Mentiras de la historia
Ya sea por la inexactitud de los libros de texto, por intereses del poder o por la imaginación de Hollywood, el caso es que la realidad, con frecuencia nos ha llegado de manera distorsionada. Tenemos la imagen de la faraona Cleopatra como la de una belle
CLEOPATRA NO SEDUJO A LOS HOMBRES POR SU BELLEZA Lo que nos contaron
Tenemos la imagen de la faraona Cleopatra como la de una belleza abrumadora. Así fue descrita en la famosa tragedia shakesperiana de 1608; así la vemos en las obras pictóricas de Jeanleon-gerome y Lawrence Alma-tadema, y así se exhibe en la sensualidad desplegada por Elizabeth Taylor en la película de 1963, dirigida por Joseph L. Mankiewicz.
Esas referencias (y muchas más) han hecho de Cleopatra uno de los personajes más cautivadores de la antigüedad, atribuyendo a su belleza un alto poder de seducción, al que sucumbieron, entre otros, Julio César y Marco Antonio. Esto le proporcionó a Cleopatra una gran poder de negociación política en los tiempos de la Roma imperial.
Lo que realmente pasó
Una exposición en el museo Shefton, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), mostró en febrero de 2007 una valiosa moneda de plata, del año 32 a.c., en la que Cleopatra, la reina más conocida del Antiguo Egipto, se mostraba con un mentón sobresaliente, labios muy finos y nariz puntiaguda —nada que ver con la belleza que rindió a sus pies a senadores y generales romanos.
“Cleopatra puso en jaque al Imperio Romano durante mucho tiempo. Se sabe que era una mujer inteligente y culta, con grandes dotes de estratega. Al morir, el aparato propagandístico de Roma creó la imagen que nos ha llegado: una mujer manipuladora y seductora que mostró una gran capacidad para gobernar.
El problema es que Roma no podía permitir que una mujer tuviese más talento que muchos de sus gobernantes, y se dedicó a crear la leyenda de una mujer físicamente arrebatadora que atontaba a los hombres”.
EL RELATO RADIOFÓNICO DE ORSON WELLES NO PROVOCÓ UN CASO DE HISTERIA
Es mentira que la transmisión por radio de un pasaje del libro ‘La guerra de los mundos’, provocara un episodio de histeria colectiva.
Lo que nos contaron
Orson Welles fue el periodista que adaptó un capítulo de la película ‘La guerra de los mundos’, de H. G. Wells, para un programa de radio de la CBS.
Y para ello dotó al relato de una estructura de noticiario tan realista que la retransmisión, que tuvo lugar el 30 de octubre de 1938 (víspera de Halloween), generó un episodio de histeria colectiva.
Los actores que dramatizaron el relato y los montajes sonoros fueron tan verosímiles que los oyentes creyeron que los extraterrestres realmente se encontraban en Grovers Mill, Nueva Jersey, con el propósito de dominar a la humanidad.
Los supermercados se colapsaron al acudir la gente a comprar provisiones. Los servicios de emergencia no daban abasto atendiendo los ataques de pánico de la gente, y la policía fue desbordada por las llamadas telefónicas de emergencia.
Lo que realmente sucedió
La retransmisión sí provocó desconcierto, pero no la histeria colectiva que ha trascendido. Hubo personas que acudieron a los hospitales a donar sangre, mientras que otras llamaron a los Departamentos de Policía del área de Nueva Jersey para saber si se trataba de una broma, pero el revuelo no pasó de ahí.
Algunos oyentes incluso felicitaron a la CBS por el gran especial de la noche de Halloween que habían organizado. “Que trascendiera a la historia como un episodio de alarma colectiva se debe al sensacionalismo empleado por la prensa de la época. Algunos periódicos llegaron a asegurar que un hombre murió de un ataque al corazón por culpa del programa y que los hospitales estaban tratando a varias personas en estado de shock. Pero fue una exageración. La vida cotidiana siguió en completa normalidad tras la emisión radiofónica.
También se dijo que la retransmisión había tenido una audiencia masiva, cuando lo cierto es que la mayoría de los oyentes radiofóínicos estaban realmente escuchando un programa rival, de la NBC.
NO ES CIERTO QUE EN LA PREHISTORIA LA MUJER SE QUEDABA EN LA CUEVA Y EL HOMBRE SE IBA DE CACERÍA
Lo que nos contaron
¿Se acuerda de Vilma Picapiedra y Betty Mármol?
Esa imagen de la mujer prehistórica, siempre realizando tareas del hogar y de la familia mientras el marido se iba de cacería, se forjó en el siglo XIX de la mano de científicos como Charles Darwin, ‘Padre del Evolucionismo’, que consideraban obvia la superioridad intelectual masculina.
“El hombre siempre consigue más eminencia en cualquier actividad que emprenda, de la que puede alcanzar una mujer (tanto si requiere pensamiento profundo, poder de raciocinio, imaginación aguda o el empleo de los sentidos o de las manos)”, escribió Darwin.
Las ideas de Darwin, junto a las de otros intelectuales (hombres) de la época, sobre las mujeres (que arraigaban en el imaginario colectivo heredado de las creencias religiosas y de filósofos como Rousseau, Diderot o Montesquieu) dotaron de base científica la subordinación femenina al hombre en la Prehistoria. De manera que solo ahora la mujer ha comenzado a ganar preeminencia.
Lo que realmente sucedió
Investigaciones recientes han dado la vuelta al supuesto comportamiento sumiso de la mujer en la supervivencia del núcleo familiar. Según un estudio del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), las mujeres centroeuropeas de los primeros 6 mil años de la agricultura tenían los brazos más fuertes que las campeonas de remo actuales. Esa musculatura vino de actividades como labrar la tierra, cosechar manualmente y moler el grano durante horas para hacer harina.
“En ese tiempo, los roles del hombre y la mujer no estaban tan diferenciados. La supervivencia era básica y requería de asumir distintos papeles.
Libros como ‘Arqueología feminista’ sugieren que arqueólogos como el sacerdote vasco José Miguel de Barandiarán definieron la Prehistoria con base en sus prejuicios. De ahí que la cueva se interpretara como la casa victoriana.
Ahora cuestionamos los estereotipos de la Prehistoria, pero el papel de madre era muy importante, de hecho la mujer no estaba sujeta a la cueva, sino que era respetada por ayudar a perpetuar la especie con sus propios aportes.
Los cazadores y las figuras que se muestran en las pinturas rupestres no solo podrían haber sido mujeres, sino que las manos que están pintadas en las cuevas podrían ser femeninas.
COMER MUCHA ZANAHORIA NO HACE QUE VEAMOS MEJOR
Lo que nos contaron
Nuestros padres se han encargado de grabarnos a fuego que comer zanahorias provoca una mejora sustancial de la vista. Creencia que llevó a que a la hora de comer se repitiera la misma cantinela: “Cómete la zanahoria porque es buena para la vista”. El resultado casi siempre era el mismo: restos de zanahoria desperdigados por todo el plato de un niño al que nada le importaba el estado de su salud ocular.
Lo que realmente sucede
“La zanahoria tiene muchos carotenos que el cuerpo convierte en vitamina A, que es necesaria para una visión saludable porque reduce el riesgo de desarrollar enfermedades oculares propias de la edad, como la degeneración macular y las cataratas. Pero, primero, uno no va a ver mejor por comer muchas zanahorias; y, segundo, los carotenos, además de encontrarse en las zanahorias, están presentes en muchas otras verduras. No es una cualidad nutricional única de la zanahoria.
La doctora en Química y autora del libro ‘Los remedios de la abuela’, Valeria Edelsztein, asegura que el origen de las bondades de la zanahoria se remonta a la Segunda Guerra Mundial. “Los británicos habían desarrollado un sistema de radares y los alemanes no entendían cómo podían derribar con tanta facilidad sus aviones. Así que, para ocultar su descubrimiento, desde Inglaterra difundieron la leyenda de que sus aviadores habían desarrollado una vista prodigiosa comiendo zanahorias”, explica Valeria Edelsztein.
MESALINA NO ERA NINFÓMANA Lo que nos contaron
Valeria Mesalina fue la tercera esposa del emperador Claudio. Su belleza ha sido tan recordada como su ninfomanía (adicción al sexo), que fue recogida por poetas como Juvenal —que sostenía que se llegó a prostituir bajo el apodo griego de Lycisca. Incluso Plinio el Viejo, aseguraba que Mesalina retó al gremio de las prostitutas romanas a participar en una orgìa, a espaldas de su esposo, para ver quién atendía más hombres. Según esto ella salió victoriosa tras acostarse con 200.
Lo que realmente pasó
Como explica el libro ‘Emperatrices y princesas de Roma’, de Juan Luis Posadas, todas las informaciones apuntan a que desde la familia imperial forjaron la leyenda de lujuria y sexo de Mesalina, implicándola en supuestas historias de incestos e intentos de seducción a hombres instalados en el poder.
Según la escritora y divulgadora histórica Sandra Ferrer, en Mesalina confluyen tanto la criminalización del adulterio femenino como el ejercicio del poder de las mujeres.
“El adulterio se trata de forma distinta si es cometido por un hombre o por una mujer. Todos los reyes han tenido hijos bastardos y no ha sido un escándalo. Sin embargo, sí ha pasado con las reinas. Mesalina tuvo una relación extramatrimonial al final de su vida: se casó en secreto con el senador Gayo Silio. Y este hecho desencadenó su asesinato. En Roma, aunque no estuvieran tan recluidas como en Grecia, las mujeres no podían gobernar. Mesalina quiso controlar el poder en una sociedad que negaba que una mujer tuviera ideas políticas o capacidad como estratega, y por eso se denigró su figura al acusarla de ninfómana cuando en realidad solo le había sido infiel a su marido”.