La aviación comercial mexicana
Hay productos y servicios que se ofrecen por monopolios u oligopolios, y sus precios no dependen del todo de una demanda racional y ordenada de los consumidores
Cuando eres estudiante de economía una regla básica que aprendes es la ley de la oferta y la demanda, donde comprendes que hay fuerzas de mercado que determinan que los productos y servicios tengan un precio.
Pero hay productos y servicios que se ofrecen por monopolios u oligopolios, y sus precios entonces no dependen del todo de una demanda racional y ordenada de los consumidores. Es más, en estos casos los consumidores pasan a ser presos de las determinaciones de los oferentes.
En México la aviación comercial inicia en la década de los años veinte paralelamente al desarrollo de las aerolíneas de clase mundial. Inicialmente no había mucha diferencia entre aerolíneas locales y extranjeras, pero el sindicalismo empezó a hacer de las suyas encareciéndose poco a poco los servicios aeroportuarios; olvidando la puntualidad en los vuelos nacionales, elevándose los costos muy por encima de los del mercado.
Yo tomo vuelos regularmente desde hace 15 años, justo en los tiempos en que inició la debacle de la empresa Mexicana de Aviación creada en 1921 y que surgieron en torno a Aeroméxico aerolíneas como Volaris, Interjet y la llamada aerolínea económica Viva Aerobus. Aunque en términos reales los costos de los servicios de estas aerolíneas fluctúan mucho entre sí, con el hallazgo de lo que parecen los servicios más económicos: resultan los más caros.
Ahora con la excusa de que se detuvo la construcción del NAIM sobre terrenos del Lago de Texcoco con todo el descrédito internacional, tomar vuelos en aerolíneas comerciales mexicanas significa un esfuerzo superior porque se debe invertir una cantidad de horas extras de espera, y los nobles viajeros aguantan cualquier cantidad de injusticias so pena de perder la oportunidad de llegar a sus destinos.
Es terrible lo que los viajeros tenemos que pasar como también es terrible la forma en que algunos aeromozos tratan a sus clientes, tanto por su ignorancia como por la soberbia. Entonces los clientes están a expensas del temperamento de quienes deben servirles.
A la luz de la oferta y la demanda podría el servicio comercial de aviación ser exitoso en México, ¿o debemos perder esta posibilidad?
¿Por qué no existe un Observatorio Ciudadano de la calidad de estos servicios para que los accionistas de las aerolíneas tengan un referente ético que cuidar y respetar?
Cada vez resulta más agotador viajar en avión de aerolíneas mexicanas. A dónde llegará la situación de los servicios mediocres, culpándose unos a otros y afectando a los usuarios que, por cierto, ya incorporan a sus costos de viaje las horas perdidas.
Normalmente para los destinos que están por tierra, a no más de ocho horas, busco transporte terrestre; la lógica del trabajo cambia porque ahora se tienen que tomar decisiones de conjunto de acuerdo a la época laboral y a la cercanía con la capital de País de los sitios que se visitarán.
Con los próximos cambios de sede de las secretarías de gabinete también habrá que considerar este factor de descentralización en relación a la aviación mexicana.