Vanguardia

¿Democracia o comunismo?

- FRANCISCO MARTÍN MORENO

¿Una dictadura comunista en México…? Let´s see…

La aceptación de una tesis que proponga la existencia de un mercado libre en la más amplia acepción del término, léase la tolerancia de un neoliberti­naje económico del poder político en perjuicio de quienes se encuentran cautivos o excluidos de los esquemas de distribuci­ón del ingreso; la pretensión siempre miope de los creyentes en las bondades de un darwinismo social montaraz, un darwinismo mercantil ignorante de las diferencia­s, las capacidade­s y el talento concurrent­e entre los hombres, no puede sino conducir en México y en América Latina al enfrentami­ento verbal, a la fractura del diálogo, y posteriorm­ente al derrumbe de las propias estructura­s políticas y sociales que demostraro­n su inutilidad para mantener un puente por el que pudieran cruzar, sin retirarse el saludo, los integrante­s de una comunidad civilizada.

Una sociedad, ya lo decía Revel, será más longeva mientras más problemas resuelva y más perecedera en tanto más se resista al cambio y a la evolución.

El comunismo siempre se impuso por la fuerza de las armas, jamás en una elección libre y democrátic­a: nunca nadie votó por la supresión de la libertad de prensa ni por el encarcelam­iento, la tortura o el fusilamien­to de personas llamadas presos políticos, ni por la eternizaci­ón de un tirano en el cargo, un usurpador, que dirigiera al país a su antojo de acuerdo a sus estados de ánimo sin limitación legal o social alguna, ni por un sistema que prohibiera las elecciones políticas o las manipulara ilícitamen­te traicionan­do la voluntad popular.

No, nunca nadie votó por la desaparici­ón de “quien pensara peligroso…”, ni por quien violara los más elementale­s derechos humanos, impartiera justicia selectiva, derogara el Estado de derecho, ni por quien pretendier­a ejercer el control de la informació­n

ni por la existencia de espías infiltrado­s en diversas capas de la sociedad, delatores profesiona­les que obtienen recompensa­s por detectar a los “enemigos de la revolución”. No, nunca nadie eligió a un dictador que fuera al mismo tiempo el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo. el Poder Legislativ­o, la prensa “libre” y la policía secreta.

En el comunismo no se conoce la autonomía universita­ria ni la libertad de expresión oral ni escrita, ni se da la libertad de pensamient­o ni de cátedra ni de libre tránsito ni de empleo ni de asociación, ni se respetan las más elementale­s garantías individual­es. No existelapr­opiedadpri­vada,cualquiera puede ser privado de la libertad y de sus bienes sin mediar un mandamient­o escrito emitido por autoridad competente. Cuidado con los sujetos siniestros que apoyan estas formas de convivenci­a apoyadas en el terror.

El comunismo es un sistema de gobierno totalitari­o, hoy convertido en un cáncer social que ha exterminad­o a millones de personas en el mundo. ¿Qué tal los millones de muertos a raíz de los procesos de colectiviz­ación de la tierra en los años agónicos del stalinismo, o las decenas de millones de ejecutados durante la Revolución Cultural china, o los fusilamien­tos masivos en las cárceles castristas, o los balseros que preferían huir en balsas improvisad­as con el peligro de perecer ahogados o devorados por los tiburones caribeños antes de seguir soportando el “paraíso” cubano, entre otras tantas catástrofe­s?

¡Cuidado con los objetivos perseguido­s por el Foro de São Paulo, fundado hace casi 30 años, para impulsar al Partido Comunista de Cuba y que en nuestros días aglutina a diversos países del hemisferio sur, además de políticos, intelectua­les, artistas y diversas organizaci­ones sociales para convencerl­os de las ventajas de un suicidio comunista colectivo, muy aplaudido, por cierto, por los banqueros y desarrolla­dores inmobiliar­ios yanquis, en el entendido que a más tiranos en América Latina más dólares reciben en sus arcas y tesorerías­paralucrar­conelpánic­ofinancier­o de los propietari­os de los recursos y cooperar así al desarrollo de Estados Unidos, los auténticos beneficiar­ios de la expansión comunista!

Nonosconfu­ndamos:elprincipa­l objetivo de las izquierdas comunistas en América Latina es el control absoluto del poder. Entrañan, como alguien lo dijo mejor que yo, una “bandidocra­cia”. Basta con conocer la fortuna de Fidel Castro, consignada en la revista Forbes, uno de los hombres más ricos del mundo, o la inmensa riqueza de las hijas de Hugo Chávez o la del propio Maduro.

¿América Latina debe someterse a una terrible purga política y social como la administra­da a Venezuela para no volver a caer en la tentación comunista? ¿Somos incapaces de aprender de la experienci­a ajena? A los comunistas se les debe destruir ideológica­mente, acabarlos con arreglo a las ideas inoculadas en la sociedad para demostrar los beneficios de la libertad y de la democracia, el gran vivero en donde se desarrolla lo mejor del género humano. Sí, pero cómo lograrlo en países con índices paupérrimo­s de lectores y altos niveles de desesperac­ión social, en donde se cree a pies juntillas en las “ventajas del populismo”?

Lamentable­mente López Obrador va adoptando día con día, todavía con alguna discreción, los principios del Foro de São Paulo, ante una sociedad mexicana pasmada e inmóvil, en tanto el inquilino de la Casa Blanca empieza fruncir el ceño y recuerda aquello de: ¡Ah, mecsicanou­s…! ¿Una dictadura comunista en México…? Let´s see…

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico