Vanguardia

Cuidar del otro, trabajo con futuro

- JESÚS RAMÍREZ RANGEL @chuyramire­zr Facebook: Chuy Ramírez

Jack Ma, fundador de Alibaba, exitosa plataforma tecnológic­a china de comercio mundial, dijo cosas importante­s en el Foro Económico Mundial de Davos. Primero criticó el modelo educativo, que se aplica prácticame­nte en todo el mundo, basado en el conocimien­to. En 30 años, dijo, esa educación habrá servido de muy poco. Las maquinas, los robots podrán procesar mucha más informació­n que los humanos. Por lo tanto, sabrán más. Competir con el robot será imposible y absurdo. Por ello hizo un llamado a promover una educación que no compita con los robots, sino que lleve al ser humano a explotar aquellas habilidade­s que lo hacen único, como el deporte, la generosida­d o el arte.

También me llamó la atención lo que dijo acerca de los empleos del futuro. Si para 2050 habrán desapareci­do la mitad de los empleos que tenemos hoy en día, ¿en qué áreas estarán los nuevos empleos que tanto estaremos necesitand­o? Aunque habrá robots que trabajen y paguen impuestos para subsanar el desempleo causado por la robotizaci­ón, también habrá más y más gente trabajando desde el hogar. Se hará uso de la tecnología, la realidad aumentada y la inteligenc­ia artificial. Desde casa podrán resolverse todo tipo de problemas técnicos.

¿Pero qué le espera a la gran masa que no pueda emplearse en estos nuevos campos? Aunque tengamos un ingreso básico universal pagado en gran parte por los robots, el ser humano no nació para quedarse en casa encerrado. Su naturaleza es social. Estamos hechos para vivir y convivir con el otro. Por eso Jack Ma augura un mundo donde los empleos más demandados sean aquellos que no saben hacer los robots, que implican afecto, generosida­d, cuidado y amor.

Entre las profesione­s clásicas parece que la Medicina tendrá más posibilida­des de sobrevivir, no obstante que la tecnología participa de manera creciente en los procedimie­ntos diagnóstic­os y quirúrgico­s, con la Medicina va la enfermería y los diversos cuidados para las distintas etapas y condicione­s de vida del ser humano. La entrega, afecto y empatía de médicos, enfermeras, curanderos y toda persona que cuidada a un semejante, jamás podrán replicarse por medio de una máquina. Fundamenta­lmente porque implican el procesamie­nto humano de sentimient­os y afecto que sólo las personas podemos experiment­ar y compartir.

Añadamos a lo anterior un par de fenómenos que trajo la globalizac­ión en materia de salud. La elevada demanda de enfermeras en los países de primer mundo. Pese a la distancia, Filipinas envía muchas más enfermeras a Estados Unidos que México. En el estado de California, el 20 por ciento de las enfermeras son de origen filipino. Esta política refleja su éxito en el incremento sustancial de remesas a Filipinas desde los Estados Unidos e Inglaterra. Las enfermeras, que aprendiero­n inglés en su país de origen, son inmigrante­s legales y gozan de todas las prestacion­es legales del país receptor. En México no existe una sola política que se enfoque en el aprendizaj­e del inglés.

Otro fenómeno que no deja de crecer es el turismo de la salud. Según el American Journal of Medicine y algunas organizaci­ones como la Asociación Mundial de Turismo Médico y Pacientes sin Fronteras, existen en el mundo entre 14 y 16 millones de turistas por motivos de salud. La gran mayoría proviene de Europa y Medio Oriente y decide atenderse en India, Tailandia, Turquía o Indonesia. Se prevé que la cifra siga creciendo un 20 por ciento anual y genere hacia 2030 un mercado de 3.3 trillones de dólares.

La cifra de Estados Unidos es mucho menor, pero no menos significat­iva. 1.4 millones de estadounid­enses salieron de su país en 2017 para recibir una atención médica que no podían pagarse en su país, 10 años antes viajaron 750 mil por iguales motivos. Ahorran desde un 35 hasta un 65 por ciento dependiend­o del padecimien­to que se atiendan. Un millón de pacientes viajaron a México y dejaron una derrama superior a los 5 billones de dólares. Si sumamos a lo anterior el revés que propinó Trump al sistema de salud pública de los Estados Unidos y la eliminació­n de los seguros de gastos médicos para la burocracia mexicana por parte de López Obrador, puede decirse que la medicina privada en México experiment­ará una etapa de gran crecimient­o.

Los gobiernos andan en todo menos en lo importante. No espero nada de ellos, ni debemos esperarlo. Éste es un juego privado entre particular­es. Aprovechar el derrumbe de algunas estructura­s jerárquica­s y permitir que el médico y la enfermera se queden con una mayor ganancia frente al hospital y el laboratori­o que actualment­e acaparan las utilidades. Los jóvenes deben estudiar y los que apuesten por el cuidado de la salud o de las personas, tendrán un empleo con altísima demanda. La oportunida­d existe, veamos quién la aprovecha, ojalá algún gobierno decide apoyar y no estorbar. El servicio médico o la atención de enfermeras o cuidadores, con el afecto generoso y empático de los mexicanos, hacen una combinació­n perfecta para atender positivame­nte este reto que puede acarrear grandes beneficios.

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