Vanguardia

Muchas formas de amor

¿Amamos con toda nuestra fuerza?

- Mariana Cabello

ué puedo yo escribir sobre el amor si los grandes poetas ya nos han regalado los más hermosos versos, las más sensatas descripcio­nes y aún así no existe una definición exacta para entenderlo en toda su magnitud. A veces me pregunto si habré amado tanto como para poder dar una explicació­n real de lo que implica una de las palabras más usadas en nuestro idioma. Decimos conocerlo pero, ¿hasta qué punto nos sumergimos en el para vivirlo? ¿Amamos con toda nuestra fuerza? Sin divagar y perderme en el tema, el amor nos inspira, es el motor que mueve al mundo, en su nombre se construye la familia, base de la sociedad. El amor es poderoso, transforma­dor, no hay quien resista sus encantos. Amamos de muchas formas y a distintas personas a través de nuestra vida, experiment­ar ese bello sentimient­o nos enriquece y nos ayuda en nuestro crecimient­o personal. ¿Cómo olvidar aquel amor de juventud puro y desenfrena­do? Ese que vivimos con nuestra primera pareja en el colegio, ese que con una mirada nos hacía sonrojarno­s. Este enamoramie­nto en nuestra adolescenc­ia y pubertad está definido por una carga excesiva de sueños llenos de inocencia e ingenuidad. Nos sentimos como si viviéramos en una película, “El diario de una Pasión”, es nuestra inspiració­n; casi siempre este mismo amor nos hace vivir la primera gran desilusión. Los psicólogos afirman que “este amor no es tiempo perdido”, es necesario, nos ayuda a crecer”. Al pasar el tiempo, toca a nuestra puerta el amor otra vez, pero de una forma distinta, ya tenemos una idea más clara de lo que queremos y somos más cautelosos al decir que ¡si! y entregar nuestro corazón, así este amor será más pasional, sentimos que ahí nos vamos a quedar para siempre, existe una química muy especial, nos marca a veces de forma dolorosa, deja huella porque crecemos junto con él y vivimos experienci­as únicas que no se repiten con nadie más. Este amor difícilmen­te trasciende a otra etapa pues es inmaduro y no acepta un compromiso mayor. Y ya cuando no quieres sufrir por culpa del amor, cuando sientes que no necesitas a una pareja, alguien aparece y “te mueve el piso” y crees que es “el amor de tu vida”, y te llena de seguridad, de ternura, de confianza. Y entonces te das cuenta que por fin encontrast­e a tu compañero de vida con el que quieres compartir no sólo momentos sino tu vida entera. Y así, amigo lector, podría continuar con el tema y nunca acabar, porque el amor se presenta de una y mil maneras, es inagotable, infinito y jamás dejará de sorprender­nos. Disfrútalo y que te acompañe cada uno de tus días.

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