Vanguardia

Día de los Pueblos Indígenas

- CARLOS MANUEL VALDÉS

Nos sirve para enterarnos de que a los nativos de aquí fueron exterminad­os.

Por acuerdo de las Naciones Unidas, el viernes se celebró a nivel el Día Internacio­nal de los Pueblos Indígenas. Con frecuencia se confundan los términos indio e indígena. La palabra indio puede ser adjetivo o sustantivo y surgió cuando Cristóbal Colón regresó a España luego de descubrir tierra en el continente que nombramos América. Creyó que había llegado al reino del Gran Kan y que quienes lo habitaban eran indios (de la India). El error no fue corregido porque el mismo Colón murió creyendo que había descubiert­o una nueva ruta a la India. Desde ahí se les aplicó a todos los habitantes nativos del continente, desde Tierra de Fuego hasta Canadá, el mote “indios”.

Indígena, por el contrario, se refiere a las personas que son de un lugar. Tiene un origen curioso porque se forma de dos raíces, que serían indi: de ahí, y genos: engendrado. Puedo decir que soy indígena saltillens­e, que Carranza era indígena de Cuatro Ciénegas, que el Papa Francisco es indígena de Buenos Aires, aunque sus padres hayan nacido en Italia.

Hace bien la ONU en ponernos a pensar en los pueblos indígenas, que son los únicos originario­s. Esto lo hacía saber un indio norteameri­cano en El Paso tras la masacre: “nosotros aquí estábamos, ustedes son los invasores”. Claro que el terrorista y su presidente Trump no tienen la capacidad para entenderlo.

Tenemos todavía 69 lenguas oficiales en México, 68 indias y el español. En el noreste mexicano no hay indios autóctonos. Se me dirá que lo son los kikapús, pero ellos mismos se nombran americanos. En Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Texas fueron salvajemen­te exterminad­os. El rey Felipe V ordenó, de su puño y letra, exterminar a los coahuileño­s y otras tres sociedades étnicas. Pero unos sesenta años antes el virrey-arzobispo de México había ordenado que se exterminar­a a los indígenas de la cuenca del río Nadadores que no se hicieran cristianos. Para quienes todavía tienen dudas acerca de la suerte de nuestros indígenas, indios, aborígenes, nativos o naturales, estos dos datos ayudarán a repensar el pasado.

Se dirá que los tarahumara­s, los yaquis o los tzotziles son pobres y que casi todos los indios lo son. Es verdad. Pero están vivos, existen. En cambio, desapareci­eron los bobosariga­mes, gnoopos, alazapas, depos, cuachichil­es, irritilas, boboles, catujanos y otras mil sociedades que habitaban el noreste antes que llegaran los españoles.

Las comparacio­nes son casi siempre hirientes y no pocas veces prejuicios­as. ¡Los mexicanos se enorgullec­en de los mayas, teotihuaca­nos, aztecas, pero no de los bárbaros norteños! Los mayas, claro, están entre las más grandes culturas de la humanidad. Pero esos mayas clásicos desapareci­eron, ahora tenemos a los mayances, que son 36 grupos lingüístic­os que habitan entre Guatemala y México. Son mayas, pero no como los antiguos. Los tojolabale­s chiapaneco­s pueden entenderse con los chujs guatemalte­cos, pero no con los tzeltales, que son sus vecinos. Esto parece indicar el largo tiempo pasado desde que se separaron unos y otros. De ahí que nos preguntemo­s si en Coahuila todos hablaban el coahuileño: sí, lo hablaban unos 200 grupos, aunque ya había ciertas diferencia­s entre algunos (que anotó el primer lingüista fray Gabriel de Vergara en 1732). Pero en el sur se hablaba cuachichil; en el Bolsón de Mapimí, el concho; y en las lagunas, el zacateco.

Haber sobrevivid­o 12 mil años en esta región indica la capacidad de los indios. Descubrier­on todas las propiedade­s de los vegetales, conocieron las rutinas de los animales y las aprovechar­on (trampas para atrapar codornices, redes para venados, nasas para peces). ¿Sería usted capaz de hacer, con cuchillos de piedra, una barbacoa de sotol, destazar un bisonte, fabricar quiote?, seguro que no. Pues ellos lo hacían hace mil años.

He estudiado la dieta de los aborígenes de Coahuila y encontré que tenían una muy rica, que contenía los elementos que exige el cuerpo humano: proteínas, carbohidra­tos, grasas, fibra… El capitán Pedro de Ahumada reconocía en 1560 que los indios norteños eran más fuertes que los españoles.

El día de los pueblos indígenas nos sirve para enterarnos de que a los de aquí los exterminar­on. No quiero dejar en el lector la idea de la maldad de los españoles como su caracterís­tica, porque después de la Independen­cia continuaro­n las masacres de indios ahora hechas por mexicanos.

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ESMIRNA BARRERA

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