verdaderas desgracias son otras, las que de manera más gráfica le expone Sancho a la Duquesa a través de una sarta de refranes, entre los que cita uno que dice: “DESDICHADA ES LA PERSONA QUE A LAS DOS DE LA TARDE NO SE HA DESAYUNADO”.
No probar alimento alguno dos horas después del mediodía, sí que es una verdadera desgracia. Y no así no llegar a ser gobernador.