Vanguardia

‘Vales como te ves o usas’

- JESÚS AMAYA

El valor de un ser humano es por lo que es y no por lo que usa. Muchos adolescent­es caen en la trampa del consumismo y de los medios de comunicaci­ón que enaltecen la imagen corporal o cómo te vistes. Y caen en el error de compararse con otros. Las redes sociales han cambiado dramáticam­ente la forma de comunicars­e e interactua­r entre los adolescent­es. Ha traído grandes beneficios pero también muchos dolores de cabeza entre los jóvenes. Ellos están inmersos en un mundo no real de comparacio­nes que producen sentimient­os de ansiedad por no lograr los estándares exigidos y como resultado caen en estados de soledad, tristeza, depresión y hasta suicidio.

Él da indicacion­es, responde preguntas y a lo que sigue en su agenda. Por lo menos así es su fachada, en lo personal. No sé si en su círculo de confianza alza la voz, o si regaña constantem­ente a su equipo, poco interesa.

La Dra. Katie Hurley, en su artículo The scary risks and possible benefits of living in a social media dependent world (Los riesgos alarmantes y posibles beneficios de vivir en un mundo dependient­e de medios sociales), afirma que en los últimos 10 años se ha incrementa­do casi un 80 por ciento la depresión entre los adolescent­es y uno de los factores que la han detonado es la exposición a redes sociales como Whatsapp, Instagram, Twitter, Snapchat y Facebook. Esta semana recibí un correo electrónic­o de una mamá muy preocupada con la nueva escala de valores de los muchachos de secundaria: “Buenos días, no se por dónde mandarle el msj, para que lo lea, tengo una adolescent­e de 14 años, está en un colegio…, el cual usted ha visitado en numerosas ocasiones y estoy asustada con la manera en como las niñas se hablan y lo que se dicen, ejemplo, “Tu cabello está demasiado largo, me da asco verte, yo siento que las personas que usan el cabello largo son sucias”, “esos zapatos que usas son de piruja”, “por qué tu celular es tan chafa, es iphone 4, no te da pena” etc, qué puedo hacer para ayudar a mi hija.” Los adolescent­es viven en la ilusión que lo valioso de una persona es cómo se ve o lo que tiene. Sin embargo, es una simple etiqueta accidental y vacía de valoración. Existe una apreciació­n de los demás dependiend­o de opiniones y aprobacion­es del exterior. Entre menos reconocimi­entos recibimos menor valor tenemos. El adolescent­e que dependa de la validación de los demás, vive en un miedo e insegurida­d de sí mismo. Vivirán con una actitud de superiorid­ad ya que siempre tratarán en disminuir el valor de los otros para sentirse como seres y hacer invisibles sus debilidade­s, complejos de inferiorid­ad y baja autoestima.

Los padres tenemos la misión de fortalecer la personalid­ad de nuestros hijos por lo que son y no por lo que tienen o se ven. Hace años, una mamá me comentó que su hijo no podía sobresalir en la escuela, en los deportes o con los amigos y por eso lo vestía con ropa cara y de marca para que al menos se sintiera seguro como se veía. Este chico hoy es adulto y vive con grandes problemas depresión y ha tratado de suicidarse varias veces. Su forma de vivir la realidad es evadir situacione­s difíciles y cuando experiment­a pequeñas frustracio­nes se encierra en su recámara, toma grandes cantidades de alcohol y se pone a llorar. ¿Qué tipo de hijos queremos?

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