Vanguardia

Miscelánea

- JESÚS R. CEDILLO

Agradezco la gentileza de su atención, señor lector. Habiendo buenos y excelentes reporteros y analistas, agradezco que usted se fije en mis letras. No obstante vacaciones (el verano obliga a hacer una parada en la vida para muchos humanos que tienen esta prestación en sus empleos), hartos comentario­s y apostillas me han llegado con motivo de los textos aquí publicados. Es el caso de las columnas tituladas: “De la esperanza… al terror”, “Maluma: tortura auditiva”, “Popularida­d sin efectivida­d”, “De la cima a la sima”, “442 Años” y en fin, usted las ha hecho suyas, gracias por leerme. Jamás trato de convencer a nadie con mis planteamie­ntos y exégesis. Usted tiene su mejor y más severa opinión de todo, tome usted como siempre lo que considere acertado y deseche el bagazo, lo inservible de los textos. De nuevo, gracias por leerme.

A todos los anteriores textos les voy agregar nuevas letras, sólo pido paciencia. Y caray, a últimas fechas (en honor a la verdad de años a la fecha) lectores atentos como usted, que hoy hace el favor de leerme, me comentan una y otra vez de los artículos aquí pergeñados donde abordo la literatura, la vida de escritores, sus aniversari­os; la vida de músicos, la vida de pintores y ni se diga nuestro tema dominical, la gastronomí­a. Una y otra vez cosecho comentario­s positivos al respecto y claro que le doy la razón a usted, estimado lector: la política como se practica en este país llamado México es basura. Harta. Todo mundo está hasta la madre de la impunidad rampante. También todo mundo ya está harto de que el Presidente de Morena,

Andrés Manuel López Obrador, se escude una y otra vez en los pecados y yerros del pasado para no evidenciar su inoperanci­a en guiar al País. En campaña, AMLO prometió un crecimient­o económico de un 4 por ciento anual. Al día de hoy, JP Morgan, Citibaname­x, Banorte y otras calificado­ras han previsto que a fin de año México sólo crecerá de un 0.2 a 0.8 por ciento. Nada. Estamos estancados o de plano en recesión. Ahora se lo traduzco al cristiano: estamos jodidos.

Lo anterior se lo estuve advirtiend­o desde el inicio de año y en las columnas antes deletreada­s. Pues bien, le doy la razón: de esto, ya todo mundo está harto. Incluyéndo­me, claro. Pero qué le vamos hacer, tengo que abordarlo para abonarle a usted algunos datos de análisis y que tome sus mejores decisiones. Y hablando de tomar decisiones, yo siempre tomo decisiones a la hora de escoger, de escuchar mi música. Como dijo el amargo Emile M. Cioran: la música es tal vez el único arte verdadero. Y para mi desgracia, nunca estudié un instrument­o musical. Pero sin música no puedo vivir. Tal vez pueda vivir sin leer y sin escribir, pero no sin escuchar música.

ESQUINA-BAJAN

¿A usted le gusta Maluma, Luis Fonsi, Los Recoditos del Norte, La Trakalosa, Gerardo Ortiz, El Komander, Diego Rivas, Banda Toro Viejo y un largo etcétera? Pues lo respeto. Yo en lo personal sigo eligiendo mi música. Tal vez mala música, comparada con otra, pero creo no andar tan equivocado. ¿Este tipo de cantantes y bandas tienen “buenas” melodías y a usted le gustan? Lo respeto. Pero para mí es simplement­e basura. ¿Usted baila con estas rolas y las canta a todo pulmón? Caray, ¡qué bueno! Usted puede estar tranquilo, en Coahuila nadie lo va a multar por ello… no obstante que este tipo de música está prohibida. Sí, eso llamado “apología del narcotráfi­co”, los famosos narcocorri­dos y claro, la violencia extrema en contra de las mujeres están prohibidos en Coahuila; pero nadie hace caso. Es la Ley Federal de Radio y Televisión en sus artículos 63 y 64, Fracción I (la que prohíbe que se transmitan en radio o televisión este tipo de canciones) y el Código Penal en su artículo 208.

Pero le digo, si usted piensa que este tipo de rolas de violencia explícita, desprecio hacia las mujeres, apología del narcotráfi­co y sus grandes capos es privativo de gente proletaria, lumpen, está equivocado. Cuando todo mundo le rendía pleitesía a las enaguas de María Esther Monsiváis en el sexenio de Rubén Moreira (antes de que estallará el millonario escándalo de las empresas fantasmas que aún hoy no arroja culpables. Facturació­n por 71 millones de pesos), específica­mente el domingo 7 de agosto de 2016, hubo una gran fiesta (mega plus) en casa de María Esther Monsiváis y Fernando Martínez (San Alberto en Saltillo). Fue cumpleaños. Ese día todos los diarios publicaron planas y planas de la gran pachanga. Un suplemento de sociales de ese día les dedicó la friolera de 20 planas. Veinte planas a todo color.

Asistieron entre otros: José María Fraustro, Gregorio Pérez Mata, Ismael Ramos, Ana Sofía García Camil, Sandra Rodríguez Wong, Luis Gerardo García y un largo etcétera. ¿Con qué cuarteto clásico se deleitaron, acaso un trío de piano, violín y violonchel­o; tal vez, un buen cantante de ópera entonando música mexicana? Nada de eso, bailaron con… La Banda Toro Viejo. Puf. Y este tipo de agrupacion­es entonan rolas como la siguiente que dice en sus versos: “Puros tragos de Buchanan’s y grupo de los mejores, / en la sierra hay un gran hombre que tiene muchos valores / Alfredo Beltrán se llama, amigo de los señores…”. Sí, el reconocido jefe de mafia de Sinaloa. Y cosa curiosa, en ese entonces la Ley que prohíbe este tipo de letras de narcocorri­dos en Coahuila lo votó… José María Fraustro quien asistió en primera fila a dicho agasajo con dicho grupo ruidoso. Vea las fotografía­s, son de colección; todo mundo animado y ridículame­nte celebrando. En fin. Así son los políticos.

LETRAS MINÚSCULAS

Eso llamado ‘apología del narcotráfi­co’, los famosos narcocorri­dos y claro, la violencia extrema en contra de las mujeres están prohibidos en Coahuila; pero nadie hace caso

Gracias por leerme, tengo muchas ollas en la lumbre, le pido paciencia para abordar todo esto. Gracias.

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