ZONA LIBRE FRONTERIZA: IMPULSO PARA UNOS, ‘TUMBA’ PARA OTROS
El programa federal tiene beneficios evidentes para ciudades como Acuña y Piedras Negras, pero pone en riesgo de colapso a la economía de los Cinco Manantiales
El Programa de Zona Libre de la Frontera Norte ha creado grandes expectativas entre los empresarios de los municipios de Piedras Negras y Ciudad Acuña, pero también zozobra entre la iniciativa privada y autoridades colindantes de la región de los Cinco Manantiales. Puesto en marcha desde el primero de enero pasado, con la promesa de dejarlo durante todo el sexenio, el plan del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene como fin detonar toda la franja fronteriza colindante con Estados Unidos.
Para ello, las principales estrategias son la disminución de 16 a ocho por ciento en la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA), y del 30 al 20 por ciento el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Adicionalmente los precios de los energéticos, esenciales para el funcionamiento de la industria y el comercio, se homologaron con la franja fronteriza de los Estados Unidos para establecer una competencia real entre ambos países, y el salario mínimo aumentó al doble al pasar a 176 pesos.
MÁS CRECIMIENTO
De acuerdo con la expectativa del Gobierno Federal, el crecimiento de la región fronteriza de México pasaría del tres al seis por ciento en promedio.
La intención es generar mayor
dinamismo en la economía de cada uno de los municipios que la conforman, y que los empresarios no tengan efectos adversos a la hora de pagar un mejor salario –porque se compensará con la disminución de los impuestos y la homologación de precios del gas, energía eléctrica, diésel y gasolinas con EU–.
Debido a que las bondades del programa saltan a la vista, hay voces que buscan la ampliación del rango de aplicación. Cuatro de los municipios que componen los Cinco Manantiales: Allende, Morelos, Villa Unión y Zaragoza, fueron excluidos de los beneficios fiscales y de costos en servicios y combustibles; solo Nava fue integrado.
PIDEN SER CONSIDERADOS
En septiembre del año pasado, cuando el presidente López Obrador aún no tomaba posesión, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, se reunió con él y le planteó que todos los municipios de los Cinco Manantiales fueran incluidos en la iniciativa.
De igual manera en el Congreso de la Unión los legisladores de Coahuila, y de otros estados con situaciones símiles, han propuesto ampliar el beneficio de la franja a otros municipios que están colindantes, y que serían afectados competitivamente.
En el caso de Coahuila, la preocupación que han planteado autoridades municipales e integrantes de la iniciativa privada es que la economía regional pueda colapsar.
Al encontrar mejor oportunidad de negocios en la frontera, los inversores se decidirán por esa zona; además de que la población podría desplazarse a la franja a comprar mercancías y gasolinas, porque serán más económicas.
Incluso hay preocupación de que la mano de obra actual de municipios como Allende emigre a Piedras Negras o Ciudad Acuña, porque se ofrecerán mejores salarios.