¿Y LA CALABAZA?
Cuando los irlandeses llegaron a Estados Unidos no sólo introdujeron la ‘Noche de Brujas’, sino que también se trajeron lo que sería el símbolo más famoso del Halloween, la ‘Jack-olantern’ o ‘linterna de Jack’; es decir, la calabaza hueca con una luz dentro.
La Noche de Brujas no estaría completa sin una calabaza iluminada desde su interior. Por lo tanto, no hay Halloween sin Jack-o-lantern
Según cuenta la leyenda, un irlandés malora, tacaño y bebedor, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con Satanás en una taberna de Irlanda, la noche del Día de Brujas.
Satanás se presentó como un parroquiano cualquiera, pero Jack. que había gastado todo su dinero en la taberna, reconoció al Señor de los Infiernos, así que se hizo el loco y le pidió al recién llegado que le invitara a un trago.
Una vez consumidas las bebidas, cuando el Diablo sacó su bolsita de monedas para pagar, Jack se la arrebató, lo amenazó con una pequeña cruz que siempre llevaba consigo y salió tranquilamente de la taberna.
El caso es que cuando Jack murió no fue aceptado en el Cielo debido a su largo historial delictivo; y tampoco quiso ser recibido por Satanás en el Infierno.
Sin embargo, Satanás le ofreció regalarle un carbón encendido para que le sirviera de guía en su largo y oscuro camino de regreso.
Se dice que Jack cosechó un nabo y le abrió un hueco en el que colocó la lumbre, a manera de lámpara (la linterna de Jack) para su regreso al mundo de los vivos.
Lo que Jack no sabía es que el Diablo le tenía preparada una sorpresa: lo había condenado a caminar en la oscuridad eternamente.
Por eso en Irlanda se ahuecaban nabos para iluminarlos en la noche de Halloween.
Cuando los irlandeses llegaron a América y conocieron las calabazas, se dieron cuenta de que éstas eran más apropiadas que los nabos para elaborar la linterna de Jack. Así nació la calabaza de Halloween.