Las emociones
Estás con tus amigos, de pronto ves una araña cerca de tu pie, te echas a correr gritando a tus amigos que huyan. Ellos toman la araña y la ponen en un lugar seguro. ¿Por qué sentiste tanto miedo y ellos no? Te contamos: fueron tus emociones.
Esta emoción nos aleja de lo que no nos gusta.
Esta emoción puede ser muy dolorosa. Por eso trata de evitarla distrayéndote con actividades, trabajo y amigos.
Las emociones no son malas ni buenas, solo te trasmiten información útil sobre lo que te pasa.
Todo el mundo siente asco hacia algo, pero es distinto en cada uno, porque lo aprendemos de quienes nos rodean.
Cuando te sientes triste es porque tus expectativas no se ven cumplidas.
El personaje Asco protege a Riley de los alimentos con aspecto extraño, como cuando de pequeña rechazaba el brócoli. El asco es el desagrado que nos causa algo que consideramos repugnante.
La tristeza es una caída general de tu energía.
A pesar de su desagradable presencia, es una emoción necesaria ya que te avisa que es necesario un cambio.
La alegría surge desde lo más profundo de tu corazón. Te aporta tranquilidad, bienestar y amor.
Si el miedo crece muchísimo, se convierte en terror y entonces pierdes el control.
La emoción de la ira es velocísima, te domina y se va casi sin que te des cuenta.
Te hace reaccionar como un animal que es atacado por otro.
Esta emoción tan agradable te provoca que quieras seguir viviendo esa sensación.
La alegría te ayuda a ver el lado positivo de todo.
El miedo puede hacerte reaccionar a una situación de peligro. Es la manera en que tus emociones te protegen.
La alegría es una emoción en la que la energía aumenta y tu manera de pensar es más positiva.
La ira es una emoción que no te deja pensar. El miedo aparece cuando crees que vas a sufrir un daño.
Por lo general, puede adueñarse de ti en situaciones que consideras muy injustas o que atentan contra tu bienestar
Tus ojos se agrandan para que veas mejor. Además, el corazón envía más sangre a las piernas para que puedas huir