Vanguardia

EL DESPERDICI­O DEL AMÉRICA

- @gvlo2008

América volvió a desperdici­ar una ventaja. Lo hizo en los dos partidos de los cuartos de final ante el Toluca y lo volvió a hacer en el Olímpico Universita­rio. Así, sigue con amplias dudas para ganar el título, sobre todo cuando se enfrenta a equipos que probableme­nte no lo superen en calidad, pero sí en determinac­ión, en actitud, algo que le ha faltado al equipo de Miguel Herrera, por lo menos anoche en el campo de Ciudad Universita­ria.

Es increíble que los jugadores americanis­tas no hayan entendido el mensaje de su entrenador al final del partido del pasado domingo en el Estadio Azteca.

Miguel fue claro al señalar el escudo y decirles que deben meterle corazón. Pareciera como que se sienten tan superiores a su rival que se relajan y les permiten vivir.

El mejor ejemplo de esto es la manera en la que Roger Martínez cobró el penalti que señaló Luis Enrique Santander, a quien el VAR le corrigió la jugada en una mano de Luis Fernando Quintana en el área.

El delantero colombiano se plantó frente al balón con tal soberbia que ni siquiera hizo un intento por ir por el rechace de Alfredo Saldívar, cuando éste le detuvo el primer envío.

Fue el cuarto penalti que le marcan en contra a los universita­rios en el Apertura 2018. Ninguno ha entrado a la portería, ya sea por un buen lance del guardameta, falla del rival o, incluso, desdén, como el que mostró Martínez, en plena semifinal del futbol mexicano.

Las Águilas han errado cuatro de los más recientes 11 penaltis que les han marcado, pobre e imperdonab­le cosecha para un plantel diseñado para ser campeón. Siempre será inconcebib­le fallar una oportunida­d así, pero lo es más en un partido tan importante y en la jugada que representa­ba la victoria.

Ese es el ejemplo perfecto del América en esta Liguilla, en la que avanzaron en los cuartos de final porque Toluca no tuvo más tiempo para buscar otro gol en la vuelta en el Azteca y, ahora ante los Pumas, claro que meter gol como visitante y la posición en la tabla les da la ventaja, pero si no entienden que trabajan para el equipo más importante del futbol mexicano, no tienen nada qué hacer en esta institució­n, que se vayan, porque han demostrado que no pueden con el compromiso que representa una institució­n de tal tamaño.

Y ahora no pudieron poner el pretexto del calor y mucho menos el del arbitraje, porque por más malo que sea Santander, no tuvo nada que ver en el desarrollo del partido. El problema americanis­ta fue sentirse que un gol era suficiente y no reaccionar cuando el rival se les fue encima en busca del empate y, después, de una victoria que les habría dado mucha más motivación.

Porque, incluso, si consiguen clasificar a la final del Apertura 2018, si continúan de la misma manera, tan displicent­es, tan soberbios, no serán campeones y eso podría hacer que Miguel deje el equipo, porque esos desperdici­os pueden llevarlos al fracaso. Sirvió para maldita la cosa que el técnico hasta chiflara para indicar quién tiraría.

Nos espera un sábado y domingo de intensidad, segurament­e con dramatismo, porque en los partidos de ida no hay ningún equipo que mostrara un amplio favoritism­o.

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