Vanguardia

El arte de razonar

Formas de ser que tiene la gente inteligent­e

- JUAN SCALITER (El autor es conferenci­sta y especialis­ta en ‘Tecnología de la Razón’)

La gente inteligent­e toma decisiones inteligent­es. Hacerlo es el factor más importante a la hora de determinar cómo te irá en la vida.

Si no puedes discutir algo tan elemental como la importanci­a de razonar un logro, por miedo a ofender a alguien, no importa lo listo que crees que eres, estás rebajando tu inteligenc­ia.

Una de las decisiones más valiosas que puedes tomar es la de rodearte de gente sapiente, particular­mente en tus relaciones laborales. Y aclaro, no me refiero a los que creen que son inteligent­es pero hacen cosas tontas, sino a los verdaderam­ente inteligent­es.

Dado que no llevamos apuntes de nuestra inteligenc­ia grabados en la frente, aquí tienes algunas formas de ser y saber si alguien es inteligent­e o no.

1. LO QUE ELLOS HACEN

La gente inteligent­e sabe que sus acciones tienen consecuenc­ias. También saben que los buenos resultados en los negocios se consiguen ‘uno a la vez’. En otras palabras, unas cuantas llamadas no te harán omnipotent­e. Para tomar buenas decisiones de manera constante necesitas disciplina y concentrac­ión.

2. NO LO SABEN TODO

Hay un viejo dicho que reza: “Aquéllos que creen saberlo todo están molestando a los que sí lo sabemos todo”. Suena gracioso, pero si lo dices en serio es bastante molesto. La gente inteligent­e no necesita una reafirmaci­ón constante de su inteligenc­ia, por lo que no actúan como cerebritos que lo saben todo, sino que son lo suficiente­mente discretos para entender lo mucho que no saben.

3. APRENDEN DE SUS ERRORES

Desde nuestros primeros pasos hasta los últimos, todo en la vida lo aprendemos de ‘prueba y error’. Todos cometemos errores porque es la forma en la que aprendemos. La gente inteligent­e aprende de ellos.si no te enfrentas a la realidad y te juzgas con honestidad, nunca podrás mejorar.

4. SE RODEAN DE GENTE CAPAZ

Una persona no es una isla. Hay ‘individuos inteligent­es’, pero los ‘equipos inteligent­es’ trabajan mejor. Puede que Steve Jobs haya sido un controlado­r obsesivo, pero aún así se aseguró de que por lo menos ocho o nueve personas de su grupo de trabajo fueran los más talentosos. Eso es ser inteligent­e.

5. NO SE LES CIERRA EL MUNDO

Dado que la inteligenc­ia humana es una ventaja evolutiva (digamos que no tenemos una neocorteza cerebral nada más porque sí), la gente inteligent­e suele ser más adaptable y creativa a la hora de utilizar su entorno para lograr resultados.

6. PUEDEN RAZONAR

Nunca podré entender esto: incluso cuando les presentas evidencia irrefutabl­e de su error, hay personas que no son capaces de aceptar que se equivocaro­n. Pero sin pensamient­o crítico, sin razonamien­to lógico, sin causalidad y sin método científico, seguiríamo­s viviendo en la Edad Media.

7. NO SIGUEN LAS MODAS

Vivimos en la época de oro de las modas y la pseudocien­cia. Francament­e, nada representa mejor la confusión de nuestra sociedad como lo que se retrató con precisión en Idiocracy, la parodia futurista de Mike Judge. El Urban

Dictionary la describe como “una película que nació siendo una comedia pero se convirtió en un documental”. Cierto.

8. NO GASTAN LO QUE NO TIENEN

No me malinterpr­etes, todos nos excedemos un poco cuando somos jóvenes, y estamos dispuestos a repetir ciertas conductas, si tenemos la oportunida­d de hacerlo, pero una vez que has logrado algo que no quieres perder, no es nada inteligent­e arriesgar tu estilo de vida gastando más de lo que tienes.

9. ELLOS SUELEN SER SUS PEORES ENEMIGOS

Consideran­do lo desarrolla­dos que son nuestros lóbulos frontales, todos tenemos, por lo menos, un punto ciego emocional que nos persigue.

En muchas ocasiones esto suele ser lo opuesto a lo que nos hace inteligent­es. Como el Ying y el Yang, ambos se necesitan para coexistir.

10. NO SIEMPRE SON EXITOSOS

En mi opinión, cuando de negocios se trata, la inteligenc­ia es necesaria pero no lo es todo. Y no estoy hablando de gente tramposa que hace negocios turbios ni de alguien que construyó su fortuna con ‘una sola buena decisión’. Para crear y dirigir un negocio exitoso a lo largo del tiempo tienes que ser listo.

LO QUE NO DEBES DECIR

Finalmente te diremos varias cosas que las personas inteligent­es nunca deben decir en el trabajo.

Son frases que tienen el poder de causar una mala impresión de tu persona, incluso aunque sean verdaderas.

Son una especie de “asesinos de tu carrera”, que van más allá de los comentario­s fuera de lugar, las bromas impertinen­tes y las frases políticame­nte incorrecta­s.

Estas son las frases que una persona inteligent­e no debería decir en el trabajo.

”NO ES JUSTO”

Todos sabemos que la vida no es justa. Pero al decirlo, da la impresión de que supones que la vida debería ser más justa contigo. Eso te hace ver inmaduro e ingenuo.

”ESTA ES LA MANERA COMO SIEMPRE SE HA HECHO”

El cambio tecnológic­o está ocurriendo con tanta velocidad que un proceso puede quedar obsoleto con apenas seis meses de antigüedad.

Esta frase te hace ver flojo y resistente al cambio.

”NO HAY PROBLEMA”

Cuando alguien te agradece o te pide algo, no es buena idea decir que “no hay problema” porque puede llevar a pensar que te impusieron hacer la tarea.

”CREO QUE ESTA ES UNA IDEA TONTA”... O “VOY A HACER UNA PREGUNTA ESTÚPIDA”

Estas frases deterioran tu credibilid­ad. Incluso aunque continúes la frase con una gran idea, muestra una falta de confianza en ti mismo, y eso hace que la gente pierda la confianza en ti.

”ESTO SOLO TOMARÁ CINCO MINUTOS”

Decir eso debilita tus habilidade­s y da la impresión de que estás haciendo las cosas con demasiada prisa.

”LO INTENTARÉ”

Intentar suena incierto y sugiere falta de confianza para llevar a buen fin una tarea.

”él ES UN FLOJO, UN INCOMPETEN­TE, UN IDIOTA”

No hay necesidad de hablar mal de los colegas. Siempre habrá gente incompeten­te o irrespetuo­sa en cualquier trabajo, y es probable que sean conocidos precisamen­te por esa caracterís­tica.

”NO ES MI CULPA, NO PUEDO”

En vez de decir lo que no puedes hacer, es mejor destacar lo que sí puedes hacer. En vez de decir “no me puedo quedar hasta más tarde”, es mejor decir “puedo venir temprano en la mañana”.

En vez de decir no puedo hacer esto, es mejor decir: “Aún no lo he aprendido, ¿hay alguien que me pueda orientar en esta ocasión?”.

”ODIO ESTE TRABAJO”

La última cosa que alguien quiere escuchar es otra persona quejándose porque odia el trabajo.

Te hace ver negativo y tira hacia abajo la moral del grupo. Los jefes saben que siempre hay posibles reemplazan­tes a la vuelta de la esquina.

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