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> BIENESTAR > CIENCIA > SOCIEDAD SEGÚN LA ORGANIZACI­ÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) OCHO DE CADA 10 PERSONAS INMUNIZAR EL PROCESO

- VANGUARDIA MX | JUEVES 08 DE NOVIEMBRE DE 2018

Se trata del descubrimi­ento científico que ahora protege a millones de personas del virus de transmisió­n sexual más común del planeta: el VPH

El cáncer cervical es el cuarto más común en las mujeres, y su historia para combatirlo comenzó el 20 de junio de 1991. Ese día el inmunólogo australian­o Ian Frazer regresó a su casa muy emocionado. Y enseguida le dijo a su esposa: “Creo que hemos descubiert­o algo que podría ser muy útil para la humanidad”.

Y tenía razón. El hallazgo sería el inicio de un proceso que cambió el manejo de uno de los tipos de cáncer más letales para las mujeres.

Frazer era profesor de la Universida­d de Queensland, en Australia, y se dedicaba al estudio del ‘virus del papiloma humano’ (VPH), que causa el cáncer cervical.

Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), es el virus de transmisió­n sexual más común del planeta.

“Aproximada­mente ocho de cada 10 personas contraerán el virus en algún momento de sus vidas”, de acuerdo a la ONG británica Cancer Research, dedicada a la investigac­ión de la enfermedad.

Sin embargo, pese a la alta prevalenci­a del virus, el sistema inmune de la mayoría de las personas logra anularlo y por eso muchas personas ni siquiera se enteran de que se contagiaro­n. Pero para quienes no lo logran, el virus puede ser fatal.

En 1989, Ian Frazer se encontraba de año sabático en la Universida­d de Cambridge, en Inglaterra, y allí conoció al científico chino Jian Zhou, quien también estaba interesado en la investigac­ión del VPH.

Ian lo invitó entonces a trabajar en su laboratori­o en la Universida­d de Queensland. ¿Su objetivo? Tratar de encontrar una vacuna para el VPH.

Pero se tropezaron con un problema. A diferencia de la mayoría de los virus, el VPH no se puede replicar en el laboratori­o. Y ese paso es fundamenta­l para desarrolla­r una vacuna.

Así que decidieron superar el obstáculo de una manera muy particular: utilizar técnicas de ingeniería genética para tratar de copiar el virus.

“Identifica­mos el código genético del virus y eso fue lo que tratamos de recrear a través de un cultivo celular”, explica Frazer.

Así comenzó un meticuloso trabajo de investigac­ión y experiment­ación en el que pasaron meses.

La lógica era que, si lograban replicar la capa externa del virus, y si esta era idéntica al original, el sistema inmunitari­o lo identifica­ría como un agente nocivo y responderí­a eliminando al virus. De manera que la vacuna consistirí­a en un preparado artificial de ese virus.

Ese sería el formato de la vacuna: si en el futuro una persona se contagiaba con el VPH, el cuerpo lo reconocerí­a como un invasor y lo eliminaría, impidiendo de esta manera que el virus pudiera MUJERES implantars­e y cervical.

“Lo intentamos 20, 30 y 40 veces, hasta que finalmente lo logramos. La apariencia del virus que creamos era exactament­e igual que la del VPH. Nos emocionamo­s muchísimo. Si se podía desarrolla­r una vacuna, esta era la manera de hacerlo”.

Mientras tanto, los dos científico­s patentaron su descubrimi­ento y, al poco tiempo, varias compañías farmacéuti­cas empezaron a contactarl­os.

Los se dedicaron a trabajar en los componente­s del virus que causar cáncer Frazer y Zhou habían logrado replicar en el laboratori­o. Y lograron replicarlo de manera artificial.

Sin embargo, pasarían años, antes de que la vacuna pudiera comerciali­zarse. La primera versión, que contó con los innovadore­s aportes de otro grupo de científico­s de Estados Unidos, se centró en trabajar con el 70 por ciento de los tipos del VPH que causan el cáncer cervical.

El problema es que se habían identifica­do más de 100 variedades del VPH, pero solamente 13 de ellas están asociadas con el desarrollo del cáncer cervical.

Los ensayos médicos concluyero­n en 2001 e incluyeron a 6 mil mujeres que fueron vacunadas y estuvieron bajo control médico durante dos años. La efectivida­d fue de 100% (ninguna de las mujeres desarrolló cáncer cervical).

El momento ideal para aplicar la vacuna es en la pubertad, antes de que la persona sea sexualment­e activa.

Los expertos recomienda­n administra­r dos dosis a niños y niñas entre los 11 y los 12 años.

A ellos, la vacuna los protegerá del VPH por el resto de sus vidas.

 ??  ?? ¡EUREKA! El VPH es el virus de transmisió­n sexual más común del planeta. que fueron vacunadas en ensayos clínicos, y que estuvieron bajo control médico durante dos años, la efectivida­d fue de 100% (ninguna de ellas desarrolló cáncer cervical). Se infectarán con el VPH en algún momento de sus vidas, de acuerdo a la ONG británica Cancer Research, dedicada a la investigac­ión de la enfermedad. El momento ideal para vacunar contra el VPH es entre los 11 y 12 años, es decir, antes de que los pubertos comiencen a ser sexualment­e activos. No hay consenso en la comunidad científica sobre si los virus son o no organismos vivos. De hecho, los virus plantean un problema a los biólogos porque no tienen células, y por lo tanto no forman parte de ninguno de los grupos vivientes conocidos.Responder a la pregunta de si los virus son o no seres vivos, no es fácil, de hecho, no hay consenso al respecto en la comunidad científica.En ocasiones se habla de ellos como estructura­s al límite entre lo vivo y no vivo. Pero vayamos a lo que sí son con toda seguridad: agentes infeccioso­s que necesitan de un organismo vivo para multiplica­rse.No son células pero infectan a todo tipo de organismos vivos: animales, plantas, hongos, bacterias y protozoos, Y son tan pequeños –100 nanómetros de promedio o lo que es lo mismo, una milésima parte del grosor de un cabello– que no pueden observarse con el microscopi­o óptico. Solo cuando se inventó el microscopi­o electrónic­o, en 1931, se pudo tener tener una imagen de lo que son.La infecciòn viral funciona de esta manera:Los virus tienen estructura genética, evoluciona­n por selección natural y se reproducen creando réplicas de sí mismos, pero no están compuestos de células y, según la teoría celular, esas son las estructura­s básicas de la vida.Hay otro argumento más en contra de considerar­los seres vivos: los virus no tienen metabolism­o propio, necesitan las células de los organismos que infectan para replicarse.REPLICACIÓ­N VIRAL Las partículas virales tienen una existencia muy corta fuera de un ser vivo, pero cuando entran en un hospedador empiezan a replicarse a un ritmo muy rápido. Sabemos, por ejemplo, que en un individuo infectado por el virus del VIH o el de la hepatitis C puede haber entre 10 mil millones y 100 mil millones de virus.Su vida media es de 6 a 24 horas pero como se replican muy rápido esas poblacione­s enormes están en continua renovación.Así que la respuesta a la pregunta de si son inmortales, es que, si estamos hablando de un solo virus o partícula vírica, por supuesto que es mortal, pero dado que realmente no podemos hablar de un solo virus, sino de una población de virus, esa población no desaparece­ría nunca, ya que a la muerte de un hospedador, el virus ya se habría transmitid­o a otro huésped.No será exactament­e la misma entidad porque se replica en copias que no son idénticas pero a menos que evolucione tanto como para convertirs­e en otro virus diferente, seguirá siendo el mismo virus.
¡EUREKA! El VPH es el virus de transmisió­n sexual más común del planeta. que fueron vacunadas en ensayos clínicos, y que estuvieron bajo control médico durante dos años, la efectivida­d fue de 100% (ninguna de ellas desarrolló cáncer cervical). Se infectarán con el VPH en algún momento de sus vidas, de acuerdo a la ONG británica Cancer Research, dedicada a la investigac­ión de la enfermedad. El momento ideal para vacunar contra el VPH es entre los 11 y 12 años, es decir, antes de que los pubertos comiencen a ser sexualment­e activos. No hay consenso en la comunidad científica sobre si los virus son o no organismos vivos. De hecho, los virus plantean un problema a los biólogos porque no tienen células, y por lo tanto no forman parte de ninguno de los grupos vivientes conocidos.Responder a la pregunta de si los virus son o no seres vivos, no es fácil, de hecho, no hay consenso al respecto en la comunidad científica.En ocasiones se habla de ellos como estructura­s al límite entre lo vivo y no vivo. Pero vayamos a lo que sí son con toda seguridad: agentes infeccioso­s que necesitan de un organismo vivo para multiplica­rse.No son células pero infectan a todo tipo de organismos vivos: animales, plantas, hongos, bacterias y protozoos, Y son tan pequeños –100 nanómetros de promedio o lo que es lo mismo, una milésima parte del grosor de un cabello– que no pueden observarse con el microscopi­o óptico. Solo cuando se inventó el microscopi­o electrónic­o, en 1931, se pudo tener tener una imagen de lo que son.La infecciòn viral funciona de esta manera:Los virus tienen estructura genética, evoluciona­n por selección natural y se reproducen creando réplicas de sí mismos, pero no están compuestos de células y, según la teoría celular, esas son las estructura­s básicas de la vida.Hay otro argumento más en contra de considerar­los seres vivos: los virus no tienen metabolism­o propio, necesitan las células de los organismos que infectan para replicarse.REPLICACIÓ­N VIRAL Las partículas virales tienen una existencia muy corta fuera de un ser vivo, pero cuando entran en un hospedador empiezan a replicarse a un ritmo muy rápido. Sabemos, por ejemplo, que en un individuo infectado por el virus del VIH o el de la hepatitis C puede haber entre 10 mil millones y 100 mil millones de virus.Su vida media es de 6 a 24 horas pero como se replican muy rápido esas poblacione­s enormes están en continua renovación.Así que la respuesta a la pregunta de si son inmortales, es que, si estamos hablando de un solo virus o partícula vírica, por supuesto que es mortal, pero dado que realmente no podemos hablar de un solo virus, sino de una población de virus, esa población no desaparece­ría nunca, ya que a la muerte de un hospedador, el virus ya se habría transmitid­o a otro huésped.No será exactament­e la misma entidad porque se replica en copias que no son idénticas pero a menos que evolucione tanto como para convertirs­e en otro virus diferente, seguirá siendo el mismo virus.

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