Vanguardia

SYLVESTER STALLONE

“RAMBO” CRECIÓ CON NOSOTROS, FUE UNA FIGURA QUE NOS ENSEÑÓ A EXPLORAR Y NUNCA RENDIRNOS. SYLVESTER NOS CUENTA TODOS LOS DETALLES SOBRE LA ÚLTIMA PELICULA DE ESTE PERSONAJE.

- Por FABIÁN W. WAINTAL ©

Para quiénes no lo saben, en el libro original de Rambo, él muere al final. Incluso en la versión de Rocky del 2015, cuando nominaron al Oscar a Sylvester Stallone por ‹Creed› muchos aseguraban que no lo ganó porque… no murió. Pero esa es su gran virtud: cuando creemos que el cine sepulta sus personajes, él los revive. Y eso mismo pasa con ‘Rambo: The Last Blood›, con un título que sugiere ser el último, pero nadie apostaría por ello. Lo cierto es que detrás de sus maduros 72 años, Sly está más vivo que nunca. Y en un especial ‹rendezvous›, en Cannes, se sentó a contar los más íntimos detalles detrás del éxito y… el fracaso.

- ¿Qué sería de Sylvester Stallone sin Rocky?

- Rocky es un fenómeno moderno. En papel, la idea suena a fracaso garantizad­o. Esa es la realidad. Desde el hecho de tener un actor desconocid­o y un tema como el boxeo que no era tan popular en el cine... Habían hecho 300 películas de boxeo y te aseguro que 299 no habían funcionado. Y nuestra película la filmamos en 25 días. Fue todo muy rápido. El presupuest­o ni siquiera llego al millón de dólares. Pero la idea pasaba por mostrar un hombre que vive totalmente asilado hasta que conoce una mujer y en cierto sentido vuelve a nacer. Rocky no es una película de boxeo. Y eso es lo que yo traté de mantener. Ese es solo su trabajo. Pudo haber sido un panadero pudo haberse dedicado a arreglar bicicletas, pero el boxeo es una metáfora porque la vida es una lucha. Además fue en el año 1976, en el 200 Aniversari­o de Estados Unidos, durante una época muy diferente. El cine era muy oscuro, muy político, como Taxi Driver, como Network, All The President’s Men. Y yo que era muy inocente, terminé filmando Rocky como una película muy optimista, en una época donde la gente también estaba preparada para un cambio.

- ¿Y qué opinas del fenómeno actual de Rocky, cuando los turistas que pasan por Filadelfia no se van sin subir la famosa escalera, para sacarse arriba una foto con la estatua de Rocky (que apareció en Rocky III)?

- Te digo que es un fenómeno. Realmente lo es. Es algo muy psicológic­o y yo no me llevo el crédito. En el cine, la primera vez que Rocky sube las escaleras, fracasa, porque él está muy débil. Y recién después logra llegar hasta arriba. Supongo que la gente cree que si también llega hasta el mismo lugar, sienten que logran algo importante. Yo vi mujeres embarazada­s, gente empujada en sillas de ruedas. Es algo realmente increíble. Simboliza que llegaste hasta una cima, para mirar abajo y decir “Lo logré”.

- ¿Cómo recuerdas hoy el rodaje de aquel momento clásico de Rocky subiendo aquellos escalones?

- La única razón por la que use los escalones es porque me quedé sin dinero y pensé “Rocky tiene que ser algo”. La primera vez se me ocurrió correr por los escalones hasta que me di cuenta que era muy difícil y pensé “Ok, Rocky no logra subir todos los escalones y fracasa”. Y lo filmamos así. La segunda vez quise mostrar lo fuerte que se puso Rocky y levanté al perro. Pero el perro pesaba 75 kilos. No se iba a ver bien y dije “Saquen a este perro de mi vista*. Esa es la verdad.

- ¿En aquel entonces imaginabas que podías seguir filmando otras versiones en cine con el mismo personaje de Rocky?

- Sí, sí. Incluso me criticaban por querer filmar el cine en serie, pero los más famosos shows de TV eran series. La gente ve lo mismo durante diez años y sigue gustándole. ¿Por qué hay que filmar cine una sola vez? Y aunque suene presuntuos­o, escribí Rocky como una trilogía. Yo no podía conseguir ni siquiera un trabajo y salí diciendo que iban a ser mis próximas tres películas. Lo mismo pasó con Rambo. Nadie quería filmar Rambo. Yo creo que figuraba 11 en la lista de los protagonis­tas. Y en las últimas tres produccion­es de Rocky escribí que él moría. Sí, sí, cada vez que me puse a escribir la historia, lo puse. Pero siempre lo terminé cambiando. Por lógica, Rambo tendría que

“Aunque suene presuntuos­o, escribí Rocky como una trilogía. Yo no podía conseguir ni siquiera un trabajoy salí diciendo que iban a ser mis próximas tres películas. Lo mismo pasó con Rambo. Nadie quería filmar Rambo... Y en las últimas tres produccion­es de Rocky escribí que él moría.”

haber muerto en la segunda. Pero busqué lo más ilógico porque yo tampoco creo siempre en la realidad. Lo mejor del arte es que nos dan permiso para arruinar la realidad (risas)

- ¿Y cómo fue que te decidiste a dirigir la segunda versión de Rocky?

- La verdad es que yo no lo quería hacer. Rocky había ganado como Mejor Película y el director ganó el Oscar. Pero cuando yo escribí Rocky II, al director no le gustó para nada. Me dijo “Es horrible”. Y cuando alguien sugirió que yo fuera el director, dije “Ok”. Ese fue el principio de todo. A la semana de empezar el rodaje de Rocky II, durante el almuerzo me fui al estreno de ‘Paradise Alley’. Pero cuando fui al cine de Filadelfia, en la sala había solamente cuatro personas. Cuatro. Fue una lección muy importante. Tuve que salir de ese desastre y volver a dirigir la segunda parte de una película que había ganado el Oscar. Me hizo trabajar todavía más duro. Pero es la típica presión que viví muchas veces en mi vida.

“Rocky no es una película de boxeo. Y eso es lo que yo traté de mantener. Ese es solo su trabajo. Pudo haber sido un panadero, pudo haberse dedicado a arreglar bicicletas.”

- ¿Tu pelea de box favorita de todas las produccion­es de ‘Rocky’?

- Rocky IV. Quise que fuera superhuman­o. Y cuando vi a Doplh Lundgren, lo odié. Pero cuando me pregunté por qué lo odiaba tanto, me di cuenta que era perfecto para el rol del peor oponente. Y ensayamos durante meses y meses. La pelea que viste la filmamos en dos días. Para darte una idea, la pelea de Creed nos llevó un mes. Esta vez nos tomo solo dos días por todo lo que habíamos ensayado. Pero yo también terminé cuatro días en el hospital. Me pegó tan fuerte que casi me para el corazón. En el hospital pensaban que yo había estado en un choque de autos. Estuve en terapia intensiva cuatro días y medio. Si, es cierto. Los guantes que habíamos usado ni siquiera se usan mas, son ilegales. A nivel críticas después me mataron, pero financiera­mente resultó la más exitosa de todas.

- En una entrevista llegaste a decir que entre 1985 y 1995 trabajaste casi en ‘piloto automático’ cuando filmaste películas como ‘Cobra’, ‘Tango & Cash’ o ‘Cliffhange­r’ y ‘Demoliton Man’, sin buscar demasiados riesgos en el cine...

- Como actor, es cierto, yo había puesto el control automático y no puedo culpar a nadie pero era la década de los 80 y los 90, donde solo se llenaban puntos suspensivo­s, agendando trabajos de cine a veces dos años por adelantado. los contratos eran muy buenos y uno solo podía confiar en el representa­nte. Te decían “Es un buen trato, con tal director y solo vas a trabajar entre Marzo y Julio”. Después de un tiempo terminas aceptando todo. Y para cuando me di cuenta ya había filmado basura a lo largo de ocho años. Es la forma en que se hacían los negocios en aquella época. Los jefes eran las estrellas, mientras que hoy lo importante pasa por la historia. Y yo caí en la trampa. Pero ese negocio ya no existe más.

- ¿Estás arrepentid­o?

- Y sí, me arrepiento bastante. No me puedo escapar, tengo que sentarme a verlas. No las puedo apagar. Mis hijas me preguntan “¿Por qué hiciste esa mierda?” Y yo les digo “¿Cómo te crees que pagué tus estudios? Cállate”.

- Entre el principio de Rocky III y la segunda versión de Rambo también habías cambiado bastante tu cuerpo ¿El físico pasó a formar parte de tu actuación?

- Sí. Es algo que me di cuenta con ‹Cop Land›, cuando cambias tu cuerpo, tu tamaño natural, reaccionas de una forma diferente. Literalmen­te cambia tu personalid­ad si llegas a un punto donde consigues un buen físico. Pero también te vuelves muy narcisista. Te dan ganas de salir desnudo. Tampoco pasó tanto por la vanidad, pero es la forma en que yo me preparaba.

- ¿Cómo fue que decidiste volver a dirigir con ‘Rocky Balboa’?

- Me había arriesgado demasiado con Rocky V. Habíamos traído al director original pero la magia no apareció. No la encontramo­s y supongo que yo también tengo la culpa. La pelea tuvo lugar afuera del ring. Me pareció que podía llegar a ser interesant­e, pero a la gente no le gustó. Rechazaron la película por completo y yo me deprimi mucho porque fue en un punto de mi carrera que todo estaba cayendo en espiral. Nadie me devolvía las llamadas y hasta la agencia que me representa­ba, me despidió.

- ¿De verdad?

- Ah, sí. Yo estaba terminado. Y si había una sola cosa que quería arreglar, era arreglar la historia de Rocky, para renunciar después. Listo. Me quería retirar. Lo hablé incluso con mi esposa. Fui y lo propuse al estudio y me dijeron “Nunca”. Me dijeron exactament­e “Estás terminado igual que tú personaje.” Y yo también los entendí. Habían pasado 16 años, la prensa se reía de mí y yo los entendía. Pero yo insistía que la vuelta no tenía nada que ver con el boxeo, que pasaba por un duelo.

- ¿Al momento en que te nominaron al Oscar con la vuelta de Rocky en ‘Creed’, no pensaste en llamar a los mismos que te habían dicho que estabas terminado?

- ¿Sabes qué? Hoy, ellos son los que están sin trabajo (Risas).

“Rocky IV… terminé cuatro días en el hospital… Estuve en terapia intensiva cuatro días y medio. Si, es cierto. Los guantes que habíamos usado ni siquiera se usan mas, son ilegales.a nivel críticas después me mataron, pero financiera­mente resultó la más exitosa de todas.” “Cuando cambias tu cuerpo, tu tamaño natural, reaccionas de una forma diferente. Literalmen­te cambia tu personalid­ad.”

- ¿Te das cuenta que ‘Creed’ abrió las puertas de Rocky a toda una generación que no lo conocía?

- Sí… y yo pensaba que nunca iba a poder funcionar. Ni siquiera quería hacerla. Me tomó un año y medio decidirme. El chico estaba muy apasionado con el tema, querían ver morir a Rocky y yo quise curarlo. Pero hasta ahí llegué con esa historia.

- ¿No hay más Creed o Rocky?

- Déjame decirte algo sobre la última vez de ‘algo’. Yo pensé que Rocky III iba a ser la última, así que no sé nada. Si funciona, voy a seguir haciéndola porque es algo que yo disfruto mucho. No sé si voy a hacerla, pero tengo una gran idea con Rocky, haciéndose amigo de alguien que está ilegalment­e en el país. Es algo totalmente diferente. Imaginate que lo arrojan literalmen­te afuera del país y aparece en otro mundo. Puede funcionar. No lo voy a hacer, pero funcionarí­a.

- ¿Nunca pensaste en filmar otra serie de películas con otros de tus personajes, como Cobra?

- Cobra fue una de esas cosas dónde me imaginé que sería de Bruce Springstee­n si tuviera una placa y un arma. Es algo así como un drama con rock ‹n roll. Eso es exactament­e lo que pensé. Tendría que haber sido otra serie de películas, porque el personaje era muy cool, pero yo lo arruiné. Supongo que mi vida personal se metió en el medio, en aquella época. La verdad es que estamos tratando de hacerlo en una serie para el cable o Netflix. Por supuesto yo no voy a aparecer, pero la idea es buena.

- ¿Y cómo fue que surgió la idea de reunir a los viejos héroes de acción en ‘The Expendable­s’?

- Eso es algo muy gracioso. Cuándo vas a ver cantantes que eran famosos hace 30 años, te das cuenta que eran geniales y ya no lo son. pero si yo te digo que te voy a mostrar todos tus artistas favoritos de tu infancia, todos juntos, seguro que vas a querer verlos. Y pensé que podíamos hacer algo así en el cine. “¿Por qué no hacemos lo mismo que están haciendo con la música?” Por ahí llegó la idea.

- ¿En cierta forma crees que el cine de acción también te encasilló en un género por el cual te ignoraron otros directores como Martin Scorsese o Steven Spielberg?

- 100% cierto. No tengo ninguna duda que uno desarrolla cierto estereotip­o con cada personaje de cine exitoso. Por eso yo hice ‹Cop Land’, para demostrar que podía hacer las dos cosas. Pero es cierto que incluso llegan a pensar “No creo que pueda interpreta­r a un abogado”. Y está bien. Estoy feliz donde estoy y solo traté de perfeccion­ar lo que yo hago bien dejándoles que otros hagan lo que ellos hacen bien.

- ¿Qué podemos saber de la nueva version de ‘Rambo: The Last Blood’?

- Al final de la última película, él vuelve a su casa. Creo que eso fue hace diez años. Él volvía a casa y se ve la casilla de correo que dice su nombre “R. Rambo”. Ahora lo retomamos durante una tormenta horrible donde él trata de rescatar gente cuando alguien se está cayendo, en una inundación. La tormenta empeora y empiezan a sacar a todos de la montaña y ves que alguien se va con un caballo. Es Rambo. Va como voluntario a tratar de salvar a la gente, porque sigue con el sentido de culpa de no haber podido salvar a todos sus compañeros de Vietnam. Y tampoco tiene éxito esta vez, así que no la pasa tan bien. Y vuelve a su casa en un hermoso rancho donde vive bajo tierra. El mismo cavó kilómetros de túneles. Y así es como vive su dilema. Literalmen­te vive bajo tierra. El resto, hay que verlo en cine.

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Para entender este proyecto, habría que volver 35 años al estreno de ‘Acorralado’, la primera de las entregas de una de las sagas de acción más queridas y taquillera­s de la historia: Rambo.
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 ??  ?? Sylvester Stallone con su esposa Jennifer Flavin y su hija Stallone Sixtina en la proyección de "Rambo V: Última Sangre" durante la 72ª edición del Festival de Cannes.
Sylvester Stallone con su esposa Jennifer Flavin y su hija Stallone Sixtina en la proyección de "Rambo V: Última Sangre" durante la 72ª edición del Festival de Cannes.
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John Rambo está en horas bajas y viviendo en un rancho en Arizona, pero cuando recibe la noticia de que su nieta ha desapareci­do, tras haber cruzado la frontera a México para ir a una fiesta, Rambo decide ir en su búsqueda.
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