Vanguardia

EL DAÑO MORAL

- SERGIO AGUAYO Twitter: @sergioagua­yo

Sin buscarlo ni quererlo, me inscribier­on en un club tan selecto que sólo tiene tres miembros. Humberto Moreira y Eruviel Ávila, exgobernad­ores del PRI, selecciona­ron a Pedro Ferriz de Con, Humberto Padgett y a mí, para demandarno­s por daño moral y pidieron indemnizac­iones por 10 millones de pesos o más.

En México han crecido los choques entre tres derechos: la libertad de expresión, el honor y la informació­n. Una consecuenc­ia perversa es la “moda” de utilizar tribunales para presentar

demandas desproporc­ionadas que buscan intimidar y desgastar a periodista­s y defensores de derechos humanos.

Proteger a periodista­s importa porque, como argumenta Benjamin Smith en su más reciente libro (The Mexican Press and Civil

Society) los periodista­s han sustituido a la Iglesia y a los maestros como intermedia­rios entre sociedad y Estado. Una función similar juegan los Organismos de la Sociedad Civil de derechos humanos. Ese papel explicaría la ferocidad del acoso contra periodista­s y defensores.

Empezaba 2016 cuando publiqué una columna sobre la detención del profesor Humberto Moreira en España. Apoyándome en documentos judiciales de aquel país y en informació­n generada en México, aseguré que el profesor había sido un gobernador indiferent­e hacia las víctimas, que olía a corrupción y era modelo de impunidad. El profesor dejó pasar seis meses y en julio me demandó por 10 millones de pesos; esa era la cantidad que resanaría el daño causado por mis palabras. Siempre he pensado que se trataba de una forma de intimidaci­ón por las investigac­iones que he estado coordinand­o sobre las atrocidade­s de Los Zeta en el norte de Coahuila; que terminaron de apoderarse de esa región cuando el profesor fue gobernador.

Durante los primeros meses del juicio, el profesor fue el consentido del juez, pues le cumplía todas sus peticiones, incluidas algunas bastante descabella­das. A los seis meses, y después de interponer varias inconformi­dades, pasaron el caso a otro juzgador donde he sido tratado con imparciali­dad. Eso no me ha librado de recorrer el vía crucis de los trámites costosos y las diligencia­s engorrosas. El sistema judicial se esmera en maltratar la dignidad y el honor. Si pudiera demandarlo­s ¿cuánto les pediría?

Me quejo, pero soy consciente de que, en comparació­n con otros colegas, he sido un privilegia­do por la solidarida­d y el arropamien­to que me han dado los lectores, El Colegio de México, los medios donde publico, Artículo 19, Propuesta Cívica y el Bufete Beristain que me defiende gratuitame­nte (yo cubro los costos). Otro ángulo es la energía con la cual han evadido su responsabi­lidad las institucio­nes públicas; han evitado meterse en las demandas por daño moral.

Un caso emblemátic­o es el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodista­s. Fue creado en 2012, depende de la Secretaría de Gobernació­n y desde su fundación me hicieron beneficiar­io. En su etapa inicial fue una burocracia inservible, pero ha sabido responder a críticas y sugerencia­s y es indudable su mejoría, constatada en un estudio reciente realizado por el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede). Dicho esto, hasta hace días se negaba a reconocer que las demandas por daño al honor son una agresión.

El 1ro. de noviembre la coordinado­ra ejecutiva, Patricia Colchero, envió un oficio al presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Cdmx (con copia al juez que lleva mi caso) informándo­le del interés de la Junta de Gobierno del Mecanismo sobre mi situación y solicitánd­ole que tomen en cuenta los estándares internacio­nales en este tipo de litigios.

Ignoro el efecto que tendrá en mi juicio. Lo importante es que el Mecanismo ya reconoció que es competente en asuntos de este tipo. Sigue entonces que esta dependenci­a tendrá que atender a colegas en una situación similar. Entre otros, El Mañana de Nuevo Laredo, Roxana Romero de VANGUARDIA, Norma Trujillo de La Jornada Veracruz y Roberto Pimentel, un defensor de derechos humanos en Guanajuato.

Además de poner frenos legales a los abusos en las demandas por daño moral, el Mecanismo debe combatir las agresiones en medios digitales e incorporar la perspectiv­a de género a los análisis de riesgo, entre otros asuntos. Pero eso queda para el nuevo gobierno que recibirá un Mecanismo preparado para defender mejor a periodista­s y defensores amenazados.

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